Alberto Fernández es consciente del calibre político que tiene la Cumbre de las Américas para Joe Biden. Es la primera vez en la historia que Estados Unidos oficiará de anfitrión y tiene el desafío de apaciguar la rebelión de algunos mandatarios que no dirán presente. De ahí que el líder demócrata haya redoblado los esfuerzos las últimas semanas para evitar lo que podría ser un duro golpe diplomático. En ese contexto, y después de idas y vueltas con funcionarios de Washington, el jefe de Estado argentino decidió que participará del foro que se realizará entre el 6 y 10 de junio en Los Ángeles, California. Como presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Fernández intentará compatibilizar dos objetivos contrapuestos: por un lado, ser la voz de quienes cuestionan la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la Cumbre; y, por el otro, evitar formar parte de los desplantes a Biden para preservar el vínculo con la Casa Blanca. El armado de un encuentro paralelo para expresar las divergencias con la política exterior estadounidense quedó trunco.

"¿Cuánto tiempo más vamos a ser cómplices? No me callo más, lo que digo acá lo digo en el Norte, y sería maravilloso que se sumen a mi voz los países que hoy sufren esa realidad”, señaló enfático Fernández sobre la pasividad de los países sudamericanos frente los bloqueos comerciales a Cuba y Venezuela y las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania. Las críticas fueron lanzadas la semana pasada en el Palacio San Martín, durante una reunión de ministros de Educación de la Celac, y llegaron inmediatamente a Washington. Manifestaron un capítulo más del disgusto de la Casa Rosada con el rumbo de la administración de Biden respecto de América Latina. Ante la amenaza de un posible boicot a la Cumbre, el norteamericano se ocupó de bajar las tensiones.

Christopher Dodd, asesor especial de la Casa Blanca, fue el encargado de pedirles “colaboración” a los líderes regionales. Tras reunirse con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el de Chile, Gabriel Boric, se llevó la confirmación de que ambos asistirán. Durante su visita a Buenos Aires, el exsenador demócrata fue recibido por Fernández y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz. “Enfaticé la fortaleza de la relación de Estados Unidos con Argentina, construida sobre nuestro compromiso compartido con la democracia, los derechos humanos y la prosperidad económica y reiteré nuestra esperanza de que Argentina sea un participante activo de la Cumbre”, expresó Dodd sobre el encuentro. En la conversación, el jefe de Estado cuestionó que Estados Unidos tuvo "una política exterior difícil" con Donald Trump y que eso "no ha cambió demasiado con la nueva gestión”. En ese sentido, manifestó sentir "vergüenza" de que "haya un bloqueo de seis décadas a Cuba y de cinco años a Venezuela” y que, encima, se haya mantenido durante la pandemia. Luego de dos horas de reunión, Dodd se fue de Balcarce 50 sin ninguna confirmación, pero con la promesa de que la Argentina iba “a trabajar para el éxito de la Cumbre”.

Las charlas con AMLO y Maduro

Horas más tarde, el mandatario argentino se comunicó con su par de México, Andrés Manuel López Obrador, quien le explicó que no va a participar de la actividad e informó que en su lugar irá el canciller, Marcelo Ebrard. "Si excluyen, si no se invita a todos, va a ir una representación del Gobierno, pero no iré yo ", había planteado AMLO, días atrás. También argumentó que no podría ir a objetar la política estadounidense porque la Constitución le impide tener injerencia en asuntos internos de otros países. Sin embargo, le sugirió a Fernández que vaya. La evaluación que hizo fue que la ausencia de México –principal socio comercial de EE.UU-- y Argentina tendría un costo político alto para Biden que, más allá de las diferencias y decepciones, para los gobiernos progresistas siempre será una mejor opción que el retorno de Trump al salón oval. En ese marco, le pidió al presidente argentino que asista como titular de la CELAC y exprese las críticas que sostienen muchos mandatarios de la región ante la exclusión de Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Miguel Díaz Canel, calificados como jefes de Estado antidemocráticos.

En esa misma línea se ubicó el mandatario venezolano, quien considera necesaria la presencia del presidente argentino en Los Ángeles. “Quiero agradecer las declaraciones valientes de Alberto Fernández. Sabemos que su voz, firme, clara y valiente, va a ser una de las voces más poderosas para cuestionar la exclusión y el intento de división de América Latina y el Caribe, con esta política errática del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica”, señaló durante la Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que se realizó La Habana. Tras los elogios hubo un contacto telefónico entre ambos para agradecerse mutuamente.

Luego de los distintos contactos, la posibilidad de armar una “contracumbre” perdió fuerza. AMLO descartó el plan y aseguró que la estrategia a seguir debe ser la de acompañar la denuncia argentina sobre la política de invitar "solo a los que se considera amigos". La organización del encuentro había avanzado luego de un encuentro entre el canciller Santiago Cafiero y su par mexicano, Marcelo Ebrard, concretado en el DF. "El evento se desarrollará en paralelo, sin contraponerse a los horarios de la Cumbre”, habían detallado sobre la iniciativa que se desinfló con el correr de los días.

Bajo este escenario de negociaciones de norte a sur, y tomando en cuenta el respaldo que le brindó Biden a la Argentina en la negociación con el Fondo Monetario Internacional, Fernández concurrirá a la Cumbre para manifestar la postura de la CELAC sobre la tensa relación de Estados Unidos con América Latina. El discurso estará en sintonía con el planteo realizado ante la reunión de ministros de Educación del organismo, la semana pasada. En aquella oportunidad, tras analizar las consecuencias sociales de la pandemia, el Presidente hizo hincapié en el daño económico y social que está provocando el conflicto bélico en Ucrania. "En el norte estallan las guerras y en el sur las padecemos", indicó y advirtió sobre cómo "afecta peligrosamente la suba de alimentos". Así, llamó “a unir voces para decirle al norte ‘paren’” y condenó los bloqueos económicos a Cuba y Venezuela. "Deberíamos avergonzarnos que eso pase en nuestro continente", sentenció.

Más allá de los cuestionamientos, la participación de Fernández es un gesto que la Casa Blanca vino a buscar. De esta forma, Fernández se trasladará a California la semana que viene. La comitiva estará integrada por Cafiero, Beliz, el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti; y el embajador Jorge Arguello. El viaje tendrá también como misión poder pautar para los próximos meses una reunión bilateral con el mandatario norteamericano en la Casa Blanca.

Para junio, la agenda internacional del Presidente no solo marca la Cumbre de las Américas. Tendrá, a su vez, otras dos actividades de relevancia: la reunión de jefes de Estado del grupo de países emergentes Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) --tras la invitación especial al país que cursó el mandatario chino Xi Jinping-- y el encuentro del G7 que se realizará el 27 en Baviera, Alemania. Será un mes intenso en el escenario internacional, tras la gira europea que realizó en la primera quincena de mayo, que lo llevó por España, Alemania y Francia.