La historia está a medio camino entre la mística y la aventura moderna. En 1997, Ricardo Stuckert viajó a lo profundo de la selva amazónica junto a algunos colegas fotoperiodistas. El encargo de una revista los llevó a fotografiar flora, fauna y población de la zona. A él le tocó en suerte visitar a las tribus. Volvió con una buena cantidad de retratos y uno de ellos en particular se volvió bastante famoso. La imagen de Penha Goés, a sus 22 selváticos años recuerda inmediatamente a la de Sharbat Gula, la joven afgana que el fotógrafo Steve McCurry llevó a la portada de National Geographic. Los encargos siguieron y, eventualmente, en 2003 Stuckert se convirtió en el fotógrafo oficial de Luiz Inázio da Silva. Es decir, de Lula da Silva, el presidente más importante de Brasil de las últimas décadas.

La de Stuckert, entonces, no es tarea sencilla ni que ofrezca mucho tiempo libre. Aún así, se las arregló para volver a la Amazonia en 2014, volvió a retratar a Goés –ahora con 39 años- y volvió a su casa con una idea: hacer un libro que refleje la vida de estas tribus. Como buen libro de fotos, ese trabajo también es una exposición. Pueblos originarios: guerreros del tiempo se expuso en el Congreso de la Nación en abril y ahora se puede disfrutar en el Aula Magna de la UMET (Sarmiento 2037), gracias a un trabajo conjunto de docentes y alumnos de las carreras de turismo, gestión cultural, del departamento de idiomas de la universidad, y el apoyo de Cristina Stuckert –pareja y productora del fotógrafo y la muestra-, además de la coordinación cultural del Grupo Octubre.

“El recorrido narrativo de la muestra permite al público apreciar, reflexionar e interactuar con el universo onírico y profundo de los seres que viven en el bosque en armonía con la naturaleza y la lucha continua y secular por resistir a sus invasores”, considera la exdiputada brasileña Regina Lino, quien aporta el texto curatorial de la muestra. Para Lino, “Stuckinha” –como lo conocen sus colegas- aborda “el desafío de mostrar a los pueblos indígenas de manera relativamente neutral, en un contexto autóctono y sin recibir ningún tipo de influencia”. Lino destaca “el resto de mostrar materia prima, no codificada, marcada únicamente por la sensibilidad y la magia de la sintaxis visual”.

En este sentido, el trabajo de Stuckert es superlativo. En las treinta fotografías que componen la muestra es cierto que muchas son de un naturalismo limpio, donde el blanco y negro del retrato imprime su fuerza. Pero en muchas otras Stuckert recurre a la operación inversa para reflejar los momentos vibrantes que fotografiaba: contrastes marcados, bordes de las figuras remarcados para realzarlas. Sea un baño en el río, un homenaje a los muertos, una canoa o una lucha ritual, esta edición opera con sensibilidad y potencia.

Laura Sirotzky, rectora de la UMET, señaló que “hay una historia detrás de cada imagen, que es la historia de las personas, pero también de los pueblos invisibilizados”. Además de agradecer el trabajo “incansable” de alumnos y docentes para montar la muestra, que cuenta con material adicional realizado en la institución especialmente para su presentación durante el solsticio, una fecha significativa para muchas de las etnias amazónicas, Sirtozky destacó que “estos guardianes tienen mucho para enseñarnos sobre el cuidado de nuestra casa común”.

En esa línea van las declaraciones que el propio Stuckert hizo a Página/12 durante su visita al Congreso de la Nación Argentina. “Hay redes que pueden ayudar. Tenemos que cuidar el medioambiente y ellos son los que saben cómo hacerlo. Cuidar la tierra. Si no la cuidamos, vamos a caer al círculo del deterioro. Hay 304 etnias en el Brasil. Ellos son los guardianes de la floresta. Son los guardianes del tiempo, guerreros de la selva, porque ya estaban ahí antes de la llegada de los portugueses. Por eso es importante darles voz, para poder escuchar lo que tienen para decir. Tienen mucho para enseñarnos sobre el cuidado y la preservación del planeta. Por eso me pongo a disposición de esa enseñanza, desde mi pequeño lugar".