El presidente de Bolivia, Luis Arce, celebró la mejora en una serie de indicadores económicos y sociales en lo que va de su gestión, pero advirtió por los “intereses internos y externos” que buscan “desestabilizar” a su gobierno.

Arce encabezó en la noche de este sábado el acto central en Sucre para celebrar el 197 aniversario del Día de la Independencia de Bolivia.

En la actividad, el mandatario dijo que ve un futuro “promisorio” y que apostará a la mejora de las “condiciones de vida de todos”.

Sin embargo, señaló que “hay intereses internos y externos para desestabilizar” al “gobierno democráticamente electo”. “Así que no podemos perder de vista la unidad del pueblo como condición indispensable para avanzar”, agregó. Por eso, pidió dejar de lado los “intereses de pequeños grupos” y dejar de lado las “peleas fratricidas”. 

A comienzos de este año, hubo diferencias en la interna del partido oficialista, al tiempo que la oposición ha cuestionado al gobierno de Arce, en particular por aplazar el censo general para 2024, cuando estaba previsto para 2023. Algunos opositores llaman a la resistencia a esta decisión por entender que la aplicación de las reformas que deberían realizarse en base al censo estaría en manos de un próximo Gobierno.

“En este momento de la historia, cuando el mundo está en turbulencia, es con trabajo diario, solidaridad irrenunciable, imaginación e iniciativa permanente de diálogo, como vamos a enfrentar estas dificultades”, dijo Arce en su discurso.

Las medidas tomadas

En el acto, el mandatario recordó que cuando el Movimiento al Socialismo (MAS) tomó el gobierno en 2006 con la presidencia de Evo Morales, se encontró con un país “quebrado, con altos índices de pobreza y desigualdad, pero además con una alta dependencia política y económica”.

Destacó que a lo largo de las gestiones del MAS se logró reducir la pobreza extrema del 37,7% al 12,9% y la pobreza moderada del 59,9% al 37,2%.

“Cumpliendo con el mandato del pueblo nacionalizamos nuestros recursos naturales y el excedente económico que antes se externaliza, es decir, que iba a parar a manos de las transnacionales, se quedó en nuestro país y fue redistribuido e invertido en el desarrollo”, dijo.

De 2006 a 2019 crecimos de manera sostenida, redistribuyendo, fortaleciendo la inversión pública, dinamizando la demanda interna e implementando una política social que permitió reducir la brecha entre ricos y pobres”, agregó.

Sin embargo, dijo que con el golpe de Estado de 2019 y la llegada al gobierno de Jeanine Áñez, “todos los avances se vieron interrumpidos”. “La pobreza aumentó, la pobreza extrema y la desigualdad también, producto de una nefasta gestión”, afirmó.

Arce aseguró que hoy, “gracias al trabajo en conjunto, hemos retornado la senda de la estabilidad, la certidumbre y el crecimiento económico con justicia social”.