El gobierno de Austria anunció la suspensión por tres meses de la ley que obligaba a vacunarse contra el covid-19 y que había sido sancionada para revertir los contagios masivos por la pandemia. La medida había entrado en vigor hace un mes y fue revertida debido a la "baja peligrosidad" de la variante ómicron.

"Hemos decidido seguir el consejo de la comisión de expertos" y "suspender" la legislación ya que la obligatoriedad no es "proporcional" a la peligrosidad de la variante circulante en el país, anunció la ministra de Asuntos Constitucionales, Karoline Edtstadler, durante una rueda de prensa en Viena.

Bajó la cantidad de contagios

La ley había sido sancionada el 5 de febrero y fue una medida sin precedentes en la Unión Europea (UE). Causó sorpresa en la comunidad internacional y desató una fuerte oposición de una parte de la población austríaca, que es de 8,9 millones de habitantes.

En su mensaje de hace horas, Edtstadler admitió que la obligatoriedad fue “una violación de los derechos fundamentales” pero volvió a justificarla por la urgencia sanitaria que se vivió desde que la ola de ómicron desató picos de contagio inusitados.

De la misma manera, resaltó los efectos positivos de haber impuesto la vacuna. Frenó los contagios y la cantidad de víctimas que, en Austria, acumuló poco más de 15 mil muertes desde que empezó la pandemia.

Ahora, frente a las características de esta variante, mantener la ley “no está justificado”, dijo la ministra. "No vemos la necesidad de la vacunación obligatoria en este momento, dada la variante actual", que causa síntomas menos graves que la Delta, la variante dominante anterior, explicó.

Suspensión por tres meses

La obligación afectaba a todos los residentes mayores de 18 años, a excepción de las embarazadas, los que contrajeron el virus 180 días antes, y los que estaban exentos por motivos médicos.

Los controles en la población debían comenzar a mediados de marzo, con sanciones que iban de 600 a 3.600 euros. Pero el gobierno, sobre la base del concejo de expertos, recomendó “suspender la vacunación obligatoria hasta su próxima evaluación", que se hará dentro de tres meses.

El ministro de Sanidad, el ecologista Johannes Rauch, explicó que para suspender definitivamente la obligatoriedad se requieren "más pruebas y conocimientos científicos sobre la duración de la eficacia de las vacunas contra el coronavirus, así como sobre el propio virus".

Entonces, por el momento la obligación de vacunarse no se abolirá sino que permanece suspendida temporalmente y es posible ponerla en marcha rápidamente en cualquier momento que se considere necesario, aclaró.