Pocos libros anticipan tan explícitamente su contenido con su portada como Guaraní. La multipremiada dupla de Diego Agrimbau y Gabriel Ippóliti (Premio Planeta D’Agostini con Planeta Extra y celebrada en Francia con La burbuja de Bertold) se vuelca aquí a la novela histórica. Se abocan a la Guerra del Paraguay o de la Triple Alianza. O, sencillamente, la llamaron los paraguayos en su momento, “Guerra grande”. El resultado es potente. Si en trabajos previos la dupla usaba su estética realista para explorar distintas formas de la ciencia ficción, aquí la narrativa recorre caminos más cercanos a la ficción documental que a la novela de aventuras.

Guaraní sigue el camino de un fotógrafo francés especializado en erotismo, que elude la censura europea vendiendo álbumes de nativas desnudas de distintas partes del mundo a modo de ensayos antropológicos. Llega al sur de América en busca de las guaraníes y se encuentra con una guerra a punto de termina. El general paraguayo Francisco Solano López tiene los días contados. Ya no tiene hombres para reclutar, y en su desesperación suma a sus filas a niños que ni siquiera hablan español o vieron un arma de fuego en sus vidas. A la distancia, las consecuencias de la Guerra de la Triple Alianza son bien conocidas, con una población de varones en edad reproductiva disminuida a su décima parte y cualquier atisbo de independencia económica echado por tierra por generaciones. Agrimbau se encarga de recordarlo –sutilmente a veces, otras no tanto- en los diálogos que el protagonista mantiene con colegas y conocidos circunstanciales.

No es una novela gráfica para entrar flojo de estómago. Ni guión ni dibujo ahorran muchos detalles en los momentos escabrosos: la carga final del ejército aliado contra un contingente de niños guaraníes mal pertrechados no se resuelve con una elípsis. Al contrario, la dupla destaca la fiereza con la que atacan los invasores y recuerda que, como en cualquiera guerra, la primera víctima es la verdad: ningún general quiere que circulen fotos de una “victoria” tan deshonrosa.

En este punto, la dupla saca a relucir algunas de sus mejores herramientas de trabajo. Agrimbau, su capacidad para cotejar documentación e incluirla de modo coherente en un relato sin que estorbe la historia. Más bien, potenciándola. Porque la Historia, así con mayúsculas, es una protagonista del relato tanto o más importante que ese fotógrafo francés que sirve de excusa para recorrerla y que es, además, el único personaje con un arco narrativo y un crecimiento destacable. Ippóliti, por su lado, hace de su estilo hiperrealista un mecanismo para ayudar a construir la verosimilitud del relato. Lo del dibujante de Cañada de Gómez en este sentido es superlativo y por momentos sus páginas son de una terrible belleza.

Lanzamientos

Death Orb (Ryan Ferrier y Alejandro Aragón / Multiversal Ediciones)

Si de relatos postapocalípticos se trata, Death Orb abraza la línea de Mad Max con enorme cariño, incluso siéndole tributario desde la estética. Pero donde destaca es en introducir elementos mesiánicos a la trama y un posible segundo Apocalipsis. Lejos de los zombies tan en boga, los autores proponen un futuro distópico en el que la tecnocracia se mezcla con delirantes cultos, y la resistencia oscila entre el nihilismo y las meras ganas de, sencillamente, volver a los seres queridos.

Hacia el hondo bajofondo (Federico Baert, Carlos Aón y Lara Lee / LocoRabia)

¿Es posible una remake en la historieta? Baert y equipo lo intentan. Se podría decir, incluso, que lo logran. Aunque hay algunas líneas de diálogo que sufrieron algo más el paso del tiempo, el relato original se sostiene perfectamente y el trabajo gráfico lo vuelve más accesible para los lectores contemporáneos. La edición, por otro lado, sirve para retrotraerse en el tiempo y (re)descubrir los orígenes de la voz tan propia que tiene Baert para contar sus relatos de cínicos y perdedores.

Elvisman (Diego Cortés, Juan Ferreyra y Leo Sandler / Comic.ar)

Con Elvisman, Comic.ar empieza la colección que busca recuperar hitos claves de sello cordobés Llantodemudo. Aquí el lector encuentra una de esas historietas hijas del impacto de Watchmen. Un superhéroe devenido dictador planetario es el auténtico villano para un puñado de antihéroes que sólo quieren tomarse una cerveza en paz y equivocarse libremente cada tanto. 25 años después, muchos de los temas sobre los que reflexionaba Diego Cortés en sus páginas siguen vigentes.

El Sheriff científico (Luis Roldán / Cápsula)

Roldán propone aquí un concepto original dentro de la historieta para niñes: un sheriff que, en el Lejano Oeste, no resuelve los problemas a los tiros sino recurriendo la método científico. Puede que no tenga la agudeza de otros hits infantiles del autor, como Zoila Zombie. Curiosamente, es el primero de esta línea protagonizado por un adulto, aunque sea algo despistado y que por momentos no sea auténticamente consciente de la revolución que despierta en el pueblito que protege.

Viñetas

Nominados a los Premios Trillo

La organización de Crack Bang Boom anunció la lista de nominados a los Premios Carlos Trillo, que cada edición entrega la indispensable convención de cómics de Rosario. Se trata de diez categorías que buscan sintentizar lo más relevante de la producción local durante 2020 y 2021, tanto en su producción impresa como en su publicación digital. En la categoría “Mejor obra para público adulto”, una de las más prestigiosas del galardón, aparecen nominados Banzai (Femimutancia), Cartográfica (Sike), El último recurso: un cuento de Navidad (Luis Roldán y Kundo Krunch), Guaraní (Diego Agrimbau y Gabriel Ippoliti), Inframundo (Xina Ocho), Las hijas de Sedna (Dolores Alcatena), Llamarada (Jorge González) y Naftalina (Soledad Otero). La elección de los nominados estuvo a cargo de un jurado de preselección integrado por Eduardo Santillan Marcus, Anahí Blue, Mariano Abrach, el periodista de Rosario/12 Leandro Arteaga, y los periodistas de Página/12 Diego Trerotola y Andrés Valenzuela. El resultado final será decidido por el voto de miembros de la convención y de todos los invitados de las diez ediciones anteriores del festival. Los galardones serán entregados en una ceremonia el sábado 13 de agosto de este año, como parte de las actividades de CBB.

Lecturas digitales

El Archivo Histórico de Revistas Argentinas (AHIRA) incorporó a su acervo la colección completa de Literatura dibujada, la revista dirigida por Oscar Masotta que fue un hito fundacional para la crítica de las artes gráficas –sobre todo de la historieta- en la Argentina. Se trata de tres números de esta “serie de documentación de la historieta mundial”, originalmente publicados por Summa / Nueva Visión. Masotta fundó la revista al calor de la primera Bienal de Historieta, coorganizada por el Instituto Di Tella y la Escuela Panamericana de Arte. Literatura dibujada articulaba la reflexión sobre la emergente historieta para adultos que llegaba de Europa con clásicos fundacionales norteamericanos y producción argentina más vanguardista, por entonces representada por la figura del Viejo Breccia. Desde AHIRA destacan que “pervive la lucidez del gesto crítico y la audacia de reivindicar el valor estético e ideológico de un objeto cultural menospreciado hasta ese momento”.