Divididos instaló como certeza eso de que en el Oeste está el agite porque a Sumo, Árbol, Los Piojos, Hermética, Shaila u Ojas los hermana no sólo la procedencia geográfica sino también la prepotencia de un trabajo artivista que no encuentra tanto parangón en el resto de la constelación conurbana. El linaje, que parece de otra era geológica del rock criollo, está a buen resguardo gracias a herederos como Dragón Verde, grupo de Ituzaingó que este viernes hará su desembarco porteño tras una larga prédica por su Oeste. “Allá no nos quedó lugar sin pisar: bares, plazas, festivales, organizaciones civiles y políticas, casas de amigos, cumpleaños, bodegones”, asegura el baterista Toti Starnari.

La militancia geográfica se acentúo con Under The Puente, festival de propia gestión que desde hace dos noviembres concentra a la comunidad artística zonal bajo Puente Lebensohn, hito GPS que divide Morón de Castelar. “Se nos había caído la fecha y, como no había tiempo para armar otra, le pedimos a un amigo si nos conseguía las instalaciones del Club Morón, ahí al lado. Así comenzó esto que nuclea a artistas zonales en el escenario principal y en los gazebos de exposición que montamos alrededor”, describe el cantante Pol Polacchi, a quien esta invención le recuerda al aire kermés de Luna de Avellaneda. “Queremos rescatar esa esencia”, defiende.

Mezclaron rock, reggae y punk, las flamas insignes del Oeste, en su primer disco, El maravilloso mundo del Dragón Verde, que sucederán con el inminente Flores. Mientras tanto, sacaron un trío de canciones-versiones que subieron a Bandcamp: La orden del sultán y el fumador de Kif, título en homenaje a un cuento popular marroquí. Y además de curtir sus terruños, también se lanzaron a aventuras como las clásicas giras de verano por Villa Gesell. “Ahí vimos a muchas bandas y sentimos que era una experiencia que había que hacer sí o sí, ofreciendo nuestros shows de bar en bar”, reseña el bajista Juan Castellanos.

El ABC del rock ahora les propone una letra fuerte: hacer pie en Buenos Aires. Misión que comenzará este viernes, con la llama encendida pero a fuego lento. “Es estimulante el desafío de entrarle a Buenos Aires con fechas en las que el público no necesariamente te va a ver a vos”, coinciden el trompetista Mati Ferreira y el guitarrista Tano Taramasco, soplando bajo pero firme.

* Viernes 2/6 a las 21 en Café de los Patriotas, Nicasio Oroño 2200.