A más de 15 días de los graves incidentes que se produjeron en el Jardín N°80 Río Paraná, en Las Flores Sur, cuando un grupo de madres, padres y vecinos irrumpió violentamente en la institución en busca de un profesor de educación física al que una mamá acusó de haber abusado de una nena de 4 años, todavía se sienten las consecuencias del ataque. La actividad en el jardín de infantes aún no se pudo reanudar, la mayoría de los docentes no está en condiciones de retomar sus tareas y recién se están terminando de subsanar los daños materiales. Como reflejo de todo lo ocurrido, la comunidad educativa de la institución difundió una carta en la que expresa su “triste sentir y pensar” y reivindica el accionar de directivos y de todo el personal docente. 

Si bien ha habido otros casos de padres y vecinos que responden enardecidamente en un establecimiento educativo, el ataque contra el Jardín N°80 de barrio Las Flores sur es un caso sin precedentes por el extremo grado de violencia que se vivió, con golpes, destrozos, insultos y amenazas de muerte, pero también porque representó el resquebrajamiento de un vínculo muy estrecho entre escuela y comunidad, un lazo que excedía lo educativo y que la posicionaba como “la institución más presente en el territorio y el colectivo estatal más comprometido con el cuidado de las infancias y adolescencias del barrio desde hace décadas”, según destacaron desde la cartera educativa provincial.

Los equipos directivos y docentes de nivel inicial, nivel primario y modalidad especial que trabajan en el lugar mancomunadamente se vieron seriamente afectados y excedidos emocionalmente por lo sucedido. A través de una carta pública, la comunidad educativa Jardín de Infantes N°80 Río Paraná expresó su “triste sentir y pensar”. En el comienzo del mensaje, aclaran que “desde un principio intentamos contener a la familia, escuchar, dialogar, siempre desde un lugar de atención respetuosa y cuidada” y que se pusieron “a disposición de la familia para realizar el abordaje rápidamente, siempre resguardando el bienestar de la niña”. Para eso, “se establecieron acuerdos y plan de acción y se actuó acorde a lo establecido por el Ministerio de Educación, siguiendo los pasos correspondientes y necesarios”.

Sin embargo, se mostraron decepcionados con la cobertura mediática que se dio del tema: “Lo único que se escuchó decir en los medios de comunicación fue: ‘A la nena le dieron sólo un cuento y le dijeron que se vaya’”. Sobre esa frase, destacaron que desde el hacer docente un cuento “es contención, nexo, cuidado, es parte del espacio literario pensado y armado para el encuentro de los niños con los textos” y es “un gesto amoroso de su docente, diciéndole, te espero con los brazos abiertos como cada día”. Además, manifestaron que “al escuchar información falsa, el dolor aflora en el cuerpo, duele y duele mucho” en referencia a un comentario periodístico: “Los docentes se fueron, así nomás, ya deben estar en sus casas”.

Continuando con el relato de los hechos, en la carta se detalla que se continuó con la jornada habitual “porque había otras niñas y niños que necesitaban de la atención y el cuidado” y que “al finalizar la misma se intentó hablar con la comunidad para brindar respuesta y calma, pero no fue suficiente”. Ahí fue cuando se produjo el caos: “Muchas personas irrumpieron bruscamente en el jardín, realmente fue un atentado, ingresaron rompiendo a patadas puertas, rejas. Con palos en sus manos, rostro cubierto. Se escuchaban gritos, amenazas, golpes, frases muy fuertes, diciendo: 'este jardín no va a existir más… les vamos a prender fuego a todo’. No sólo fueron daños materiales (de un valor incalculable para quienes conocen cómo se trabaja en zonas de bajo recurso económico), también los docentes fueron amedrentados, amenazados, agredidos físicamente”.

 

En el tramo final, reivindicaron el trabajo de maestras y maestros “que hace años trabajan en el barrio, que a diario recorren sus calles para conocer la razón por la cual algún niño/a no asiste al Jardín, los que reciben fuertes abrazos y besos de exalumnos, esos/as mismos/as, y que debieron salir resguardados/as por la policía”. Y la necesidad de reconstruir el lazo de confianza con la comunidad del barrio Las Flores: “Esta reconstrucción nos involucra a todos/as: la comunidad barrial, Jardín N° 80 y áreas gubernamentales intersectoriales que amparan a nuestras Infancias”. 

Ante todo esto, todavía no existe en el horizonte una fecha concreta de regreso a las clases y esto es porque salvo las directoras y una o dos docentes, la mayoría no está en condiciones de volver. Así lo confirmó a Rosario/12 Osvaldo Biaggiotti, Delegado Regional de Educación de la Región VI de la provincia, quien adelantó: "Si bien desde la conducción política nos hemos propuesto que antes de las vacaciones, quizás la próxima semana, pueda haber un regreso paulatino, todavía no lo vemos claramente porque tenemos al 90% del plantel docente que no está en condiciones de retomar sus tareas". Paralelamente, todavía quedaban algunos daños materiales y edilicios por subsanar y tareas de reparación para hacer, entre ellas la reposición de tanques de agua que fueron robados y vandalizados durante los días posteriores.

El funcionario también detalló a partir de hoy van a comenzar a convocar a los padres: "Esto va a ser significativo porque vamos a poder poner en palabras lo que ocurrió, poner en valor el trabajo de directivos y docentes ante los padres y recabar cara a cara el apoyo de los padres porque estoy seguro que la gran mayoría va a reivindicar y va a apoyar a la comunidad educativa".

Resquebrajamiento en los lazos

En cuanto al acompañamiento a docentes y asistentes escolares afectados por los hechos, desde el Ministerio se generó un espacio de trabajo multidisciplinario desde donde surgió la propuesta de realizar la citada carta y dirigirla a la comunidad educativa en general como una forma de visibilizar que no se trata de un problema de una escuela, un barrio o un territorio concreto. En contacto con este medio, María Eugenia Perasso, psicóloga e integrante del equipo de bienestar docente del Ministerio en zona sur, consideró que existe "un resquebrajamiento tan grande e importante en los lazos con la comunidad en todo el territorio de Las Flores que hay que pensar articuladamente y colectivamente cómo recomponer este entramado social".

La profesional también evaluó que es necesario "pensar estratégicamente, con todos los sectores que estamos involucrados desde el Ministerio -supervisores, bienestar docente, equipo socioeducativos y de educación sexual integral-, cómo podemos recomponer este resquebrajamiento en los lazos que se produjeron con la comunidad, que es un trabajo que no es de un día para el otro pero que es un trabajo que estamos dispuestos a dar".