El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció este lunes que restablecerá los vuelos comerciales a Cuba, que solo llegaban a la ciudad de la La Habana, y que suspenderá el límite de 1000 dólares por trimestre a las remesas, dando marcha atrás en algunas de las medidas más duras de la gestión de Donald Trump. El gobierno de Cuba consideró que las medidas anunciadas por Estados Unidos son “positivas” pero de “alcance muy limitado”.

Las novedades fueron comunicadas por el  Departamento de Estado y el portavoz de la cartera, Ned Price. "Con estas acciones pretendemos apoyar las aspiraciones de libertad y mayores oportunidades económicas de los cubanos para que puedan llevar una vida exitosa en su hogar. Seguimos pidiendo al gobierno cubano que libere de inmediato a los presos políticos, que respete las libertades fundamentales del pueblo y que permita que puedan determinar su propio futuro", remarcó Price en un comunicado oficial. 

De esta manera, se especificó que se restaurarán tanto los vuelos comerciales como los vuelos chárter y que permitirá algunos con fines determinados, como aquellos con fines educativos o relacionados con fines profesionales, que el expresidente Trump había restringido

También serán autorizados los viajes de grupos de estadounidenses destinados a hacer contactos con el pueblo cubano, conocidos en inglés como "people to people travel", pero seguirán prohibidas las visitas individuales de esta clase.

Hasta ahora, las aerolíneas estadounidenses solo podían volar a La Habana, lo que dejaba a los cubano-estadonidenses con pocas opciones para visitar a sus familiares en otras partes de la isla.

Asimismo, el departamento comandado por Anthony Blinken  anunció  que incrementará su apoyo a los emprendedores cubanos con autorizaciones para que accedan a plataformas de comercio electrónico, entre otras acciones.

El cambio de política se produce después de una revisión interna dentro de la Administración de Biden, luego de las manifestaciones antigubernamentales del 11 de julio en la isla.

Tras esos roces, representantes de EE.UU. y de Cuba se reunieron en abril en Washington para hablar de asuntos migratorios, en el primer diálogo de alto nivel entre ambos países desde la llegada de Biden a la Casa Blanca. 

La respuesta cubana

El gobierno de Cuba consideró que las medidas anunciadas son “positivas” pero de “alcance muy limitado”. Así lo expresó la Cancillería en un comunicado en el que detalló que las medidas incluirán temas referidos a las visas, la migración regular, los vuelos a provincias, las remesas y los ajustes a las regulaciones para transacciones con el sector “no estatal”.

“Es posible identificar algunas de las promesas del presidente Biden durante la campaña electoral del 2020 para aliviar decisiones inhumanas tomadas por el gobierno del presidente (Donald) Trump, que endurecieron el bloqueo hasta niveles sin precedentes y la política de ‘máxima presión’ desde entonces aplicada contra nuestro país”, sostiene el comunicado.

Cuba considera que los anuncios del Ejecutivo estadounidense “no modifican en lo absoluto el bloqueo” hacia su país, como tampoco eliminan las medidas principales en materia económica tomadas por Trump.

“No revierte la inclusión arbitraria y fraudulenta de Cuba en la lista del Departamento de Estado sobre países que supuestamente son patrocinadores del terrorismo, una de las principales causas de las dificultades con las que tropieza Cuba para sus transacciones comerciales y financieras en muchas partes del mundo”, apunta el texto.

Para el gobierno que encabeza Miguel Díaz-Canel, este es “un paso limitado en la dirección correcta” que responde “a la denuncia del pueblo y del gobierno cubanos”.

“Ha sido esta una demanda de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y de la casi totalidad de los estados miembros de Naciones Unidas, expresada en la abrumadora votación contra el bloqueo. Son demandas justas que han sido ignoradas por el gobierno de Estados Unidos a un costo altísimo para nuestra población”, acota.

Además, el gobierno cubano asegura que tiene “disposición” para “iniciar un diálogo respetuoso y en pie de igualdad” con Estados Unidos.