"Siento que soy la voz de los que ya no están", dijo ayer Elina Rivero, la joven madre que pasó 13 días en coma, tras haber estado detenida en la comisaría 7ª, en mayo pasado. "Si mis amigos no reclamaban por mí, quizás me hubieran encontrado flotando en el río", lanzó en comparación con lo que le sucedió a Franco Casco, que estuvo preso en la misma dependencia y días después su cuerpo apareció en el Paraná. Es que, incluso, uno de los ocho efectivos que estaba de turno el día que la detuvieron, también está mencionado entre los agentes que actuaron en el caso Casco. "Esto debería llamar la atención del Ministerio de Seguridad, que no separa a los policías sospechados", se quejó el abogado Salvador Vera, que representa a Elina junto con Nicolás Vallet y Guillermo Campana, de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud.

En la puerta de la Unidad Fiscal de Violencia Institucional, donde ayer presentó la denuncia contra los agentes de la seccional, la mujer de 27 años reiteró parte de lo que relató a Rosario/12 en su edición del domingo pasado. Según dijo, le quedaron secuelas: "Ayer iba caminando con mi hijo por la calle y me desmayé cuando estábamos por entrar a la casa de mi mamá, en la puerta. Se me aflojaron las piernas y me caí".

Los abogados reclamaron a la fiscal Karina Bartocci que separe a la Policía provincial de la investigación. "Detención ilegal, apremios, vejámenes y lesiones" son los delitos que plantearon en la denuncia contra agentes de la comisaría de Cafferata y Catamarca. "Estaba tomando en la vereda frente a Pacific y se armó problema con una chica. Dos agentes mujeres se cruzaron, me metieron un par de manotazos y una me dio una patada en el pecho que me tumbó. Después, me contaron que me llevaron a la rastra, tengo marcas en los tobillos y quedé renga. Las mujeres policía me agarraron de los brazos y el varón de las piernas para llevarme. Me lo contó mi amiga, que con su novio me siguieron y preguntaban por mí. Le dijeron que se vaya porque iba a terminar detenida como yo. La amenazaron a ella y al novio; pero se quedaron afuera y en el transcurso de dos horas ven que me sacan inconsciente, llena de sangre y sin ropa, en la camilla del Sies", relató la víctima en la denuncia.

Vallet indicó que se pidieron varias medidas como el "secuestro de cámaras de seguridad, del libro de guardia y que se encuentre la ropa que la víctima tenía puesta y que no se le devolvió". Tras la reunión con la fiscal Bartocci, Vera indicó que ya se hizo levantamiento de pruebas en la seccional donde había muestras de sangre que están en análisis.

El abogado lanzó que "se trata de un nuevo hecho gravísimo de violencia institucional a través de una detención arbitraria, y se genera una situación en la que la víctima recibe una serie de vejámenes y violencia que la llevan a un estado de inconsciencia. Es terrible que estando en custodia, bajo responsabilidad de los agentes, sea llevada a una situación de gravedad". Y consideró que "debería haber otra actitud del Ministerio de Seguridad por el accionar de los agentes policiales. Este tipo de situaciones se sucede en todas las seccionales, pero esto pasa en una dependencia policial céntrica, a la vista de todos, donde además se dio la desaparición forzada de Franco Casco y el caso de un cuidacoches del Centenario", recordó. Más tarde, indicó que uno de los que estaba de turno aquella noche, prestaba servicios cuando fue detenido Casco.

Para Vera, la Fiscalía debió actuar de otra manera: "Lo denunciamos en otros casos, hace tiempo: interviene de oficio y encomienda tareas investigativas y de recolección de testimonios y testigos a los mismos agentes de Asuntos Internos, que están para cuestiones administrativas, pero no para casos judicializados. Nos parece que se sigue negando la situación de violencia institucional y no se le da el nivel de importancia y relevancia que tiene; porque Elina hoy está y puede hacer su relato en virtud de que había testigos, que sus amigos se quedaron esperando, porque sino, no sabemos qué hubiera pasado con ella".