La secretaria de Políticas contra la Violencia por Razones de Género del Ministerio de las mujeres, géneros y diversidad, Josefina Kelly Neila, pidió avanzar con una “reforma judicial feminista”. Consideró que es importante trabajar en la revisión de las prácticas misóginas que persisten en los juzgados de todo el país.

En diálogo con AM750, la funcionaria criticó el fallo de los jueces Javier Anzoátegui y Luis Rizzi, quienes condenaron a prisión perpetua a un hombre por asesinar a su pareja, pero atacaron en el fallo a la "perspectiva de género".

Ambos jueces ya habían sido denunciados ante el Consejo de la Magistratura y apartados de casos en repetidas ocasiones por su posición atravesada de lecturas misóginas.

"Supongamos que, tras realizar un esfuerzo supremo, llegásemos a definir lo que significa 'violencia de género'. Esa definición no existe en la legislación vigente en nuestro país, con lo cual agravar el homicidio sobre la base de ese oscuro concepto constituiría una clara violación del principio de legalidad", dice el fallo.

La respuesta del Gobierno

No sorprende porque estos jueces tienen antecedentes. También intervinieron en el caso de una Interrupción Legal del Embarazo (ILE) como consecuencia de una violación donde se trató a los profesionales de la Salud de sicarios por ejecutar la práctica”, replicó Kelly Neila en Aquí, allá y en todas partes.

Y añadió: “Aunque acá utilizaron términos que no dejan de preocupar. Que tienen que ver con una demanda que se viene haciendo de todos los sectores. Se necesita una reforma feminista en los sistemas de administración de justicia”.

La funcionaria aseguró que en el ministerio “preocupa” que existan fallos donde se hable que el femicidio es un “concepto oscuro” o de “ideología de género”. “Estos retrocesos nos ponen en alerta. No debería suceder”, comentó.

“Hay una gran complejidad al hablar de reforma judicial feminista cuando tenemos 24 códigos procesales y un código procesal penal federal. Lo que se pide es que se investiguen contextos de violencia de género”, agregó.

“No es lo mismo escuchar a la víctima, cuáles son sus tiempos, la empatía, los indicadores de riesgo. Como ministerio buscamos tener estándares mínimos. Esto demuestra que falta un montón. Que hay que seguir trabajando. Esperamos que se revean las prácticas”, finalizó.