Dos veces se convirtió en tendencia Javi López, copresidente de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EuroLat), en cuestión de minutos. Primero al preceder el discurso de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el CCK ante más de 100 parlamentarios llegados desde Europa y América latina y el Caribe, cuando dijo que se sentía "telonero de los Beatles". Luego cuando Cristina confundió su nombre y lo llamó más de una vez "Jordi" por "ver tantas series españolas en Netflix". "Es evidente la relevancia pública que tienen sus comparecencias en el país", expresó sonriente el eurodiputado español en diálogo con Página/12.

La 14º sesión plenaria de la EuroLat se desarrolló esta semana por primera vez en Buenos Aires bajo el lema "Una recuperación económica justa e inclusiva en paz". Su copresidente, el español Javi López, destacó que el combate contra la pandemia de covid-19 continúa, por lo que "es necesario seguir distribuyendo la vacuna de forma accesible para garantizar que no haya nuevas cepas". El otro foco de esta asamblea estuvo puesto en la invasión rusa en Ucrania: López aprueba la lluvia de sanciones de la Unión Europea (UE) a Moscú y no duda en señalar a Rusia como único responsable del conflicto. Además el eurodiputado remarca que un acuerdo entre la UE y el Mercosur sería "el más relevante que se firmaría en el mundo hasta la fecha" y apoya el reclamo argentino por la soberanía de Malvinas.

- ¿Cómo caracteriza lo que está ocurriendo en Ucrania hace más de 50 días?

- Se trata de la agresión, la invasión por parte de una fuerza nuclear a un tercer país, propia básicamente de la lógica del derecho de conquista que vivimos muy presente durante las grandes guerras en Europa. Rusia está violando el derecho internacional de forma flagrante.

- Usted dijo un mes atrás que la situación actual en Ucrania requería un "hard power" europeo. ¿A qué se refería exactamente?

- En Europa nosotros nos sentimos cómodos con el poder blando: la diplomacia, las inversiones, el comercio, la cooperación. La lógica del poder duro y de la defensa militar nos es un tanto ajena. Lo cierto es que la realidad del mundo en el que hoy operamos, nos guste más o menos, es un mundo de alta competencia geopolítica entre grandes poderes que utilizan un lenguaje más duro y nosotros tenemos que ser capaces de acomodarnos. A veces pongo el ejemplo de que los europeos nos sentimos en ocasiones como herbívoros en un mundo de carnívoros.

- ¿Coincide con la batería de sanciones a Rusia?

- Por supuesto y no solo yo, el Parlamento Europeo de forma enormemente mayoritaria aprobó la resolución sobre la respuesta europea a Rusia que incluía, entre otras muchas cosas, la demanda de sanciones. Hay que hacer pagar a Rusia el máximo precio internacional y económico posible que esté a nuestro alcance por la agresión cometida y asistir militarmente a Ucrania. ¿Con qué objetivo? Una salida negociada y diplomática de la situación. Esa es la receta europea a la situación actual.

- Algunos analistas creen que hay una responsabilidad compartida en este conflicto, citando por ejemplo el papel de la OTAN.

- Yo creo que la responsabilidad de la invasión a Ucrania por parte de Rusia es única y exclusivamente de Rusia, por no decir única y exclusivamente de Putin, que es la persona que ha tomado la decisión. No hay más responsables. Que luego la política de ampliación al este de la OTAN merezca un debate, pues seguro, pero el problema es si ese debate acaba restando responsabilidad al único responsable, o acaba justificando, aunque sea de forma involuntaria, la responsabilidad del único responsable.

- La peor etapa de la pandemia de covid-19 ya quedó atrás, ¿piensa que salimos mejores?

- No lo sé. Sé que salimos diferentes. Creo que el mundo se ha sabido más vulnerable en estos últimos dos años, y luego esta paradoja entre estar obligado a estar aislado y ser más consciente de tu interconexión. Yo creo cierto que el papel del Estado se ha visto reforzado, creo que es un análisis correcto de lo sucedido durante la pandemia. El Estado no como carcasa, sino como institución pública que tiene la obligación de cuidar y proteger a los ciudadanos ha sido absolutamente necesario durante estos últimos dos años en el ámbito sanitario y en el ámbito económico.

- Latinoamérica fue la región más castigada por la pandemia. ¿Hay algún tipo de autocrítica por parte de Europa?

- Seguro que Europa tendría que haber hecho más, pero al mismo tiempo te diría que Europa con el proceso de vacunación actuó muy diferente del mundo anglosajón, que básicamente exportó vacunas después de haberse vacunado. Nosotros, durante el proceso de vacunación, la mitad de lo que se producía en Europa se exportaba y la otra mitad se utilizaba para nuestro proceso de vacunación. Pero además, que en el país demográficamente más grande del continente hubiera un presidente negacionista (por Jair Bolsonaro en Brasil), ha tenido un enorme impacto en las cifras de muertos en el país y en la región. Entonces creo honestamente que cada uno pudo haber hecho mejor las cosas.

- Se habla mucho hace varios años de un acuerdo Unión Europea - Mercosur. ¿Sigue siendo una quimera?

- Creo que un acuerdo de asociación Europa-Mercosur es el acuerdo más relevante que se firmaría en el mundo hasta la fecha, el más grande para la Unión Europea en términos económicos y demográficos. Al mismo tiempo, y dicho esto, existen debates tanto aquí como allí alrededor de los efectos distributivos del comercio, si acaba provocando especialización en una serie de sectores y eso te puede generar una vulnerabilidad. Y luego además tenemos un debate muy fuerte que ha suscitado de alguna forma las políticas de Bolsonaro en el Amazonas, alrededor de la dimensión medioambiental de los acuerdos. Es un debate vivo que tiene elementos que debemos ser capaces de discutir, pensar y atender.

- Uno de los temas que se suele debatir fervientemente en nuestra región es la situación en Venezuela.

- Desde el Parlamento Europeo nosotros denunciamos la situación de crisis institucional que vive el país, con enormes consecuencias económicas y humanitarias. Y al mismo tiempo creemos que la única salida posible es una salida negociada por las partes. Por eso las potenciales conversaciones en México son tan importantes para nosotros, porque va a ser la única forma de que los venezolanos salgan de esta crisis grave que vive el país.

- ¿No cree que se puntualiza mucho en Venezuela o Nicaragua a la hora de hablar de potenciales violaciones a los derechos humanos, y se olvidan otros países?

- Sí lo creo, de hecho es una cosa que dijo (el presidente de Chile) Gabriel Boric aquí y comparto totalmente. Igual que Boric, denuncio lo que sucede en Nicaragua o en Venezuela que nos parece de una enorme gravedad, pero al mismo tiempo reclamo que la exigencia de derechos humanos no sea un ariete político, una forma política de embestir. Los derechos humanos son un valor universal que merece exigencia en cualquier lugar, a cualquier persona.

- ¿El reclamo argentino por la soberanía de Malvinas fue tratado durante esta asamblea?

- Si, el reclamo ha estado presente en nuestras discusiones. La asamblea de Eurolat ha tenido un seminario sobre el tema en la Cancillería, después de una comida con el ministro de Exteriores (Santiago Cafiero). Y además básicamente recordando la posición que ya la asamblea había establecido en el pasado, que es la necesidad de una solución negociada, pacífica y duradera con respeto al derecho internacional público, que cuente con el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas.