Pensamiento y acción nunca van exactamente juntos. Cada uno tiene su lógica y su tiempo. Pero los grandes proyectos de transformación histórica requieren una combinación entre capacidad de reflexión y propuesta estratégica con capacidad para trasformar esas ideas en fuerza política concreta.

En ese sentido el pensamiento crítico latinoamericano está defasado con respecto a los procesos concretos de trasformación antineoliberal. Todos los períodos políticos importantes suelen ser acompañados por auges del pensamiento crítico que los prevén, los problematizan y apuntan sus potenciales y perspectivas.