Invitado por la Central de Trabajadores Autónomos, y como parte de una recorrida federal que se está realizando desde que comenzó la campaña el primero de febrero con una multitudinaria marcha en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, replicada en cada ciudad del país, el juez Juan Ramos Padilla llegó a Salta el jueves último.

Estuvo acompañado por el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y secretario general adjunto de la CTA Autónoma nacional, Hugo Godoy, así como por el dirigente social Luis D'Elía. En su visita reforzaron el pedido de renuncia de los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la reformulación interna de la justicia con una nueva metodología para la designación de jueces, y que cese el lawfare, o persecución política.

La campaña contra la manipulación de la justicia comenzó hace varios años durante el gobierno de Mauricio Macri, con la apertura de causas a varios dirigentes sociales como el mismo Luis D´Elia o Milagro Sala, en Jujuy, y también contra políticos como Amado Boudou o Cristina Fernández de Kirchner.

El primer día de febrero último (1F) se retomó la iniciativa con una marcha multitudinaria en CABA que tuvo su réplica en la ciudad de Salta. Tras el éxito alcanzado, tres de las caras visibles de la convocatoria decidieron comenzar una recorrida por todo el país realizando conversatorios y llevando la discusión a cada rincón del territorio nacional.

El jueves por la tarde, con auditorio lleno, se presentaron en el Centro Vecinal del barrio 20 de Febrero acompañados del secretario general de la CTA Salta, Julio Molina, y la dirigente de derechos humanos Blanca Lezcano.

Entre bombos y aplausos, apenas llegó al Centro Vecinal el magistrado que se puso al hombro las denuncias contra su propio sector, accedió a hablar con Salta/12. Aseguró que recorrerá el país para que se sepa que "esta Corte se diseñó no para servir a los argentinos, sino para conservar los privilegios".

Ramos Padilla sostuvo que, en contraposición, buscan una Corte Suprema “que sea de servicio y falle ante la ley y en favor de todos los ciudadanos argentinos". Sobre las instancias inferiores reprochó que "no se puede esperar seis años para llegar a la sentencia de un juicio laboral. Los jueces queremos que los integrantes de la Corte reciban a todos por igual, y no que citen a los empresarios a comer en un club muy paquete para no verse con los vulnerables".

“Tenemos la necesidad de que se vaya esta Corte machista que permitió los saqueos, el espionaje y la formación de causas contra dirigentes para construir un poder judicial adecuado para los argentinos”, insistió. Aunque reconoció que será tarea difícil, ya que para ello se necesitarían los dos tercios de los votos del Senado “y el Presidente no tiene facultades constitucionales para hacerlo”.

Por esto manifestó que “ellos solos (los miembros de la Corte) se tienen que dar cuenta que este pueblo no los quiere más y que tendrán que dar un paso al costado porque cada vez son más las voces que reclaman que se vayan”. “En algún momento tendrán algún poco de dignidad para irse y dejar que la Argentina pueda recuperar el estado de derecho”, agregó.

También fustigó al Poder Judicial en su conjunto: “no da para más”, sentenció, y para modificarlo “hay que empezar por sacar a los delincuentes”, afirmó. Para él, la cabeza “de toda esa mafia la maneja la Corte”, que entre otras cosas “se quiere apropiar del Consejo de la Magistratura (de la Nación)”. Agregó también que es un poder que avanza permanentemente sobre los otros poderes del Estado.

Para Ramos Padilla, no basta con ampliar los miembros de la Corte Suprema, sino que hace falta una reforma profunda del poder judicial, “que se vayan todos” y que se constituya un nuevo tribunal superior “que reconozca a todos iguales ante la ley”, porque "no se puede tolerar que en la Argentina tengamos un poder que custodia privilegios y no al pueblo que fue saqueado por 300 años”.

El juez aclaró que esa misma situación se replica en cada provincia: “con un Poder Judicial endogámico, en el que entran nada más que los hijos del poder y que también sirve para preservar privilegios”. Además, agregó que la Corte Suprema no federaliza los recursos, transformando a las provincias “en una especie de feudos donde puede pasar cualquier cosa”.

Sobre Salta indicó que se ven “una cantidad enorme de edictos policiales que restringen la libertad”. Y añadió que el caso más claro, de esa especie de feudos, se vive en Jujuy, donde ayer dieron una charla y donde saben que "hay edictos contra las posibilidades de manifestarse y reclamar”, lo que significa “cercenar las libertades públicas”.

Contra Morales 

Ramos Padilla y Luis D'Elía visitaron ayer a la lidereza de la Tupac Amaru, Milagro Sala, en su domicilio del barrio Cuyaya en la capital jujeña donde cumple prisión domiciliaria desde hace seis años.

(Imagen: Mariana Mamani). 

Tras la visita y luego de una intensa jornada en la plaza central de la capital jujeña, donde se realizó una convocatoria para organizar una marcha federal con el propósito de “Democratizar la justicia”, el juez sostuvo “Esta provincia tendría que ser intervenida inmediatamente" y deseó que el Presidente escuche el pedido

Los visitantes compartieron un almuerzo con Milagro Sala, quien agradeció sus presencias y los planteos de Ramos Padilla de critica al gobernador Gerardo Morales

Una provincia donde hay contravenciones para evitar que la gente se exprese, no tiene nada que ver con la democracia. Alfonsín, radical del yrigoyenismo, si hubiera visto a un radical ver lo que hace este señor que le dicen gobernador, le hubiera intervenido inmediatamente la provincia”, ratificó el magistrado refiriéndose a la puesta en vigencia, el 1 de enero de 2016, de un Código Contravencional que ha sido denunciado como herramienta para disciplinar a dirigentes opositores, a la vez que recaudar dinero con las multas.

Este hombre está dañando la democracia, usando los antecedentes de un partido que supo recuperar la democracia. No merece estar en el lugar en el que está metiendo miedo al pueblo de Jujuy”, añadió el juez Ramos Padilla.

Aseguró que los seis años de detención arbitraria de Milagro Sala son "una muestra de la sumisión del poder judicial al poder político”. “Una sola persona que esté presa, como es el caso de Milagro y compañeros de ella, por un gobernador que ya está comprobado el armado de causas: por escuchas ilegales, persecución a dirigentes y trabajadores, es una deuda enorme de la democracia”.

“Hay que poner orden, no puede haber un gobernador que quiere meter miedo a su pueblo. La misión de él es garantizar derechos, garantizar con jueces que cuiden al pueblo, no con jueces que lo cuiden a él. Los jueces son para la gente no por los gobernantes". Los jueces deberían controlar, en cambio, aquí parece que "hoy son el control para los privilegios de los que gobiernan y eso no puede ser”, subrayó Ramos Padilla.

Tambien comentó que la marcha del 1F mostró que en Argentina no hubo "jamás una justicia que beneficie al que necesita, que nos trate a todos como iguales y que tenga una concepción de lo que es la ley. La ley esta hecha para igualar al débil y al poderoso, acá funciona al revés. En Jujuy, el Poder Judicial esta funcionando como la columna vertebral del neoconcervadurismo y no quiere que molesten a los que nos están saqueando. Que nadie actúe a favor del pueblo que está tan sometido y necesitando de las propias riquezas que tiene nuestra patria”, agregó refiriéndose a las explotaciones mineras y otras de aprovechamiento de los recursos de la naturaleza. 

Por último, dijo de los días que pasó en el norte, visitando Misiones, Salta y Jujuy, que se lleva "el miedo que han metido en el pueblo. No puede haber democracia con miedo. Eso es para la dictadura, la democracia tiene que permitir protestar, expresar, disentir, discutir, pero con miedo no se puede”, afirmó.

En la charla que mantuvo en la plaza central de la capital jujeña, el mismo lugar donde Milagro Sala realizó el acampe por el que fue detenida por primera vez, Ramos Padilla reclamó: “Queremos jueces, lo que hay acá no son jueces" y se gratificó de que por primera vez se está poniendo en debate la función de los integrantes del poder judicial, "porque los jueces han metido miedo durante siglos, diciendo 'el secreto de sumario, los jueces hablan por sus sentencias', y ves las sentencias y están escritas en latín". Este, dijo, es "un tema que no se habló y requiere que se modifique”.

En su estadía salteña, Ramos Padilla conversó con Salta/12 y comentó que quieren “caminar todo el país” para culminar con una gran marcha federal que supere a la del primero de febrero "que haga tambalear a los poderes de la justicia y quienes los sostienen”, “porque nos merecemos un poder que preste servicios para el pueblo y no para los poderosos”. Para lograr esa modificación “primero se tienen que ir los delincuentes enquistados en la Corte, debido a que cualquier ley que hagamos ahora modificando a la justicia, ellos la van a declarar inconstitucional”, concluyó el magistrado.