Internet no siempre fue lo que es hoy. Eso, claro, es una obviedad. Para llegar al nivel de desarrollo actual hizo falta innovación, creatividad y competencia. Tres factores centrales a la hora de hablar de la historia de Internet Explorer, el navegador que llegó a ser el más popular del planeta, utilizado en todas las computadoras con acceso a la red y, en los últimos años, recluido y víctima de memes por su lentitud, desaparecerá para siempre.

Internet Explorer fue el navegador oficial de Microsoft durante largos años. Integrada a Windows, llegó a convirtiéndose en el más utilizado y un estándar de la web. El 95 por ciento de los usuarios lo elegía por sobre la competencia. De hecho, fue castigado por la Unión Europea y por el gobierno de los Estados Unidos por considerarlo un monopolio.

Sin embargo, con la llegada de Windows 10, a finales del 2014, Microsoft decidió sustituír Internet Explorer, que había comenzado a ser reemplazado por otras alternativas como Google Chrome o Safari, por ser considerado más lento, por Microsoft Edge

Esta semana la empresa redobló la decisión y anunció que dejará de brindar actualizaciones al motor de búsqueda y será relegado por completo para los usuarios de Windows 11.

Los orígenes de Internet Explorer

Para conocer el orígen de Internet Explorer es necesario ir a los comienzos de los navegadores web. En 1990 Tim Berners-Lee creó WorldWideWeb, el primero de este tipo. Sin embargo, tres años más tarde, tras liberarse las patentes del desarrollo, se presentó Mosaic, que tuvo una popularidad mucho mayor, padre de Netscape e Internet Explorer.

Netscape fue la derivación natural de Mosaic, un simple cambio de nombre a partir de 1994. Sin embargo, Internet Explorer entra en la historia en el mismo momento, ya que de este desarrollo original se funda la empresa Spyglass, comprada por Internet Explorer en 1995 para usar su navegador como base para su emprendimiento. De este modo, el Explorer llegó como un complemento para Windows 95.

La competencia y la caída del Explorer

Entre 1995 y 2009 el auge de Internet Explorer fue casi indiscutible. Ese año se produjo un bombazo en el mercado, cuando el navegador es superado por un gran competidor: Firefox. Este soporte, padre del Mozilla, había renovado el mercado con una larga serie de mejoras y novedades sobre las que Microsoft no había avanzado.

El golpe final llegó en 2011, cuando a pesar del lanzamiento de Internet Explorer 9, en un claro intento por revitalizar a este navegador, también fue superado por Google Chrome, que se convirtió un año después en la opción predilecta de los usuarios.

Esta rápida competencia y evolución de los navegadores hizo que muchas veces Internet Explorer quedara atrás en sus actualizaciones y se ganara la fama de ser “lento”. Esto lo golpeó duro, sobre todo, en la generación de memes, ya que lo posicionó en un blanco fácil de la creatividad popular.

Finalmente, el navegador Internet Explorer, que entró en servicio hace 27 años como un componente del paquete en Windows 95, dejará de funcionar a partir de este miércoles, marcando el fin de una era en la informática.