“Estamos viviendo la tercera guerra mundial” afirmó el Papa Francisco en una entrevista concedida el pasado 19 de mayo a directoras y directores de las revistas culturales europeas de la Compañía de Jesús (jesuitas) y publicada ahora por la revista italiana “La civiltà cattolica”. Consultado sobre la guerra en Ucrania el pontífice sostuvo que “para mí hoy se ha declarado la tercera guerra mundial” y se preguntó “¿Qué le pasa a la humanidad que ha tenido tres guerras mundiales en un siglo?”. “Yo vivo la primera guerra en la memoria de mi abuelo en el Piave” siguió diciendo el Papa. “Luego la segunda y ahora la tercera. Y esto es malo para la humanidad, una calamidad. Hay que pensar que en un siglo ha habido tres guerras mundiales, ¡con todo el comercio de armas detrás!”, subrayó.
En su análisis Jorge Bergoglio fue más allá del hecho puntual de lo que sucede en Ucrania para explayarse en su mirada acerca de la situación que se vive en el mundo. “Aquí no hay buenos y malos metafísicos, de forma abstracta. Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados” dijo, y aludió a un diálogo que mantuvo con un Jefe de Estado que no identificó, con quien habló antes de que estallara la guerra y que le adelantó que el conflicto podría ocurrir dado que Rusia consideraba que las acciones de la OTAN constituían una amenaza.
“Lo que estamos viendo es la brutalidad y la ferocidad con la que esta guerra está siendo librada por las tropas, generalmente mercenarias, utilizadas por los rusos. Y los rusos prefieren enviar chechenos, sirios, mercenarios. Pero el peligro es que veamos sólo esto, que es monstruoso, y no veamos todo el drama que se está desarrollando detrás de esta guerra, que quizás fue de alguna manera provocada o no evitada. Noten el interés en el testeo y venta de armas. Es muy triste, pero al final es lo que está en juego”, dijo el Papa advirtiendo sobre la complejidad de la situación que se enfrenta.
Y de inmediato salió al cruce de quienes lo acusan de ser poco crítico con Valdimir Putin. “Alguien podría decirme en este punto: ¡pero usted está a favor de Putin! No, no lo estoy”, afirmó. “Sería simplista y erróneo decir tal cosa. Simplemente estoy en contra de reducir la complejidad a la distinción entre buenos y malos, sin razonar sobre las raíces e intereses, que son muy complejos. Mientras vemos la ferocidad, la crueldad de las tropas rusas, no debemos olvidar los problemas para tratar de resolverlos”.
También ponderó que “los rusos pensaron que todo acabaría en una semana” e hicieron un mal cálculo porque se encontraron con “un pueblo valiente, un pueblo que lucha por sobrevivir y que tiene una historia de lucha”, “que no tiene miedo de luchar”, “un pueblo trabajador y al mismo tiempo orgullosos de su tierra”.
Tras destacar el “heroísmo que conmueve” de las mujeres y los varones ucranianos, precisó que “lo que tenemos ante nuestros ojos es una situación de guerra de intereses globales, venta de armas y apropiación geopolítica, que está martirizando a un pueblo heroico”. Y volvió a repetir lo que ya había señalado en otra entrevista acerca del diálogo que mantuvo con el patriarca Kirill, máxima autoridad de la Iglesia Ortodoxa Rusa . “Tuve una conversación (telefónica) de 40 minutos” dijo Bergoglio. “En la primera parte me leyó una declaración en la que daba razones para justificar la guerra. Cuando terminó, intervine y le dije: «Hermano, no somos clérigos de Estado, somos pastores del pueblo»”, relató Bergoglio.
Más adelante Francisco volvió a insistir que por más que Ucrania esté hoy en el foco “porque está más cerca de nosotros y toca más nuestra sensibilidad” hay otras situaciones en el mundo que también están ocurriendo, que deben ser tenidas en cuenta y que habilitan la idea de que se está transcurriendo por la “tercera guerra mundial”. “Hay otros países lejanos – piensen en algunas partes de África, el norte de Nigeria, el norte del Congo – donde la guerra sigue y a nadie le importa. Piensen en Ruanda hace 25 años. Piensen en Myanmar y en los rohingya. El mundo está en guerra”, afirmó el Papa. Aseguró que “esto es malo para la humanidad, una calamidad” y recordó que “en un siglo ha habido tres guerras mundiales ¡con todo el comercio de armas detrás!”.
En su diálogo con quienes dirigen las revistas culturales jesuitas de Europa (en total diez personas entre los que se cuentan siete sacerdotes, dos mujeres y un varón laicos) también hubo espacio para hablar sobre el proceso de renovación en la Iglesia. Preguntado sobre qué signos de renovación espiritual ve en la Iglesia el Papa se sinceró diciendo que “es muy difícil ver una renovación espiritual usando esquemas muy anticuados” porque “tenemos que renovar nuestra forma de ver la realidad, de evaluarla” y se quejó de que “el restauracionismo ha llegado a amordazar al Concilio”. Al respecto agregó que “el número de grupos de «restauradores» – hay muchos en Estados Unidos, por ejemplo – es asombroso” y señaló que “hay ideas, comportamientos que provienen de un restauracionismo que (aún) no aceptó el Concilio”.