Volvió la alegría: regresó el Lollapalooza. Al menos ésa fue la sensación que embargó durante la tarde del viernes al Hipódromo de San Isidro, sede del festival desde su llegada al país en 2014. El desembarco del evento de manufactura estadounidense abrió las puertas en la Argentina para una nueva manera de entender la experiencia musical, estableciendo una narrativa que versaba acerca de la contemporaneidad. Y en eso ya era consecuente incluso antes de arribar al país, cuando en los noventa le hablaba a la nación alternativa. Aunque en la década siguiente, el diálogo fue con los hijos de esta progenie. Sin embargo, el “Lolla” apareció por acá en el preludio de la irrupción de la revolución centennial criolla, que se lo terminó apropiando. Al punto de que hoy es uno de sus bastiones culturales. Eso también se sintió en la primera jornada, lo que el año pasado parecía una utopía. No hay que olvidar que una de las tantas cosas que nos legó la pandemia fue vivir con incertidumbre.

Vale la pena recordar igualmente que el festival fue la primera víctima de la covid-19. Apenas se produjeron los primeros contagios en el país, la industria del entretenimiento empezó a tomarse en serio la posibilidad de entrar en periodo de hibernación. Entonces, tras apelar a la paciencia y a un plan de contingencia, el Lollapalooza de 2019 debió ser cancelado. Eso sí, a regañadientes por la súper programación que ofrecía, de la que se destacaban Guns N’ Roses, Travis Scott, Lana del Rey, Charly XCX y Gwen Stefani. De esa avanzada internacional, muy pocos siguieron en pie para esta vuelta del evento. Dos de ellos son The Strokes y LP, quienes se presentarán este sábado. Por lo que hubo que armar grilla nueva, y ahí surgió la posibilidad de incorporar a la estrella pop Miley Cyrus y al baluarte del rap A$AP Rocky, los actos principales de la primera fecha. En lo que sería el debut de ambos en los escenarios locales.

El de Harlem se encontraba consumando su performance (bandera de Argentina en mano) al cierre de esta edición. En tanto que la otrora ídola de Disney aún no había llegado al predio. A pesar del pronóstico de lluvia previsto para el viernes, la cosa podría haber sido peor. Si bien algunas zonas quedaron afectadas, sobre todo en los alrededores del escenario Perry’s (el más cercano al ingreso al hipódromo), el público supo sortearlo. Aunque sin duda lo mejor fue que el cielo se calmó temprano, no así la temperatura. Demasiado frío para la época, sobre todo cuando cayó la noche. Al momento de abrir las puertas al mediodía, el sol dio una bienvenida radiante. Ya Limón se encontraba sobre el escenario Samsung, Rosario Ortega estaba en el Flow, Ainda en el Alternative y Bianca en el ya mentado Perry’s. También funcionaba otro escenario paralelo: el Kidzapalooza, al igual que un sinnúmero de atracciones. Y es que el lugar parecía un parque temático. De música, claro.

Debido a la coyuntura pandémica (por más que la gente ya haya asumido que estamos en una endemia), el grueso de la programación de este Lollapalooza se sustentó en artística local. Pero no fue nada improvisada sino que representa bastante bien el algoritmo de la música popular contemporánea argentina en la actualidad. No obstante, más allá de que Natalie Pérez le diera el condimento pop a la jornada, Chita propusiera el argumento R&B, Airbag esbozara el boceto alternativo y Zenon Pereyra tornara en la figura indie, el viernes fue un día que evidenció el gran momento que atraviesa la música urbana nacional. Dillom dio fe de eso tras su performance en el Perry’s, donde desenfundó (luego de que ahí mismo lo hiciera La Joaquí, artífice de ese movimiento) junto a su banda una seguidilla de canciones representativos de su breve, pero abundante obra. Se destacaron temas como “Amigos nuevos”, “Pelotudos” y “Coach”, que contó con la colaboración de su colega Muerejoven.

Luego de abrir su show en el Samsung, un Duki emocionado no podía creer que hubiera tanta gente viéndolo. A eso le siguió su hit “Te traje flores”, que tuvo que interrumpir sobre el final porque alguien del público se descompuso. Y el músico urbano estuvo a la altura de la circunstancia tanto ahí como en otros pasajes de una performance en la que básicamente hizo un compilado de sus éxitos. Al rapero le antecedió en el escenario que queda justo en frente, el Flow, su colega Wos, quien abrió su show con “Buitres” y lo cerró con “Púrpura”. En el medio de todo, amparado por una banda cada vez más sólida y filosa, el rapero y freestyler hizo temas del calibre de “Okupa”, “Fresco”, “Luz delito”, y “Andrómeda”. Al momento de interpretar “Freestyle” invitó a su camarada Acru, y en “Niño gordo flaco” estuvo otro compinche: Ca7riel. Coronando así una de las actuaciones más destacadas de esta primera fecha de Lollapalooza argentino. 

Si hubo un show revelación a lo largo del viernes ése fue claramente el de Louta. El cantante y performático inició su actuación con un guiño al ruidismo. Pero no se trató de una improvisación ni de un arrebato bravucón, pues estuvo legitimado por Alejandro Terán, quien estuvo dirigiendo el experimento que incluyó puesta en escena. La jornada inaugural del festival la cerraría otro de los iconos de la música urbana nacional: Bizarrap, eso sucedería una vez que Miley Cyrus concluyera su presentación. Así como sucedió este viernes, en el resto de las fechas se espera que asistan unas 100 mil personas. Y es que hay que recordar que las tres fechas de esta edición están agotadas. Para el día dos del evento, además de The Strokes y LP, en el Hipódromo de San Isidro se esperan las intervenciones de El Mató a un Policía Motorizado, Khea, Nicki Nicole y Taichu.