La llegada del invierno lleva implícita un aumento de las alergias respiratorias, debido a que en esta época del año se pasa más tiempo en lugares cerrados, con la calefacción o la estufa encendida, por lo que hay más exposición a algunos alérgenos presentes en el hogar o en las oficinas.

La congestión, los estornudos, el lagrimeo, la picazón en la nariz y la molestia en los oídos son algunos de los síntomas de cuadros que pueden ir desde la rinitis alérgica al asma. Y es que el frío afecta las vías respiratorias, haciéndolas más sensibles.

Pero, a las bajas temperaturas se le suman la mala ventilación de los espacios y la humedad, otras de las causas de la aparición de las rinitis. Al bajar la temperatura, lo más común es que se cierren todas las ventanas para que no entre frío, pero con eso se consigue que aumenten los alérgenos que hay en el interior de los ambientes, como los ácaros o el moho.

Las alergias respiratorias afectan de manera importante la calidad de vida de las personas que las sufren, por la limitación que les supone en su vida cotidiana. Por este motivo, es tan importante controlar los síntomas y saber cómo prevenir estos cuadros.

Existen muchas manifestaciones de la alergia, pero cuando afectan al sistema respiratorio, sobre todo en la época invernal, caben las dudas si no es un resfriado. 

Diferencia entre alergia y resfrío

No siempre es fácil diferenciar la alergia de los resfriados, porque los síntomas a veces son muy similares. En general, el resfrío común dura aproximadamente una semana y causa secreciones nasales o bronquiales, malestar, dolor muscular y, en ocasiones, fiebre.

El resfrío "alérgico", en cambio, suele durar más de una semana y provoca una secreción más líquida, incolora, con picor intenso en nariz, ojos o bronquios.

Sin embargo, una alergia invernal puede tener como factor desencadenante un resfrío común, de manera que se comienza con esta patología que puede derivar en un cuadro alérgico que puede durar todo el invierno.

Causas de la alergia en invierno

La causa de los cuadros alérgicos en la época invernal es la concentración de los alérgenos en lugares cerrados o poco ventilados, sumado a los ambientes calefaccionados, la falta de humedad y también, el pelo de las mascotas.

Hongos y levaduras. Estos alérgenos pueden estar en la ropa húmeda mal secada (tanto la de vestir como la ropa de cama), en la leña húmeda (es mucho más alergénica cuando está húmeda que cuando está seca) y en las paredes donde se genera condensación.

Calefacción. Los aparatos con bombas de calor remueven el aire de casa, y con ello alérgenos como el polen o los ácaros si no se mantienen bien los filtros, por ejemplo, de los aires acondicionados que tiran aire caliente. Son mejores los radiadores eléctricos de aceite o cualquier otro tipo de calefacción por radiador que no implique el uso de un ventilador para dirigir el calor.

Sequedad. La calefacción reseca el aire y nuestras mucosas, que se pueden irritar y desencadenar rinitis o asma alérgica. Una receta para evitar esto es colocar un recipiente con agua encima de la parte más caliente de la estufa para que humedezca el aire. Pero cuidado: un exceso de humedad también favorece la aparición de las alergias respiratorias. Por lo que la humedad ideal, tanto en casa como en el coche, debe mantenerse en alrededor del 50%.

Ácaros del polvo. Estas pequeñas arañitas viven, por ejemplo, de nuestras descamaciones de la piel. De nuestra piel caída pasan a alfombras, cortinas y cualquier elemento que retenga el polvo. Aunque haga frío, es importante ventilar como mínimo una vez al día los ambientes, momento que se puede aprovechar para quitar el polvo acumulado.

Pelo de mascotas. Los animales domésticos pasan más tiempo en casa con el frío y sus cojines o camas acumulan más pelo, secreciones y escamas de la piel. Es necesario bañarlos y limpiar los lugares donde duermen más a menudo. Un dato es evitar que duerman en las habitaciones. 

Tabaco. Es alergénico y, en invierno, se acumula más en la ropa y los objetos.

Contaminación química. Se genera dentro de la casa por el uso de productos de higiene personal y limpieza y empeora al ventilar menos.

Contaminación atmosférica. En invierno suele haber más contaminación porque hay más calefacción, circulación de vehículos y fenómenos de inversión térmica en los cuales el aire de las ciudades no se mueve y el nivel de ozono se eleva. No se puede hacer mucho individualmente para reducir este tipo de contaminación generalizada para prevenir las alergias, pero es útil contar con un purificador de aire y, una vez más, ventilar los ambientes todos los días.

Cómo prevenir las alergias

No hay un tratamiento específico para la alergia. Sí, hay medicamentos que aligeran los síntomas y brindan un alivio, como los antihistamínicos o corticoides. Por eso, para las personas que son propensas a estos cuadros se recomienda: 

Comer muchas frutas y verduras. Se sugieren el jugo de manzana y zanahoria recién exprimidos, aunque en general todos los alimentos ricos en vitamina C ayudan frente a las alergias. 

Higiene sí, pero no tanta. Estudios recientes indican que cierta exposición al polvo, ácaros y cambios de temperatura es buena como prevención a largo plazo. Por otro lado, existe cierta obsesión con que los alimentos estén libres de microbios, hongos o levaduras. Sin embargo, los niños expuestos a estos alérgenos, o no alimentados con fórmula y sí con leche materna, tienen microbios intestinales más adecuados que ayudan a prevenir alergias. 

Utilizar limpiadores suaves. Hay que limpiar con frecuencia pero sin usar desinfectantes muy potentes o aromatizados, ya que pueden irritar la mucosa y favorecer los cuadros alérgicos.

Usar mopas húmedas o aparatos de limpieza con vapor de agua. El vapor retiene los alérgenos y ayuda a eliminarlos.

Evitar los adornos de tela o el uso de telas en casa. Las cortinas, alfombras y todo tipo de adornos deben retirarse si alguien sufre alergia invernal, como en todo tipo de alergia respiratoria. 

No calefaccionar excesivamente la casa. El cambio térmico entre el hogar y el exterior puede ser un desencadenante de alergias.