Desde Los Angeles

El presidente Alberto Fernández habló con la prensa argentina tras el duro discurso que dio el jueves en la Cumbre de las Américas, en el que criticó el rol de la OEA en la región y las exclusiones y bloqueos que se evidencian en este mismo encuentro. Contó cuál fue la recepción que tuvieron sus palabras entre el resto de los mandatarios, incluido Biden, que estaba al tanto del tono que tendría su discurso --"antes de venir a la Cumbre tuve demasiadas charlas con funcionarios y dirigentes de los Estados Unidos, y sabían perfectamente lo que iba a decir", aclaró--, su mirada sobre el escenario geopolítico, guerra de por medio, y el rol regional, con la producción de alimentos y la energía como temas clave. "No vine a poner más muros, sino a construir puentes", sintetizó sobre lo que buscó su discurso.

Contó además los entretelones del encuentro fuera de agenda que mantuvo por la noche con Joe Biden, en el que el tema gasífero fue central. Pero también respondió sobre la política local y la turbulenta semana que atravesó el gobierno, recambio de gabinete incluido.

"Matías fue un buen ministro. Cometió un error que yo no lo soporto, hablar en off en contra de alguien", dijo sobre el recambio de Kulfas, unas horas después de que el ex ministro declarara en Comodoro Py.

Se refirió también al proyecto de renta inesperada, que el Gobierno presentó en el Congreso, y cuya posibilidad de aprobación ponían en duda desde sectores del oficialismo en el Congreso, según dejaron trascender.

"Ese es un proyecto que nosotros teníamos ya preparado con Martín (Guzmán) desde el día que anunciamos los bonos para los sectores más postergados y los bonos para los jubilados. Era una decisión que yo ya había tomado para llevar al Congreso, está en sintonía con lo que está pasando en otros lugares del mundo. Lo mandé al Congreso, el Congreso lo analizará y verá cómo lo trata", expresó.

En una semana intensa para el Gobierno, con un recambio de ministro en el medio y luego del reencuentro que tuvieron en Tecnópolis, respondió también por su relación actual con la vicepresidenta, y el diálogo que existe o no entre ambos: "La vicepresidenta tiene un rol institucional, yo soy el Presidente y tengo un rol institucional, hablamos cuando hace falta que hablemos", se limitó a marcar.

La rueda de prensa tuvo lugar en el piso 24 del hotel Ritz, ubicado junto al Centro de Convenciones donde se desarrolla la Cumbre, un espacio con una vista espectacular del Down Town de Los Angeles. Allí se aloja el presidente y su comitiva. También muchos otros mandatarios, como Guillermo Lasso, que salía rumbo a la Cumbre cuando ingresaba la delegación argentina de prensa. Durante la rueda de prensa, escuchaban atentamente el embajador Jorge Argüello, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz y la vocera presidencial, Gabriela Cerruti.

La Cumbre y sus palabras críticas

"A la noche tuve un intercambio de palabras buenas con el Presidente Biden para ver cómo seguir con este tema. Vamos a seguir trabajando", dijo cuando se lo consultó por cómo había caído su discurso.

"No tuvimos ninguna reacción en contra. Hasta el presidente de República Dominicana, que es alguien que por ahí no está cerca de mí ideológicamente, apoyó las palabras. Ayer recibí solo palabras de apoyo", aseguró.

"Antes de venir tuve demasiadas charlas con funcionarios y dirigentes de los Estados Unidos, y sabían perfectamente lo que iba a decir. Fue una posición muy honesta la que planteé. No hubo ningún tipo de sobresalto", aclaró sobre la recepción de su discurso.

"Intercambiamos unas palabras con Biden, en una reunión social, pero de ningún modo hubo un reproche, todo lo contrario", aclaró. Se refería a la cena de honor que el presidente anfitrión dio para los mandatarios y primeras damas el jueves por la noche en Malibú. "No vine a poner más muros, sino construir puentes", sintetizó.

El rol regional 

 --¿Cómo queda ubicada la Argentina en el actual tablero geopolítico? 

 --Nos queda un año y medio en el que tenemos que ser actores de otro mundo. Lo que siento es que los argentinos y la prensa particularmente, está demasiado encerrada en lo local y no ven la dimensión del cambio que se está produciendo en el mundo. El concepto global que nosotros conocemos hoy está en crisis y está en crisis de peor modo: con falta de energía y con falta de alimentos. Ayer en la reunión con (Antonio) Gutiérrez (el secreatario general de Naciones Unidas) tuve la oportunidad de interiorizarme sobre este tema, y él me contó en detalle todo lo que Naciones Unidas estaba haciendo básicamente para poder garantizar al mundo los alimentos. Esta invitación a la Argentina a participar del G7 tiene que ver con una mirada mía que le plantee a Scholz y a Macron: el tema de la guerra no tiene que ser una discusión del norte, tiene que ser una discusión del mundo. Porque en el sur se padece la guerra enormemente, los primeros que van a padecer la falta de trigo y hambre van a ser América Latina, África, los países asiáticos. Por eso pedí que esa voz sea escuchada. Eso también se lo transmití a Joe Biden cuando hablamos días atrás por teléfono. Cuando muchos me dicen que la guerra es una oportunidad, más allá de la inmoralidad que significa pensar que hay una oportunidad porque se mata gente, quisiera que eso no ocurra. Quisiera que ordenemos el contexto internacional para que los daños no se profundicen. En eso estamos trabajando, estamos trabajando en encontrar soluciones al peor escenario. Toda la atención y esfuerzo está en esto, por eso me involucré personalmente en esta agenda, por eso la reunión en Europa, por eso acepté la invitación de Biden, por eso vamos a estar en el G7 y por eso vamos a estar en los Brics. En todos lugares en donde podamos llamar la atención y reclamar que nuestra voz sea oída en un momento muy crítico. La salida de Kulfas 

--Kulfas terminó declarando hoy en Comodoro Py, y dentro de la coalición de Gobierno hay quienes hablan de una necesidad de "cambios más profundos". ¿Qué opina sobre esa parte de la coalición de Gobierno que plantea que hay que repensar el Gobierno? 

 --El fue a declarar como testigo. Matías es un gran ministro que cometió un error, y un error que yo no soporto: que en off se hable mal de otro. Es más, reniego de los que hablan en off, debo confesar. Es mejor hablar francamente. 

FMI 

 --Esta semana el FMI aprobó la primera revisión, se habla de posibles modificaciones para el segundo trimestre. ¿Qué apreciación hace, hay un margen para alguna reasignación del gasto social? 

 --Nosotros no estamos pensando en acotar ningún tipo de gasto en materia social. Argentina está teniendo un crecimiento realmente muy importante y, por lo tanto, no queremos que ese ritmo se frene o se desacelere. Estamos monitoreando el día a día. Insisto, la ironía es que la Argentina crece y ese crecimiento demanda dólares para los insumos y, a pesar de que las exportaciones crecen mucho, por momentos se vuelven insuficientes para la cantidad de dólares que reclaman o se necesitan en la industria. Es algo que vamos a ir corrigiendo poco a poco. El Fondo ya ha dicho que es necesario recalibrar todo por la inflación que se ha dado en los alimentos en todo el mundo. La inflación de alimentos es un tema que preocupa a todos, hablé de esto con (Justin) Trudeau y con (Jair) Bolsonaro. Es un tema de preocupación en el mundo, por lo tanto cualquier acción de recalibración que tengamos que hacer sobre lo que hemos programado, tiene más que ver con una iniciativa del Fondo y que nosotros por supuesto compartimos. 

 --Bajaron los bonos argentinos y subió el riesgo país. ¿A qué atribuye esa reacción del mercado cuando en estas horas el FMI aprobó la revisión del primer trimestre? 

 --Hablé ayer con Guzmán y Pesce, y otra vez esta mañana. Nosotros esperábamos que por esta época esto podía pasar, porque muchas empresas se desprenden de títulos para cumplir con obligaciones. Creo que la cosa se va a ir ordenando paulatinamente y obviamente seguiremos de cerca el tema para monitorearlo y para intervenir si es necesario. 

 --¿Qué hablaron anoche con Bolsonaro? 

 --Ayer el presidente Bolsonaro me vio en el hall de entrada antes de pasar a la reunión, se acercó muy amablemente, me saludó, hablamos un ratito de fútbol, y después me preguntó por su preocupación por el tema energético, sobre de qué modo podemos trabajar en la integración energética. Yo le dije que las posibilidades eran muy concretas, porque ya parte de la energía eléctrica que hoy entra a Argentina la traemos de Brasil a un mínimo precio. Yo se lo agradecí, le dije que queríamos seguir con eso. Y le expliqué en qué estado estábamos con el gasoducto. El me preguntaba si íbamos a hacer las plantas de licuefacción, le dije que sí pero que a ellos les convenía importar gas natural, que es mucho más barato, y por qué si desarrollábamos como tenemos planeado, y espero lo podamos cumplir, el gasoducto de Vaca Muerta, ahí vamos a poder ingresar mucho gas a Brasil. También le aclaré algo que había leído en diarios de Brasil, decía que Bolivia le había quitado gas a Brasil para dárnoslo a nosotros. Le expliqué que eso no es cierto, que nosotros también habíamos perdido cantidad de gas, que tiene que ver con un declino en la producción de gas de Bolivia. En el gobierno de facto de Añez se dejó de explorar y producir, y eso generó este declino. Quedamos en seguir hablando. Honestamente es la primera vez que hablo más de dos minutos con el presidente Bolsonaro, un poco más largamente. Y por fuera del fútbol exclusivamente, aunque también hablamos de eso... (risas) 

 --¿Qué habían hablado sobre fútbol? 

 --La única vez que lo había visto a Bolsonaro fue en el G20 en Roma, ahí me acerqué yo. Días antes yo le había pasado la presidencia Pro Témpore del Mercosur, era justo el viernes previo a la final de la Copa América. Bolsonaro recibió el traspaso de mando, yo no dije nada de fútbol porque la veía difícil en ese terreno (risas), pero Bolsonaro me dijo: estos son los goles que le vamos a hacer (mostrando la mano con cinco dedos). Cuando llegó el encuentro en Roma, le dije: qué tal, vengo a saludarlo porque pronostica mal el fútbol, ganamos 1 a 0. Hoy hablamos de quién se iba a quedar con la copa de Qatar, y después sí nos metimos en el tema del gas.