“Financiar este nivel de déficit a este nivel de tasas nos cuesta más de 1000 millones al año”, aseguró ayer el ministro de Finanzas, Luis Caputo. En su participación en la asamblea anual del Instituto Argentino de Ejecutivos en Finanzas (IAEF), el ministro se sumó al coro de funcionarios y ex funcionarios que comienzan a dar señales claras de que luego de octubre y casi sin importar el resultado de las legislativas, habrá un mayor ajuste presupuestario. En la jornada anterior había sido el ex titular del Banco Nación, Carlos Melconian, quien junto a otros economistas del establishment se había quejado del “hipergradualismo fiscal hormiga” del gobierno.

Caputo insistió en que el país tiene un déficit fiscal muy alto por lo que aseguró que el Gobierno quiere “encontrar un equilibrio”. De todos modos y en víspera de elecciones, el funcionario aclaró que se hará “de forma gradual”. Según aseguró, “los números son claros, el financiamiento hacia el equilibrio fiscal nos va a poner en un nivel de deuda sobre producto que va a seguir siendo uno de los más bajos de la región”. Durante el cierre del encuentro, reconoció que el país “tiene un problema en el nivel de tasas, a las que tenemos acceso la Nación, las provincias y las empresas”. Esto no impide que el equipo económico continúe con su política de fuerte endeudamiento. El funcionario también hizo hincapié en el acceso al crédito, dijo que “15 puntos del PIB es el crédito al sector privado” y consideró que “Argentina no tiene créditos porque las condiciones no son buenas”.

Consultado sobre cómo afectan al financiamiento las altas tasas de interés que dispuso el Banco Central para su política monetaria, respondió que “afecta positivamente porque nuestra curva de financiamiento en pesos es invertida”. Al respecto, valoró que “tener un Banco Central ocupado y preocupado en este tema”. 

Sobre futuras emisiones de bonos, adelantó que la semana próxima van a estar emitiendo “un nuevo bono en pesos con un plazo de vencimiento a tres años”. También, según dijo, estarán “completando una pata internacional en otras monedas” por lo que hacia fines de junio el gobierno saldrá al mercado con una licitación en euros.