Ezequiel Arrieta se recibió hace unos años de médico en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba. Mientras hacía su doctorado en fisiología reproductiva, para distraerse leía papers e investigaciones diversas sobre las consecuencias ambientales, sanitarias y económicas que genera el actual modelo alimentario que promueve mayoritariamente el consumo de productos de origen animal. Se apasionó tanto con el tema que escribió un libro, Vegetarianismo en el debate político (2014), para compartir lo que estaba aprendiendo. Recibió comentarios elogiosos de numerosos científicos a quienes les hizo llegar su libro, lo cual lo motivó a cambiar de doctorado, y ahora se dedica de lleno –con beca de Conicet– a investigar los efectos de distintos escenarios dietarios sobre el uso de la tierra, la emisión de gases de efecto invernadero y la conservación de ambientes naturales en su provincia, Córdoba. “El consumo creciente de productos pecuarios afecta negativamente a la seguridad alimentaria de manera directa al proporcionar grandes cantidades de alimentos que podrían consumir los humanos a los animales; y de manera indirecta a través de sus impactos al medio ambiente mediante múltiples flancos, como deforestación, disminución de la disponibilidad de agua dulce por uso, contaminación y degradación de las cuencas hídricas, contribución al calentamiento global y al cambio climático por incremento de los gases de efecto invernadero, pérdida de la biodiversidad, degradación de los suelos y contribución a la desertificación y contaminación ambiental por uso inapropiado de agroquímicos”, señala Arrieta en su libro.
Algunos datos que aporta Vegetarianismo en el debate político: