Thomas Piketty, considerado uno de los economistas más influyentes de la actualidad, acaba de publicar en Francia su nuevo libro Une Bréve Histoire de l’Egalité. En este trabajo, el autor condensa una parte de sus últimos escritos, El capitalismo en el siglo XXI, Capital e Ideología y Vivement le Socialisme, editado en 2020, que compila sus crónicas publicadas en el diario Le Monde entre 2017 y 2020.

Es siempre difícil para un autor resumir en 350 páginas varios libros de 1000 páginas que contienen innumerables gráficos y cuadros estadísticos sobre la evolución del ingreso, del patrimonio, de la política fiscal, de los diversos impuestos en distintos países y de la distribución del ingreso entre las diversas categorías con análisis y conclusiones destinadas a lectores que pueden no poseen una formación en economía.

Revirtiendo la óptica que prevaleció en sus libros anteriores, donde denunciaba el incremento de las desigualdades que resurgieron y se agravaron en los últimos 40 años, luego de la llegada al poder de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, el autor muestra en los cinco primeros capítulos de su nuevo libro que la historia de la humanidad puede leerse también como una largo camino hacia la igualdad, aunque esté sembrado de trampas y dificultades, además del innegable retroceso de los últimos 40 años. 

(Des)igualdad

La primera parte de este nuevo texto es por lo tanto una suerte de síntesis histórica de las victorias y derrotas en la lucha por la igualdad en los distintos países que el autor presentó en Capital e Ideología. Piketty explica que todas las sociedades tienen una necesidad ideológica y política de justificar las desigualdades económicas sociales y culturales como un factor positivo. La "teoría del derrame" es un ejemplo de ello.

En las sociedades de cultura grecoromana, el Siglo de las Luces y la Revolución Francesa supusieron una ruptura a fines del siglo XVIII que se plasmó en un cambio político con dos palabras claves, "libertad e igualdad", que se encuentran en la primera estrofa del himno nacional. 

En este período, las fuerzas sociales provocaron una potente deflagración que llevó a una desconcentración del poder político y de la propiedad del clero y la aristocracia, abriendo el camino a una nueva clase media de propietarios que democratizó la propiedad pero también el ingreso y, más tarde, el acceso a la salud, la educación y los bienes culturales. Luego de la Gran Depresión y de la Segunda Guerra Mundial, llegaría la economía del bienestar y a una cierta igualdad jurídica, social, sanitaria, económica, política y cultural.

En el capítulo VI, Piketty retoma algunas de las conclusiones de su libro El capitalismo en el Siglo XXI, explicita y sintetiza su crítica a la llamada "curva de Kuznets", que en los años '50 insinuaba que el crecimiento económico iba a ir acompañado de por sí con la disminución de la desigualdad del ingreso. 

El autor también recuerda que el largo camino hacia la caída de la desigualdad social, la redistribución del patrimonio y del ingreso, el acceso a la educación, a la salud y a la previsión social para las mayorías, lo que el autor llama la "gran redistribución entre 1914 y 1980", acelerada a partir de 1945, no es el resultado del crecimiento económico sino el producto de la aplicación de una política impositiva del impuesto progresivo al ingreso y a la herencia y de la redistribución del mismo.

Los cambios operados a partir de los años '70, durante la dictadura cívico-militar en Argentina y desde los '80 en Europa y los Estados Unidos, fueron justificados por los ideólogos de turno afirmando que la disminución del impuesto progresivo al ingreso o la baja de los impuestos a la propiedad tenían como objetivo de incrementar la acumulación del capital, la inversión y la tasa de crecimiento. 

La ralentización del crecimiento económico se imputaba a una benevolencia con los que menos tienen, los cuales no aportaban el esfuerzo esperado para aumentar el crecimiento económico. Sin embargo, como señala Piketty, "históricamente es el combate por la igualdad y la educación que ha permitido el desarrollo y el progreso humano y no la sacralización de la propiedad, la estabilidad y la desigualdad".

Piketty había generado un debate proponiendo su libro El Capital en el Siglo XXI una fórmula matemática que mostraba que la tasa de rendimiento del capital era superior a la tasa de la inversión neta, lo que se explicaba por el resurgimiento de los rentistas que derrochaban la acumulación del capital en esparcimiento, juegos, fiestas y diversiones. En este último libro, el autor integró un gráfico en el que se observa que la curva del impuesto progresivo al ingreso tiene una correlación positiva con la tasa de crecimiento del producto. Una manera de exponer más claramente que los impuestos no se oponen al crecimiento económico sino al contrario.

La creciente preocupación por la acentuación del efecto invernadero está presente en todo este libro y en la última parte el autor hace un llamado a la construcción del “socialismo democrático, económico y mestizado” que asegure una justa distribución del ingreso pero también que excluya las discriminaciones, junto a una verdadera inclusión del Sur, entiéndase los países emergentes, al desarrollo con equidad.

*Doctor en Ciencias Económicas de l’Université de Paris. Autor de La economía oligárquica de Macri, Ediciones CICCUS Buenos Aires 2019.

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