Se registró este lunes Bolivia durante el paro cívico una serie de enfrentamientos violentos entre los grupos que apoyan y rechazan la postergación del Censo de Población y Vivienda para mayo de 2024.

El primer altercado, según medios locales, se desarrolló en la zona del Plan 3.000 (municipio de Santa Cruz). Allí manifestantes a favor y en contra del censo se lanzaron piedras y palos. Tras los incidentes, la policía se hizo presente en la zona y disipó a las multitudes con gas lacrimógeno.

El segundo, que ocurrió en las inmediaciones del monumento Madre India, se originó de la mano de un grupo de personas que acompañaba (con maquinaria pesada para despejar la zona) al ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, según informó el medio Red Uno.

En tanto, el vicepresidente del Comité pro Santa Cruz, Stello Cochamanidis, acusó que estas agresiones provienen del grupo político oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) que está encabezado por el propio ministro Montaño, y por personas enviadas por el alcalde de Santa Cruz, Jhonny Fernández.

“Pese a todo, nuestro movimiento y el paro es pacífico. Lo lamentable es la sinvergüenza del alcalde (Fenrández) y de la gente del MAS del ministro Montaño, que optan por la violencia queriendo levantar puntos de bloqueo cuando la gente pacíficamente ha salido a las calles ejerciendo su derecho constitucional de protesta”, dijo Cochamanidis a la prensa local.

No es la primera vez que se lleva a cabo un paro cívico con motivo del Censo Nacional. En julio, luego de que el Consejo Nacional de Autonomías (un ámbito que reúne a distintos niveles del gobierno de Bolivia) aplazara el censo hasta mayo de 2024, se generó una ola de críticas por parte de la oposición y manifestantes salieron a las calles a expresar su descontento.

¿Cuál es el inconveniente con el censo?

El gobierno del presidente, Luis Arce, decidió el 12 de julio postergar el censo de la población (que debía efectuarse en noviembre) para mayo de 2024, bajo la justificación de que existen dificultades como la pandemia, la socialización de la boleta y la necesidad de incorporar idiomas originarios que no permiten realizar el censo el año próximo.

Tras el anuncio, en Santa Cruz se realizó una huelga con la finalidad de insistir en la realización de la encuesta, ya que según indicaron, de ella dependen diversos aspectos de la vida social, tales como una nueva distribución de recursos para la población y la asignación de cuotas de representación política dentro del Parlamento.

Por su parte, el oficialismo catalogó como "sediciosas y desestabilizantes" las protestas contra el aplazamiento del censo, mientras que otros sectores solicitaron que se efectúe en junio de 2023 y no en mayo de 2024, ya que los resultados se conocerían recién en 2025 (fecha en la que están previstas las elecciones generales).

¿Cuál es el objetivo del censo?

Arce aseguró que con el censo se medirá cuánta población hay en Bolivia, dónde vive y cómo vive, “para que, con base en eso, se pueda planificar y hacer política de Estado”.

Asimismo, afirmó que “el grueso” del trabajo es el “levantamiento de la cartografía”, porque en la medición de 2012 no se realizó. “Es como empezar prácticamente de cero y es por eso que se llevó para más adelante la realización del censo”, puntualizó.

Además, sumó la migración de ciudadanos dentro del país, que se desarrolla entre octubre y marzo, por la zafra de las cosechas. Según Arce, si el censo se hiciera durante esos meses daría un resultado “artificial” sobre la cantidad de población que reside en las distintas regiones. “Por eso tiene que ser en mayo o junio, que es el período en que la gente regresa”, explicó.

“Hay que pensar en todos los elementos técnicos, que no necesariamente son como algunos quieren manejar como estrictamente políticos. Aquí se está buscando una fecha en la que realmente la fotografía que saquemos del censo sea la que nos sirva para hacer políticas económicas y sociales en favor del país”, afirmó.