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En el día de su muerte, Página/12 republica este perfil

Lía Crucet, la reina

Con un escote desbordante y la exuberancia de alguien que hizo del contoneo más básico una marca registrada, Lía Crucet se convirtió hace tiempo ya en un emblema de la cumbia. Canta desde fines de los 80 por la liberación femenina, siempre se negó a enfrentar a sus compañeras por un punto de rating y es una cara y un nombre reconocible por si mismo, sin apodos, ni maridos, ni escándalos: un icono de lo queer mucho antes de Ru Paul, con la voz rasposa y sensual, el ombligo siempre al aire y esa impronta de misterio que toda diva tiene para convertirse en mito.