En una medida electoralista que vincula dos temas con los que Juntos por el Cambio aspira a confrontar con el Frente de Todos --la educación y los planes sociales--, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires volvió a cargar contra los sectores más vulnerables y anunció que les quitará la ayuda social a los beneficiarios del programa Ciudadanía Porteña si sus hijos e hijas pierden la regularidad escolar. El anuncio fue ampliamente cuestionado. Desde el gobierno nacional rechazaron la medida y señalaron que busca “estigmatizar” a los que menos tienen. Desde las organizaciones sociales y los gremios docentes calificaron el anuncio como “marketing electoral” y recordaron que cada año miles de niñes se quedan sin acceso a la educación por falta de vacantes en CABA.

El jefe del gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, planteó que las familias que cobran un plan Ciudadanía Porteña y no manden regularmente a sus chicos a la escuela dejarán de recibir parte de la asignación, hoy percibida por unas 40 mil familias en situación de pobreza e indigencia. En realidad, el requisito de la escolarización ya estaba vigente y lo que anunció Larreta, acompañado por las ministras de Educación, Soledad Acuña, de Desarrollo Humano, María Migliore, y el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, fue una redefinición del concepto de regularidad escolar. Según explicó, desde ahora se considerará alumno regular a aquel que tenga un 85 por ciento de asistencia a clases; cada dos meses se evaluará la situación y no se podrá superar las 25 faltas totales para seguir conservando la condición de regular. "Quienes no manden a sus hijos a la escuela van a dejar de percibir el adicional por hijo del programa Ciudadanía Porteña", dijo.

En un discurso de campaña, el jefe de gobierno buscó polarizar con el oficialismo nacional en torno a la cuestión educativa, un tópico desde la pandemia: “No nos da todo igual, no es lo mismo que un chico vaya a la escuela o que no vaya”, dijo desde la cartera de Educación porteña. ”Estamos decididos a recuperar la idea de que el estudio es el motor del progreso, y eso se aprende yendo a la escuela todos los días. Convoco al gobierno nacional a que lo analice y tome una medida como esta”.

En rigor, la exigencia de la escolarización de niños y niñas rige en distintas prestaciones nacionales, como la Asignación Universal por Hijo. De hecho, las titulares de la AUH cobran mensualmente el 80 por ciento del estipendio y una vez al año deben acreditar la asistencia a la escuela de los hijes, junto con sus controles de salud, para poder percibir el 20 por ciento retenido y mantener la asignación al año siguiente.

La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, aportó datos sobre el presentismo en CABA. Señaló que “el 30 por ciento de los alumnos no asisten regularmente” a clases. Consultada sobre los motivos, indicó que es un fenómeno “que se viene dando desde antes de la pandemia pero se agravó, y agregó que el fenómeno no se da sólo en Argentina sino a nivel regional. Pero igualmente justificó una decisión que –según sus propios datos-- impactará en un universo de 23.686 niños y niñas. Como advirtieron usuarios de redes sociales, si CABA tiene alrededor de 600 mil alumnos y el ausentismo alcanza a un tercio, los afectados serían 180 mil chicos: es decir que la medida anunciada sólo se enfoca en una séptima parte de los involucrados, justamente los pertenecientes a sectores más vulnerables.

Los repudios

El anuncio del gobierno porteño fue ampliamente criticado por el oficialismo nacional. “A la solución no se llega con castigos”, dijo el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta. “Lo que hay que hacer es ir a ver en el entorno familiar, a cada casa, ver lo que le pasa a cada chica y chico (que no va a la escuela), no estigmatizar. Un problema no se resuelve con otro problema. Nosotros estamos convencidos de que a esas 41 mil familias beneficiarias del plan Ciudadanía Porteña hay que cuidarlas en lugar de estigmatizarlas. Hay que acompañar a las familias que están rotas desde el punto de vista social y económico”. Además, el funcionario respondió al llamado a la confrontación que hizo Larreta: “Nosotros también pretendemos que el gobierno de la Ciudad nos acompañe, pero que nos acompañe en las políticas de cuidado, de abordaje, de abrazar a los que menos tienen entendiendo que no son un número, sino familias que la están pasando muy mal”.

El ministro de Educación nacional, Jaime Perczyk, afirmó que "si sabemos que un chico no va a la escuela tenemos que invitarlo, abrazarlo y decirle que en la escuela tiene su lugar. Que le queremos enseñar y que lo vamos a querer". También observó que "los chicos no tienen planes sociales, los chicos tiene que ir a la escuela", y si no asisten "no perdieron un beneficio, perdieron un derecho. Hay que garantizar ese derecho buscándolos uno por uno", subrayó. 

Por su parte, el viceministro de Desarrollo Social de la Nación, Gustavo Aguilera, dijo que la decisión porteña tiene "un tinte represivo y punitivo", y que la medida termina "castigando a las familias más pobres". "Si un chico no va a la escuela es un problema, pero si encima se le saca la ayuda a la familia, estamos generando otro problema", expresó. “Lo de Larreta es una medida efectista, electoral y poco seria hacia los sectores más vulnerables", sumó el subsecretario de Políticas de Integración y Formación, Daniel Menéndez. El funcionario nacional criticó que "tanto la ministra de Educación (Acuña) como la ministra de Desarrollo Social (Migliore) no construyeron un argumento y un motivo por el cual se da la deserción escolar en los colegios de la Ciudad, a partir del cruce con los beneficiarios del programa Ciudadanía Porteña".

En la misma línea, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, dijo que la variable de la asistencia escolar "no puede ser usada como un castigo, una doble estigmatización y una herramienta fiscal para bajar la ayuda". "Una familia en situación de vulnerabilidad necesita que el Estado la acompañe, ayude e incentive a volver a una situación de regularidad escolar, de trabajo y de salud y no que la castigue por no hacerlo".

"Odio y marketing"

Los docentes se sumaron a los cuestionamientos. Para la Unión de Trabajadores de la Educación, el anuncio de Larreta “despliega odio de clase y estrategias de marketing político, como acostumbra la gestión neoliberal en la Ciudad de Buenos Aires”. El sindicato recordó que el gobierno porteño “omite su responsabilidad en la falta de vacantes, principalmente para las familias más vulneradas y omite la baja sistemática del presupuesto educativo. A su vez, estigmatiza a las clases populares acusándolas de desinterés por la educación, cuando son ellas las que acompañan como comunidad educativa todos los reclamos frente a la vulneración del derecho social a la educación”.

Otra voz crítica surgió desde los movimientos sociales. Dina Sánchez, del Frente Popular Darío Santillán, indicó que el gobierno de Larreta “quiere descargar penalidades sobre las familias más necesitadas cuando él les da un servicio de comedor pésimo, que ya fue denunciado miles de veces y con el mayor presupuesto del país no puede tener los edificios en condiciones mínimas”.

Walter Córdoba, referente porteño de Somos Barrios de Pie, apuntó que el requisito de escolaridad “ya estaba desde antes” y que con su modificación Rodríguez Larreta “sólo busca obtener un rédito político estigmatizando a los pobres. No nos sorprende, porque el año pasado mandó a relevar si los beneficiarios del programa Ciudadanía Porteña tenían televisores o licuadoras para darles de baja el plan”.

"Si Larreta quiere hacer algo por la educación que arranque por los 50 mil pibes y pibas que no arrancaron la escuela porque no tenían vacantes o por los colegios que se caen a pedazos porque el Gobierno de la Ciudad los abandonó", afirmó Jonathan Thea, secretario general del Movimiento Evita de CABA. "Donde más abandono hay es donde menos obras hace el gobierno porteño. Tienen que hacerse cargo de que hace 15 años gobiernan la Ciudad y es su responsabilidad dar respuestas a las familias y a los chicos, no hacer demagogia y echar culpas siempre a otros", agregó.