Finalmente el carnaval porteño volverá a Av. de Mayo. No pudo ser la semana pasada debido a las malas condiciones del tiempo, que obligaron a la reprogramación para este domingo. La celebración se extenderá desde Bolívar hasta Carlos Pellegrini con la presentación de murgas, shows infantiles y un recital de cierre a cargo de Karina la Princesita.

Aunque el festejo en Av. de Mayo no fue anunciado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad al comienzo del carnaval, era una posibilidad fuerte, que dependía entre otras cosas de la evolución de la situación sanitaria. Por otro lado, después de años de choques y disputas entre las autoridades porteñas y el universo murguero, la celebración en Av. de Mayo hace algunos años fue uno de los factores de acercamiento entre ambos sectores, y fue una de las banderas en la cual insistían desde las oficinas ministeriales al hablar del carnaval. Tras dos años de pandemia, ahora desde la sede de Av. de Mayo 575 hablan de un “gran Carnaval del Reencuentro”.

Desde las 16 desfilarán las murgas Invitación al Delirio, Los mimados de la Paternal, Derrochando Alegría, Los Caprichosos de San Telmo y Los bohemios de Lugano. Para los más chicos habrá un show a cargo de Panceta y Los Papafritas y más tarde llegará la Fiesta Bresh. El cierre, ya de noche, será con Karina la Princesita. Además habrá puestos de comida y bebida y una muestra fotográfica itinerante sobre el carnaval iniciará aquí su recorrido (ya está disponible online). El festejo de Av. de Mayo coincidirá con otras sedes del carnaval (en el Playón de San lorenzo, el Anfiteatro del Parque Lezama, el Anfiteatro de Mataderos, Parque España, el corso de Saavedra y Plaza Irlanda.

Aunque el carnaval porteño tiene una larga tradición de festejos en calles y clubes de toda la ciudad, la fiesta en Av. de Mayo era una costumbre histórica que se perdió durante muchísimo tiempo. Después que la última dictadura cívico-militar prohibió la actividad, que volvió con la recuperación de la democracia, las murgas porteñas –y, en rigor, los carnavales de todo el país, tuvieron que militar duramente para recuperar los espacios territoriales y simbólicos que les pertenecían. Los feriados de carnaval, por caso, recién les fueron devueltos durante el primera mandato de Cristina Fernández de Kirchner. En la Ciudad la relación entre gobierno y murgas fue tensa durante muchos años, que solían caracterizarse por actividades confirmadas a última hora y después de reclamos públicos. Y aunque la política actual tiende a sacar los corsos de las calles y circunscribirlos siempre que es posible al ámbito de plazas y clubes de barrio –en línea con las políticas generales de la Ciudad-, es cierto que la cartera dirigida por Enríque Avogadro bajó notablemente la conflictividad con el sector.

La idea de Domingo Faustino Sarmiento cuando promovió el primer corso de la Ciudad, allá por 1869, era que los disfraces podían borrar por un rato las diferencias de clases. Eso parece hoy bastante lejano.  Pero hay algo que no pierde vigencia: el carnaval es una fiesta genuinamente popular.