El represor Antonio Bussi en el juicio por la desaparición del senador Guillermo Vargas Aignasse
Una confesión
Bussi dijo que “hubo una guerra” y admitió que en Tucumán funcionaron “cientos de centros de detención”. El genocida entró en silla de ruedas, lloró a cada rato, acusó al Gobierno y reivindicó la represión.















