Un ciclo de canciones de Astor Piazzolla que se convierten en pilar para una pieza escénica. Guillermo Fernández como protagonista, la puesta de Marcelo Lombardero y la dirección musical de Cristian Zárate. Y una historia real y truculenta que hacia fines de la década de 1930 conmovió a los franceses. De todo esto está hecho Crimen pasional, “un monodrama con mucha gente detrás”, según Fernández, que hoy a las 19 se estrena en el Teatro de la Ribera. “Este es uno de los proyectos más interesantes de mi vida artística, un desafío como cantante, pero sobre todo como actor”, asegura a PáginaI12. “Hace diez años Daniel Piazzolla me pasó estas canciones y al tiempo Laura Escalada me concedió los derechos para hacerlas –cuenta–. Siempre pensé que había que hacerlas con una puesta escénica que las contuviera, pero no encontraba quién pudiera estar a la altura. Cuando le mostré el proyecto a Marcelo Lombardero, murió de amor. Empezamos a pensar juntos esto que ahora presentamos como queríamos: con el andamiaje escénico y dramático de una ópera”. 

Crimen pasional se mantendrá en cartel hasta el 8 de julio, de jueves a domingos a las 19, con la escenografiìa de Noelia Svoboda, los vestuarios de Luciana Gutman, la iluminación de Horacio Efrón y la coreografía de Ignacio González Cano para los bailarines Florencia Segura y Manuco Firmani. “No es coreografía decorativa, los bailarines reflejan algo así como mi conciencia”, destaca Fernández, que contará además con el apoyo musical de Pablo Agri en violín, Nicolás Enrich en bandoneón, Esteban Falabella en guitarra, Roberto Tormo en contrabajo, José Luis Colzani en batería y la dirección desde el piano de Cristian Zárate.

La historia es la de Eugene Weidmann, un asesino serial alemán que después de pasar varios años en prisión en Alemania por robos menores, llegó a Francia a mediados de la década de 1930 para dedicarse a secuestros extorsivos a turistas adinerados. En esa ocupación conoce a Jean De Koven, una bailarina estadounidense, a quien antes de robar seduce y asesina. A partir de ahí, comete una serie de crímenes que convertirán al suyo en uno de los casos policiales más resonantes de su tiempo. Fue encarcelado, procesado y condenado en 1939. La ejecución pública de Weidmann despertó la histeria de una multitud dispuesta a mojar sus pañuelos en su sangre. Sobre esta historia, por encargo de Jean Guidoni, Piazzolla escribió en 1982 el ciclo de trece canciones sobre textos de Pierre Philippe, que configuran Crimen pasional –conocida también como Ópera de un solo hombre–, espectáculo que bajo distintas formas circuló por Francia, interpretado por Guidoni. “Pierre Philippe es como el Horacio Ferrer de Francia, tal vez por eso congeniaron con Piazzolla. Trabajaron juntos en años en los que en el varieté parisino sucedían cosas muy interesantes”, detalla Fernández. Los textos para esta producción fueron traducidos y adaptados por Jorge Fondebrider.

“Lo más difícil es no convertir un texto dramático en lírico. Hay que resistir al lirismo implícito en canciones que son sublimes para un cantante, pero que el actor tiene que administrar desde otro lugar. Esta obra me pone en ese lugar de extremos y es difícil lograr un equilibrio”, dice Fernández, y reflexiona sobre su personaje: “Es un perverso con algo de tierno, sobre el que tengo que ser expresivo pero no me puedo emocionar. Es un psicópata. Algo así como el tipo amoroso que vive al lado de tu casa, el buen vecino que pasea el perro, riega las plantas y un día te enteraste que mató a 17 personas”.