Victoria Matta se enteró por una amiga que trabaja en Pampa Films del casting que la introdujo durante dos meses en la filmación de una serie sobre el cuento de Hernán Casciari El infarto de mi vida, una coproducción argentino española, de la que participan figuras internacionales y que se va a estrenar el año que viene en la plataforma Star Plus.

“Vicki” como la conocen en La Rioja, la provincia en la que vivió desde los ocho años y hasta los 17, fue coach de una conocida actriz española que actuó en la serie La Baya entre otros trabajos, y hace las veces de una bailaora.

La Rioja/12 aprovechó la noticia de la serie como excusa para charlar con esta bailarina que tiene mucho más para decir de la danza.

“Mi trabajo en la serie fue montar coreografías y colaborar con la interpretación. Fue un trabajo súper intenso de clases y rodaje. Estoy muy contenta y muy agradecida por esta oportunidad. Con esto conocí un mundo nuevo”, destacó la bailarina.

Victoria reconoce que nunca estuvo en una producción de estas magnitudes. El día que accedió a la charla con La Rioja/12 venía de rodar con un muy conocido actor español: “Todavía no podemos dar muchos detalles, pero lo que me gustaría remarcar de la serie es que yo aporto en un pedacito en un todo que es muy interesante y muy valioso”.

“Empecé a bailar desde muy chiquita. Vengo de una casa de músicos, mi abuela tocaba el piano y yo bailaba; la conexión entre el movimiento y la música siempre estuvo muy presente en mi vida. Cuando tomé mi primera clase de danzas folklóricas en la escuela fue como revelador. Descubrí que había un sistema, una manera de entender el movimiento”, describe.

La bailarina es licenciada en Composición Coreográfica con orientación en Expresión Corporal de la Universidad Nacional de las Artes: “Tomé clases de danza clásica, contemporáneo, árabe, y españolas en La Rioja. Con todo ese bagaje cuando me fui a estudiar a Buenos Aires me enfoqué en la expresión corporal”.

“Buenos Aires es un lugar que te ofrece un montón de cosas, y más a los 18 años que es la edad a la que yo llegué. Al poco tiempo de instalarme en Buenos Aires fuimos con una prima a San Telmo, y ahí vi a una bailaora y me conmovió tanto que me quedé shockeada. Pasó el tiempo y comencé a estudiar con maestras y maestros, y aprendí que el flamenco era un código, más que una coreografía”, señala.

La vuelta

Junto a Mario Martínez, su compañero en la danza y en la vida, armaron un grupo de danzas folklóricas en Buenos Aires: Tierra Adentro, pero decidieron probar un nuevo futuro en La rioja: “sentimos que Buenos Aires nos estaba cerrando las posibilidades económicas”, cuenta Vicki.

Asentada en La Rioja, Victoria está intentando armar un ambiente de flamenco: “el año pasado organizamos un tablao con una amiga. Me gustaría armar una escuela de arte del movimiento en La Rioja”.

“Lo de volver a La rioja fue circunstancial, vino la pandemia y nos trajo acá, pero estamos muy felices de volver a conectar en mi caso con el ambiente en donde me crié”, afirma.

Sobre el ambiente en su provincia evalúa que “hacen falta más espacios para compartir la danza. Es importante fortalecer los circuitos. Ahora estamos tratando de impulsar el Movimiento Riojano de Danza, por la necesidad de conectarnos con los trabajadores de la danza de distintos ámbitos”.

Para Vicky “hoy no hace falta ir solamente a Buenos Aires para formarse y tomar clases o adquirir conocimientos. Creo que hay que tener una mirada más federal de la danza, y comenzar a valorar a los profesionales que tenemos en nuestras provincias”.

La bailarina describe certera el sello riojano: “El o la bailarina riojana somos el reflejo de las circunstancias que atravesamos. La danza riojana tiene una cosa muy aguerrida, de mucha fuerza, de mucho pulso en el bailar. Mucha pasión. En La Rioja se baila con la tierra”.