Este viernes, en la octava convocatoria de #NiUnaMenos, luego de que esta semana se dieran a conocer por la Justicia las cifras oficiales de femicidios en Argentina, con un total de 231 muertas, bajo la consigna "Vivas, libres y desendeudadas nos queremos" una multitud de mujeres se movilizaron al Congreso.

Las manifestantes pidieron por una reforma judicial con perspectiva de género. Exigieron el cumplimiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y el sobreseimietno de Miranda Ruiz, la médica de Tartagal procesada "por cumplir la ley del aborto legal seguro".

Como en cada convocatoria, en los carteles y cánticos se hizo hincapié en la separación de la iglesia y el Estado.

Los centros de estudiantes que se acercaron hasta el lugar exigieron la aplicación de la ley de educación sexual integral bajo la consigna "fuera violentos de nuestras escuelas".

Un reclamo que se repetía en varias de las mujeres era "por la autonomías de nuestros cuerpos basta de contaminación y extractivismo" y por el derecho a una vivienda digna: "Exigimos urbanización para asentamientos y villas. Cumplimiento de la ley de alquileres".

Al igual que en último #8M, se sostuvo un discurso en favor del reconocimiento de las tareas de cuidado, Mónica González, de 35 años, que marchaba junto a las líneas de Barrios de Pie, dijo a Página|12: "Cuidar, alimentar y construir es trabajar. Trabajadores somos todas y por eso exigimos reconocimiento económico".

Sobre el escenario se pidió por la excarcelación de todas las mujeres presas "por abortar, plantar y por las trabajadoras sexuales" y también porque se termine con las víctimas de trata: "Basta de complicidad policial y judicial".

"Basta de patriarcado financiero" rezaba un cartel que sostenía una de las manifestantes, reclamo que luego fue tomado varias veces sostenido en los megáfonos de las organizaciones de izquierda y también por el "aumento del presupuesto para el Ministerio de Mujeres".

Fátima Cabrera (55), docente de la escuela popular de música que funciona en la Ex Esma, contó: "Hoy estoy acá para reclamar porque la ley Micaela se aplique en el Poder Judicial y Legislativo, porque la deuda la paguen los que la fugaron" y añadió: "conseguimos la ley del aborto pero todavía falta más difusión y a pesar de que nosotras mismas reconocemos el Ministerio de la Mujer, todavía hay que fortalecer muchísimo más las políticas públicas para la mujeres que siguen siendo sometidas".

"Sentimos que es re importante tener un centro de estudiantes en estas marchas. Exigimos, derechos, igualdad, NiUnaMenos", insistió Federica Páez, que se presentó como alumna del colegio Lengüitas.

La mensajera en moto Karina Romano (44) dijo que tiene sensaciones encontradas en esta marcha: "Me convocan tantos años de querer tirarnos abajo, decirnos que no servimos para nada y a partir del NiUnaMenos nos despertamos y dijimos 'basta hasta acá llegamos'. Fue una conexión entre hermanas que crece. La mayoría sufrimos violencia, ya sea simbólica o física. Siento que más allá de que nosotras estamos acá luchando desde el 2015, igual en la justicia no cambió nada, esa es la sensación".

"Vengo desde el primer NiUnaMenos porque sabía de la violencia machista, pero ahora vengo por mi sobrina, Oriana Chamorro: su novio acabó con su vida pegándole un tiro en la cabeza en Fuerte Apache. No noto los cambios porque ellos siguen matando", lamentó con bronca y dolor  Belén Azcua, de 27 años, ama de casa.

Informe: Mercedes Chamli