Gabriel Vitale fue el primer juez que recibió la visita de Juan Sebastián de Stefano, por entonces director administrativo de Asuntos Jurídicos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), para pedirle la detención de Hugo y Pablo Moyano. A los días, la operatoria se repetiría con su colega Luis Carzoglio. Vitale declaró este miércoles por más de dos horas ante la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia y dejó la copia del borrador que le entregó el número 3 de la exSIDE macrista cuando fue a verlo a su despacho de Lomas de Zamora. Después de negarse a avanzar con la detención de los dos dirigentes sindicales, Vitale se quedó sin la causa y terminó con una denuncia penal –en la que llegaron a investigar a sus hijos menores de edad– y un pedido de juicio político promovido por el procurador bonaerense, Julio Conte Grand.

Vitale llegó al Congreso con varios papeles, que les fue entregando a los integrantes de la Bicameral que preside Leopoldo Moreau. Uno de ellos era la denuncia que presentó en junio de 2019 ante la Suprema Corte bonaerense en la que decía que el gobierno de Mauricio Macri se había metido en la causa en la que se investigaba a la “barrabrava” de Independiente para torcerla de manera tal de terminar involucrando a los Moyano.

Vitale estuvo desde 2017 a cargo de una causa en la que se investigaba a distintas hinchadas de la zona sur por los negocios que suelen hacerse en las inmediaciones de las canchas –venta de merchandising– o incluso las zonas liberadas por la policía para cobrar por los estacionamientos. Sin embargo, para diciembre de 2017 –coincidentemente con la reforma previsional a la que se opusieron con fuerza los gremios– las cosas empezaron a complicarse.

La fiscalía empezó a pedir que el barra Pablo “Bebote” Álvarez fuera aceptado como arrepentido, pero Vitale se opuso. A Bebote lo representaba el abogado Rubén Reznik, a quien Vitale describió como uno de los asesores de Gerardo Milman, entonces funcionario del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich, históricamente enemistada con los Moyano. La fiscalía le abrió la puerta al Ministerio de Seguridad de Bullrich para que interviniera, a través de la Policía Federal y de la Gendarmería, en distintas medidas. En simultáneo, empezó a sobrevolar una persona llamada Fernando Cornes, a quien apodaban “El Chino” y que Vitale describió en la Bicameral como integrante del área de inteligencia del Ministerio de Seguridad. Contó que a él se lo habían presentado como un funcionario del ministerio que colaboraba con la fiscalía.

Cornes fue quien le dijo a Vitale que querían verlo de la AFI. Los visitantes fueron De Stefano y Fernando Di Pasquale, por entonces director operacional de Análisis de la AFI. Al llegar al Juzgado de Garantías de Lomas, De Stefano y Di Pasquale le entregaron un pedido de allanamiento y detención contra los Moyano y le explicaron que habían avanzado en una investigación sobre los activos de los dirigentes sindicales. Vitale lo leyó con su equipo, lo subrayó y dijo que no tenía que ver con el objeto de su causa.

Copia del escrito que llevaron De Stefano y Di Pasquale.

Según sus estimaciones, la visita de la dupla de la AFI habría tenido lugar entre el 15 y el 20 de agosto de 2018. La visita, dijo Vitale ante la Bicameral, coincidió con otro hecho: el cableado de la alcaidía provincial de Melchor Romero –que se investigó en la causa de espionaje de los Súper Mario Bros–. En agosto de 2018, un grupo de integrantes de Operaciones Técnicas de la exSIDE llegó hasta la alcaldía para poner micrófonos y cámaras en la unidad. La explicación oficial fue que podría darse el traslado de los hermanos Lanatta y Víctor Schilacci y querían evitar una nueva fuga. Los Súper Mario Bros que declararon en la Bicameral dijeron que estaban acondicionando las celdas para la detención de los Moyano.

Vitale rechazó las detenciones y, a los tres días, la Cámara le sacó la causa. El 24 de agosto el expediente estaba en manos de Carzoglio, a quien Vitale fue a ver para explicarle cómo venía la mano con la investigación. Su colega pudo enterarse rápidamente porque el 31 de agosto fue él quien recibió la visita de De Stefano y Di Pasquale. A Carzoglio le transmitieron que Mauricio Macri estaba obsesionado con la detención de los Moyano.

Carzoglio tampoco avanzó con las detenciones. Terminó denunciado, con un pedido de juicio polìtico y suspendido. “A mi entender, el principal responsable de lo que me pasó es el presidente Macri”, les dijo Carzoglio la semana pasada a los integrantes de la Bicameral.

Nuevas líneas

En diálogo con Página/12, Moreau valoró muy positivamente la declaración de Vitale y el hecho de que hubiera llevado el original del pedido de detención que confeccionó la AFI contra los Moyano. Es probable que el testimonio de Vitale dispare nuevas líneas de investigación a la Comisión: por un lado, la profundización de la pesquisa sobre Conte Grand y, por otro, podrían adentrarse en el área de inteligencia que dependía de Bullrich y aparentemente maniobró para lograr la detención de los Moyano.

A finales del gobierno de Macri, la vinculación del Ministerio de Seguridad con la persecución a los dirigentes camioneros había surgido en una causa que tramitaba en Comodoro Py. Allí se presentó el abogado Facundo Melo y dijo que lo habían presionado para que uno de sus defendidos, el barra Damián Lagaronne, declarara contra los Moyano. Melo, además de ejercer como abogado, era entonces uno de los célebres integrantes del grupo de espías conocido como Súper Mario Bros. Según Melo, fue Alan Ruiz quien le transmitió el interés en la causa. Ruiz, entonces director de Operaciones Especiales de la AFI, venía de ser un hombre importante en la cartera que lideraba Bullrich.

Este jueves, está previsto que la Bicameral reciba a uno de los compinches de Melo, Leandro Araque, para consultarle por el espionaje sobre otro dirigente sindical, el líder de la Uocra platense Juan Pablo “Pata” Medina. Araque ya declaró el viernes pasado ante el juez federal Ernesto Kreplak que él hizo seguimientos sobre Medina porque lo envió el entonces director operacional de Contrainteligencia de la AFI Diego Dalmau Pereyra.

Tanto De Stefano y Di Pasquale como Dalmau Pereyra eran parte de la plana mayor de la AFI que conducían Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. De Stefano y Dalmau, además, son dos de los tres espías que estuvieron en la reunión del Banco Provincia en la que se discutió cómo armar causas contra Medina que lo pusieran tras las rejas. En ese encuentro, el ministro de Trabajo de María Eugenia Vidal, Marcelo Villegas, se entusiasmó con la conformación de una “Gestapo” para perseguir a los sindicatos.