The 100 ya va por los últimos capítulos de la cuarta temporada (en Netflix se puede ver hasta la tercera) y hasta ahora pasó totalmente desapercibida en Argentina. Tal vez se deba a que es casi imposible recomendarla sin spoilear, porque el mayor logro de la serie es que la trama avanza, sorprende y se expande a un ritmo vertiginoso: no hay un solo capítulo donde no suceda algo relevante, toda la serie es pura acción. Es posible también que, al estar destinada (al igual que la novela) al público adolescente, haya pasado desapercibida para los adultos. 

Los cien en cuestión son cien adolescentes que vivían en El Arca, una colonia espacial donde se refugia la raza humana desde hace 97 años, tras una catástrofe nuclear que arrasó con el planeta Tierra. Para contrarrestar la superpoblación, las reglas de convivencia en El Arca son estrictas: a los adultos que no las cumplen se los condena a la “flotación”, una poética pena de muerte que consiste en soltar al “criminal” al espacio exterior, y a los “criminales” menores de 16 años se los castiga con pena de prisión. 

La serie comienza cuando las reservas de oxígeno de El Arca se están agotando y a sus habitantes les quedan cuatro meses para encontrar una solución, una de ellas es volver a la Tierra. Para verificar que sea habitable envían en una nave a los cien adolescentes condenados, que a cambio quedarán libres de cargos. De ellos depende la supervivencia de la raza humana, siempre y cuando no los mate la radiación. Para chequear sus signos vitales, les colocan un brazalete similar a las tobilleras que se colocan a los presos que salen bajo libertad condicional. 

El aterrizaje es accidentado y las vías de comunicación se interrumpen, pero los cien llegan sanos y salvos. Los más temerarios, para ser absolutamente libres de la vigilancia y de las rigurosas leyes de El Arca, se quitan los brazaletes y éste es uno de los primeros conflictos de la serie: la relación de amor y odio entre los padres e hijos, además de los enfrentamientos entre los hijos desobedientes, con ansias de libertad y los obedientes, comprometidos con los que hay que hacer para sobrevivir. Las autoridades de El Arca suponen al comienzo que la falta de signos vitales de algunos de los enviados se debe a que no han sobrevivido. Los jóvenes se encuentran con una naturaleza idílica que desconocían y que muy pronto se les volverá hostil. Todo esto ocurre en el primer capítulo de la primera temporada. Pero lo que más sorprende, varios capítulos más adelante, es una hermosa historia de amor lésbico, central en la trama. Son desde el comienzo las mujeres quienes toman el liderazgo y las que más posibilidades tienen de salvar a la humanidad.