De monólogos radiales a libro, de libro a obra de teatro: ese es el recorrido de S.O.S. nací mujer, unipersonal de Carolina Papaleo, del cual la actriz dice estar "enamorada". La temática son los modelos de relaciones entre ambos sexos. "Muchos me dicen que encontré el nicho, pero lo tengo escrito hace bastante", dice a Página/12. "Todas las mujeres que podemos tener alguna voz vamos aportando a una toma de conciencia. Y un espectáculo de humor siempre es más fácil para la escucha del otro", agrega. Realizará una única función el martes 8 a las 20, a propósito del Día de la Mujer, en Caras y Caretas 2037 (Sarmiento 2037). 

Este espectáculo, que ella misma escribió, está basado en su libro Ser mujer es caro (2013, Ediciones B), en el cual reunía experiencias propias y de amigas y las mezclaba con sus conocimientos de coaching ontológico. A la vez, ese libro había derivado de los monólogos que hacía en el programa Caro en radio. Al comienzo de la obra, su personaje despierta decidida a operarse para convertirse en varón, "no porque sea mejor ser varón, sino porque es el otro género, y está cansada de ser mujer". Se presenta a un sanatorio; le piden una autorización. "El recorrido del unipersonal son los diez motivos que le voy dando a una voz en off que tiene que autorizar la operación. Cada uno de los motivos me permite tocar diferentes temas, como los estándares de ideal de belleza impuestos o los modelos que tienen los cuentos, los diferentes modelos de princesas", resume.

"La Cenicienta queda a la espera de ese tipo que a lo mejor ya se fue, resolvió, hizo su familia, tiene hijos. Ahí les pego un poquito a las mujeres. Después está la Bella Durmiente, que con tal de mantener el auto o una extensión de la tarjeta se hace la dormida. También hago un monólogo sobre la muerte de Barbie. El último gran motivo es el tema de los hombres, que cuentan qué tipo de mujer quieren encontrar, en base a canciones infantiles", describe Papaleo. S.O.S. nací mujer estrenó en 2014 y, tras una temporada en el Paseo La Plaza, la fue presentando "alrededor del país". Cuenta con música de Martín Bianchedi, dirección de Eduardo Gondell y dirección general y producción de la actriz.

A través del humor busca llegar a cierta verdad. Se acuerda de un día que estaba estudiando el texto mientras manejaba y su hijo le señaló que era "horrible" una parte que hablaba sobre los bebés. "'¿Para qué me tuviste?', me preguntó. Le dije, 'esta es la verdad, hijo, pero no te la cuenta nadie. Al pibe lo querés tirar por la ventana, pero está mal que una madre lo diga", expresa. "Nadie que no está incómodo cambia. Por eso es el género femenino el que piensa. Los varones siempre estuvieron comodísimos", desliza.

Papaleo, de 53 años, estudia Ciencias Políticas. "Es independiente a ocupar un lugar. No me desvela eso. Hago política las 24 horas y no tiene que ver con lo partidario", se define. Los sábados y domingos a las 20 conduce junto a Julián Weich Vivo para vos, en El Nueve. "Empezó en plena pandemia. Fuimos un sostén sobre todo para la comunidad artística, al seguir los streaming que iban haciendo actores y cantantes. Este año vamos a tener novedades. Estoy súper conforme, es un programa que se ha instalado, la gente lo espera, me escribe. Me dan ternura y felicidad los mensajes que me dejan", cuenta.

-Hace poco, Erica Rivas dijo: “Cuando salí del closet feminista perdí la neutralidad como actriz”. ¿Te pasó lo mismo?
-Vengo de una familia donde la línea femenina es muy power. Mi abuela, la mamá de mi papá, era una anarquista que se casó llorando. Ese perfil de “ni Dios ni patrón ni marido” no era el de una abuelita que cocina, se queda en la casa y se somete al marido. Después tuve como modelo a mi vieja, que militó durante toda su vida, fue una estrella en su carrera, primera siendo mujer y todo. Un día dijo "me dedico a la política". Fue diputada, hizo leyes para la violencia de género, para minoridad y familia, fue presidenta de comisión. No tengo modelos que haya tenido que romper; no tuve que salir de ningún closet porque en mi casa estaban todos abiertos. El camino se me dio naturalmente y por eso tal vez tengo la mirada que tengo. La ficción necesita tanto de mujeres como de varones, es diferente a una empresa, pero después de mucho tiempo me enteré de que en una novela el protagonista masculino ganaba mucho más que yo. Era una empresa de afuera, yo ganaba un montón de guita pero... había desigualdad y no lo sabía. 

-Y a la hora de considerar lo que les sucede a los personajes... ¿influye la mirada feminista?
-El actor tiene prohibido juzgar. Si no yo no podría hacer Lady Macbeth. Me acuerdo de que hice un Alta comedia en el que el personaje de Gerardo Romano me arrastraba por el piso y me metía la cabeza dentro de una pecera. ¿No voy a hacer ese personaje porque soy feminista? No, porque hay minas a las que les pasa eso. Tengo que hacerlo para que la que está del otro lado de la pantalla diga "a mí me pasa eso y está muy mal".

-¿Tuviste que retocar el texto de la obra por el paso del tiempo?
-Lo presenté una vez sola después de la pandemia y le dije a mi asistente que le iba a pegar una peinada, sacarle cosas, resumir; no hace falta redundar en un montón de cosas que antes me parecían bárbaras y ya no tanto. Quise darle un guiño al espectador para advertirle sobre todo lo que hemos atravesado. En un momento aparece la voz de mi vieja, que dice: "¿sabés qué pasa? Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer". Se empiezan a reír todos y digo "¿a mí sola me criaron con esa frase?". Después de eso, tuve que agregar: "chicas, tenemos que felicitarnos, porque nacimos viendo la televisión en blanco y negro, y ahora manejamos una cantidad de aparatos, y con todos los mandatos que tuvimos llegamos hasta donde llegamos y estamos haciendo la revolución que estamos haciendo. ¡Aplausos para nosotras!". Tenemos un nivel de adaptación y aprendizaje bastante importante.

-¿Cómo te sentís sola arriba del escenario?
-El primer unipersonal se llamó Ser mujer es caro, le dimos una vuelta de rosca e hice S.O.S. nací mujer, modificando el hilo nada más. Subí al escenario de inconsciente. La primera vez fue en Mar del Plata. Estaba en el hotel enfrente del teatro y dije "¿y si  nadie se ríe? ¿Si les parece una pelotudez? ¿Qué hago si hay silencio?" Me agarró un estrés que no te puedo decir. En ese momento tampoco estaba la imagen de Carolina Papaleo en algo que tuviera que ver con el humor. Cuando empecé a hacer la conducción de Secretos de novelas pude mostrarle al público algo que tiene que ver conmigo, que es como un stand up que hago, igual que ahora en Vivo para vosLo hago en la vida, pero la gente no me conoce. Estaba muy pegada a la imagen del teatro con China Zorrilla o a la cosa de la novela, el melodrama. No estoy asociada al humor y a romper la cuarta pared. En el unipersonal captás todo lo que pasa con el público y lo vas tomando. Estás en un aquí y ahora, vos solo. 

-¿Creés, como otros actores y actrices, que el teatro tiene otra magia en comparación con la tele?
-Si les preguntás a otros actores seguramente dirán que venimos a hacer teatro. Creo que hay una explicación. En realidad, en la tele siempre todo es para anteayer. Si la escena salió bien de técnica y vos no te sentiste tan bien, queda como quedó grabada. El cine es más del director, que tiene todo en la cabeza; en teatro una vez que se levanta el telón quién te va a venir a bajar. Creo que los actores somos más dueños de nuestro trabajo, por eso decimos que preferimos el teatro. Además, tiene un proceso de tiempo, de poder errar en los ensayos, buscar, mejorar. Es la oportunidad de hacer otra cosa con lo mismo. Tiene una magia muy especial.

*Las entradas se consiguen en la página www.alternativateatral.com.ar.