Mientras en la región cercana a los ríos del Bermejo y el Pilcomayo, zona norte de la provincia, hay comunidades indígenas que quedaron aisladas por las aguas, en las zonas altas el líquido comienza a escasear y genera preocupación. Este nuevo año se suma a otros de sequía que viene afectando la producción de pequeños productores del extenso departamento de Rivadavia.

Así lo dio a conocer el Frente Nacional Campesino (FNC) en un comunicado en el que sostuvo que 5 familias campesinas del paraje El Estanque, a 25 kilómetros del pequeño pueblo de Los Blancos, de la jurisdicción de Coronel Juan Solá (también conocido como Morillo, en el departamento Rivadavia), informaron de la falta de agua y los problemas que atraviesan por la escasez del insumo. “Necesitan con urgencia el auxilio de las autoridades provinciales y/o municipales para superar la situación de emergencia y desastre que atraviesa por falta de agua”, afirmó el FNC.

“Venimos de hace 15 años con una sequía muy brava”, contó a Salta/12 Enrique Cruz, quien vive en el paraje El Estanque. Indicó que siempre hubo una cañada en la cual se acumulaba agua que servía para poder subsistir con la producción de ganado menor y mayor durante “la seca”, o sea, los meses que no llueve (que suelen ser entre mayo y diciembre). Pero el año pasado la cañada se secó y esto implicó que las familias perdieran la mitad de su producción, pues de 100 animales de ganado mayor y menor, solo les quedaron 50 aproximadamente a cada familia.

“Solo vivimos de eso. Lo tenemos para vender y comprar el alimento, o por ahí para el autoconsumo”, sostuvo Cruz. El agua para consumo humano es la que cae de los aguaceros (que cada vez son más escasos) y que se almacena. Los animales suelen tomar el agua que surge de los pozos someros (de unos 27 metros aproximadamente), y esto les daña la producción, porque mueren los animales más jóvenes al tomarla, informó el lugareño. “Por lo menos queremos que nos hagan un pozo profundo para el agua nuestra”, solicitó al reclamar ayuda a las autoridades del municipio o la provincia.

Protección de las aguadas

“El tema de agua se tocará en la próxima mesa interinstitucional que será en Capitán Pagé”, en Rivadavia Banda Norte, contó ayer Lucía Ruiz, presidenta de la Fundación Unión y Progreso, que agrupa al campesinado ubicado en cercanías de la ruta 81. La referente, que vive en Morillo, recordó que las mesas abiertas con el sector el año pasado, se realizan junto a funcionarios de la provincia el segundo jueves de cada mes.

“La situación de la falta de agua no es solo en ese paraje. Pues la sequía continúa. Hay personas que bombean año redondo, o como decimos ahora, motoreamos año redondo”, indicó Ruiz. La expresión refiere a extraer el agua de los pozos, que cada vez más se hace con bombas acondicionadas con motores. Otros “sondean” el agua, es decir, la sacan por una sonda que se introduce a cierta profundidad, pero con este método “apenas si a veces se logra sacar un litro”, dijo.

Ruiz afirmó que desde la organización campesina que dirige por ahora se trabaja con la Fundación Solidaridad, que empezó a darles el apoyo técnico para cerrar las aguadas y evitar que el agua para el ganado se acabe con rapidez, al hacer un uso racional del líquido. 

Además de estos cierres se hicieron trabajos para captura de agua y sus respectivas cisternas de almacenamiento, y el desenlame (limpieza) de las represas para poder acumular más y mejor agua. Además, se firmaron convenios con la Fundación para conseguir más pozos someros que suelen llevar agua que solo sirve para parte de la producción, dado que en muchas ocasiones no es segura para consumo humano. Ruiz afirmó que por ahora son 250 las familias campesinas beneficiarias en los diversos proyectos desplegados.