En el marco del 150 aniversario del nacimiento de María Guerrero, la Asociación Amigos del Teatro Nacional Cervantes entregó la semana pasada los reconocimientos anuales que llevan su nombre. Briski fue premiado por su trayectoria. “Cada vez que te reconocen sentís mucha alegría. Y después, inmediatamente, no sé si por judeo-cristiano, pensé en toda la gente que no es reconocida en lo que hace. Es un privilegio, porque no se hace lo mismo con la gente que va a laburar todos los días. Sinceramente creo que este es un país que no está premiando el esfuerzo que significa estar en el sistema productivo”, dice el actor, con su originalidad y vuelo habituales, presentes tanto en sus declaraciones como en sus trabajos. En Calibán, su trinchera ubicada en México 1428, estrenará muy pronto Unificio, obra que nació de la idea de que “todos vamos a vivir en un solo edificio”. “Las nueve escenas pasan adentro de ese edificio, con la garantía de la seguridad, como en los barrios privados”, adelanta. Tres “actrices muy simpáticas” integrarán elenco: su mujer, Eliana Wassermann, quien se lució hace unos años en Las 50 nereidas, Coral Gabaglio y Carolina Molini. ¿Es ciencia ficción? “La realidad sobra, pero con lo real no sabemos que pasa. La realidad tapa lo real”, responde Briski. También está escribiendo una obra con Vicente Muleiro, sobre Rosa Luxemburgo y Manuel Ugarte. Un tercer proyecto completa la actualidad del actor y autor: “Medicina Tomo I. Acabo de terminar de escribirla. El protagonista es un enfermero que denuncia, por su lugar, todo lo que es la medicina de hoy. Lo que sufrimos, por ejemplo, con las obras sociales. Y termina en una especie de revolución de enfermos”, precisa.