“El secretario de Inteligencia de Paraguay, Esteban Aquino, está en su derecho de decir lo que se le dé la gana. No voy a hablar de conjeturas. Lo que yo tengo son los elementos oficiales que se exhibieron ante las autoridades argentinas y ante un juez, Federico Villena”. De esa manera, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández se refirió en la AM750 a los dichos de Aquino. El funcionario guaraní sostuvo que “el capitán Gasami (sic) no es un parecido, no es un homónimo, es la persona de la Guardia Revolucionario Al Quds”. El diálogo fue con la radio ABC Color, La Gran 730, y Aquino dijo que su fuente fueron “agencias internacionales amigas” a las que no pudo nombrar por cuestiones de "confidencialidad". 

Más allá de las afirmaciones del funcionario paraguayo, Gholamreza Ghasemi no figura en ningún listado de requeridos por Interpol, no registraba impedimentos para atravesar Migraciones y, como integrante de la tripulación pasó por México, Aruba (territorio de Países Bajos), India, China, Pakistán, Paraguay, Cabo Verde, Belgrado (Serbia) sin que nadie lo haya detenido. Nada impide, igual, que sea un agente de inteligencia, que -como se sabe- no andan por el mundo con un cartelito en la frente. Lo único concreto es que, al menos oficialmente, no se le imputó ningún delito ni rige sobre él ningún pedido de captura. 

Quién está detrás del ministro Aquino

Con la declaración de Aquino se agregó un nuevo capítulo al show del avión Jumbo de Conviasa, con 14 tripulantes venezolanos y cinco iraníes. Hay una particularidad adicional. Aquino, un hombre designado y vinculado con el múltiple denunciado expresidente Horacio Cartes, fue secretario y ahora ministro de Inteligencia desde 2018. Sin embargo, nunca se enteró que el avión no sólo estuvo en Ciudad del Este por 72 horas, sino que los tripulantes caminaron por la ciudad sin la menor limitación. Después se subieron a la nave y con total tranquilidad volaron a Aruba con una carga de 750.000 dólares en paquetes de cigarrillos fabricados por Tabesa, la empresa de Cartés. 

En su diálogo con la radio ABC, Aquino contó que su secretaría-ministerio casi no tiene presupuesto, algo real porque el actual presidente, Mario Abdo, se abstuvo de darle fondos. Por lo tanto, la información --sobre la que no pudo dar precisiones-- provino de una agencia extranjera, seguramente con la que tiene mejores relaciones, el Mossad. Cuando le preguntaron sobre la presencia del Jumbo en Ciudad del Este se excusó diciendo que de eso sólo habla el presidente Abdo. 

Qué dice la documentación oficial

“El ministro paraguayo puede decir lo que se le antoje. Esa es otra historia --afirmó Aníbal Fernández en la AM750, en diálogo con Nora Veiras e Irina Hauser--. Habría que preguntarle a él por qué lo dice. Nosotros nos atenemos al debido proceso. Y por la documentación oficial, no existe relación específica con terrorismo. Eso sale de todas las bases de datos”. Por supuesto que el ministro agregó que hay una causa judicial, un juez, que seguramente pedirá las precisiones que correspondan a quien dijo lo que dijo”. Como suele suceder, las fuentes de inteligencia repiten una especie de axioma: "la información de inteligencia no es prueba judicial".

Como se sabe, Aníbal Fernández reiteró que Paraguay advirtió acerca de la presencia del avión el lunes pasado, 13 de junio, a las 18 horas, cuando el avión había llegado a Ezeiza, con las autopartes de Volkswagen una semana antes, el lunes 6 de junio. La cuestión ya estaba judicializada e intervenía Villena desde el domingo 12. 

Ayer, el ministro de Inteligencia, Aquino, contradijo a Aníbal. Le señaló a la periodista paraguaya: “No le voy a decir cuándo le avisamos a la Argentina. Fue antes del 8 de junio. Pero ellos actuaron muy bien”. O sea, el hombre vinculado a Cartés se agrandó porque dijo que avisó a tiempo pero el Boeing le pasó por delante sin que nadie le notificara. 

De Paraguay a Aruba, sin controles

Para agravar la cuestión, dos funcionarios de la Dirección Nacional de Aviación Civil (Dinac), de Paraguay, fueron despedidos porque el avión ni siquiera se inspeccionó para verificar que lo que llevaban eran --o no-- los cigarrillos de Cartes, el amigo de Mauricio Macri. 

En Aruba el cargamento lo recibió otra empresa, claro que también de Cartés. Y según lo demuestran los operativos realizados en Brasil, el “negocio” no son los embarques a Aruba, sino el tráfico de cigarrillos a Brasil. La semana pasada fue detenido un grupo del Primer Comando Capital (PCC), la más grande organización criminal del Cono Sur, que domina la droga y las cárceles de Paraguay y Brasil, que traficaba 750 mil paquetes de cigarrillos guaraníes por día.

El expresidente de Uruguay José Pepe Mujica, señaló en Radio 10: "Le preguntamos al gobierno uruguayo por qué frenó el avión. No dicen nada. Acá hay un protagonista oculto que está dando letra". Parece que el servicio de inteligencia al que se refiere Mujica reparte el mismo libreto en Uruguay, Paraguay y en una fuerza de seguridad argentina que --de inmediato-- se la transfiere a los medios alienados con la oposición. Cartón lleno.