Siempre son varias las masas en movimiento, por eso prefiero hablar de masas, en vez de “las masas”. Esto no quita, que lo planteado por Freud en Psicología de las masas y análisis del yo, en sus ideas troncales, siga siendo válido para cada uno de dichos agrupamientos de masas. Observando lo que ocurre en gran parte de la cultura actual, pretendo preguntarme por viejas y nuevas cuestiones incidentes y –según las respuestas que me dé– proponer tesis agregadas.

Una pregunta: ¿por qué sectores de la masa pueden votar y hasta actuar, contra sus propios intereses (deseos, amores, modalidades de goce)? O mutatis mutandi: ¿por qué pueden sentir odios que se les impongan a su propia razón?

Una cuestión indudable reside en las condiciones materiales suficientes o insuficientes en que transcurren su existencia las personas y en consecuencia los sujetos del inconsciente de cada una de ellas.

La cuestión de la relación entre ser productor de bienes materiales o ser dueño de los instrumentos de producción llevó a Marx a plantear la existencia de clases sociales. Se habían diferenciado claramente los dueños de las fábricas paridas con el nacimiento de la industria de los obreros productores. Era muy diferente al artesanado vigente hasta entonces. En el artesanado se diferenciaba al maestro de los discípulos (ambos, productores manuales).

En el naciente capitalismo, la diferencia se producía entre los dueños del capital y los productores manuales, lo que llevó a Marx, a creer en la esencia revolucionaria de la recién nacida clase obrera. Lamentablemente la historia siguiente no confirmó sus ilusiones. La fundación de partidos socialistas y sindicatos derivó rápidamente (en términos históricos, menos de un centenar de años) en burocratizaciones. Lo que también ocurrió luego con los llamados países socialistas, bajo dirección comunista. Este siglo 21 ha hecho más patente la cuestión. Ya no se recurre al adjetivo “socialista” y, abiertamente, se desarrollan modalidades de producción similares a las que se dieron al inicio de la era industrial. Lo nuevo han sido los desarrollos en informática y mecánica cuántica que facilitaron y aceleraron la conformación de corporaciones de todo tipo y, en particular, corporaciones financieras.

La informática y la física cuántica facilitaron pasar de la información analógica a la digital. Por supuesto, no es culpable el progreso técnico, sino el uso que hacen de él aquellos capitalistas dominados por la codicia dineraria, y/o por los afanes de dominación. Esto facilita entender por qué no todos los patrones utilizan de la misma manera y con fines idénticos los avances en desarrollos tecnológicos.   

Una señal analógica es una clase de señal generada por algún tipo de fenómeno electromagnético que es representable por una función matemática continua, representando un dato de información en función del tiempo. Algunas magnitudes físicas comúnmente portadoras de una señal de este tipo son eléctricas como la intensidad, la tensión y la potencia, pero también pueden ser hidráulicas como la presión, y/o térmicas como la temperatura. En la naturaleza, el conjunto de señales que percibimos son analógicas. Así la luz, el sonido, la energía, etc., son señales que tienen una variación continua. Incluso vemos cómo la descomposición de la luz en el arco iris se realiza de una forma suave y continua.

La conversión analógica-digital consiste en la transcripción de una señal analógica en digital. Las digitales facilitan acelerar procesos informáticos y también de otra índole. Disponer de la digitalización le facilita al capital en general, y muy especialmente al financiero, la operatoria en función de sus intereses, en tanto acelera la recepción y emisión de información. También estimula la desocupación, pues reduce la necesidad de mano y pensamiento de obra. Cada vez más, los trabajadores son sustituidos por las síntesis que permiten las computadoras digitalizadas, para hacer funcionar maquinarias diversas y de gran complejidad. Dependerá del peso dirigente de los que compiten, los efectos que se vayan produciendo en el conjunto de ellos.

Dicho peso en la competencia entre ellos, es muy influido –entre otras cuestiones–, por los rasgos de carácter de cada dirigente corporativo (CEO). Ocurre entonces, que se acentúa la rivalidad y competencia entre los CEO. Pero eso ocurre también en el seno de las diferentes estratificaciones de las masas populares.

En estas últimas, las diferenciaciones en posturas y actuaciones políticas responde además, vez por vez y situación por situación social y/o personal, a modos de reaccionar según los rasgos de carácter de cada persona y situación afectiva que esté atravesando. Lo que deriva en identificaciones a liderazgos y, a través de ellas, identificaciones entre sí, como lo planteó Freud en Psicología de las masas y análisis del yo. Pero para elegir el liderazgo al cual volcarse cada uno de los integrantes de esas masas se le tornan muy importantes una gran cantidad de cuestiones experienciales, pulsionales, estructurales y temporales en que se hallen inmersas cada una de las diferentes personas que las componen.

Agreguemos que entre finales del siglo 20 y lo que va del siglo 21, proliferaron los “gadgets”. Palabra que en la jerga tecnológica reciente se refiere genéricamente a dispositivos que tiene un propósito y una función específica, práctica, de juegos y útil en lo cotidiano. Comúnmente se les llama gadgets a dispositivos electrónicos portátiles como móviles, smartphones, mp3, entre otros. Gran parte del mundo humano se encuentra pendiente de las pantallas televisivas, de sus computadoras, y/o de sus teléfonos celulares. Hasta la comunicación entre personas se ha concentrado en eso, como supuesto de comunicación. Cada vez hay menos diálogos y conversaciones, y más, puras miradas y audiciones.

De todo esto que he ido planteando deriva una tesis.

Tesis: No se deben reducir los análisis políticos a psicoanalismos, economicismos, sociologismos, antropologismos, ni ningún otro ismo. En cambio, hay que apelar, según de qué se trate: tema/ situación/ materia en cuestión, al intercambio y colaboración entre diferentes ciencias, teorías, y sus prácticas derivadas.

* Psicoanalista.