Durante la noche del domingo, los Martín Fierro se vistieron de Salomón. Esa fue la sensación que deparó la 47ª entrega de los premios otorgados por la Asociación de Periodistas de Televisión y Radiodifusión Argentinas (Aptra). Hubo galardones para las figuras más reconocidas de la televisión --Mirtha Legrand, Susana Giménez, Marcelo Tinelli, Adrián Suar-- como para que ningún pope se fuera mascullando por lo bajo del hotel Hilton. En este sentido, el galardón de oro para El Marginal (que además obtuvo dos premios en ocho nominaciones) resultó casi un tiro de gracia y dejó un sabor extraño para los realizadores de la tira que se emitió por la TV Pública. En total se entregaron 34 premios. El Trece --encargados de la transmisión-- fue la señal más ganadora con 16 premios, le siguió Telefe con 10, América con 4 y la señal estatal con 3.

La reiteración de nombres entre los que subieron a recibir sus estatuillas fue una de las constantes de esta noche --y de anteriores--. "¿Cuántos son ya, diez u once?", bromeó Tinelli al recibir nuevamente una como conductor y a la señora de las "mesazas" se le otorgó un Martín Fierro de brillantes. "Quiero felicitar al que tuvo esta idea", se jactó Legrand. Lo cual demuestra falta de osadía (por parte de los jurados) como de renovación dentro de la industria. Claro que nada de eso se dijo durante la velada dedicada a festejar a la televisión y autocongraciarse como quedó claro en el discurso de apertura del presidente de Aptra. "Esto es una celebración y algo hemos hecho para este gran medio que es la industria televisiva", dijo Luis Ventura. El presidente de Aptra, por otra parte, anunció una entrega de carácter federal y adelantó que se instaurará un premio digital, en el que los usuarios de redes sociales podrán participar activamente con su voto. "Hay mucha gente trabajando en redes sociales y en cibernética", dijo sin dar más precisiones, olvidando, quizás, el hecho de que El Marginal  cuenta con una recepción notable en Netflix donde es vista en más de setenta países.

En relación a esta producción, los desajustes y arbitrariedades --de los que esta ceremonia suelen hacer gala-- quedaron en evidencia en las ternas de protagonista (donde Juan Minujín perdió frente a Adrián Suar) y especialmente en la de director (Alejandro Ripoll venció a Luis Ortega). Sólo los miembros de Aptra conocen las razones por las que un director de un programa en vivo puede competir con uno de una ficción. Los mismos realizadores evidenciaron la incongruencia cuando subieron a recibir la estatuilla por unitario --el otro fue por libro--.  "No es fácil comparar un programa de baile con un programa de ficción, es medio raro, por eso gracias", se escuchó. Igualmente la producción de Underground cierra un año con varios galardones  (incluyendo los Tato y el Séries Mania francés) y con su segunda temporada confirmada.

Hasta bien entrada la noche hubo pocas menciones a la realidad social, y los contrapuntos en el estrado también fueron escasos, incluso dentro de los premiados en categorías periodísticas. Tampoco se escucharon reclamos por la escasa producción de ficción local frente a los enlatados (el único comentario al paso fue de Luis Ventura). Apelaciones a la concordancia por fuera de "la grieta" comenzaron a aparecer en boca de Luis Novaresio, Legrand y Diego Brancatelli. Los que aprovecharon el momento fueron los integrantes de La Leona, quienes habían denunciado el acoso de trolls durante la emisión del envío. Y durante la semana pasada, Jorge Rial se había hecho eco del rumor sobre una negativa de Aptra a premiar el programa. Lo cual no sucedió. "Estoy muy feliz de haber participado de la serie más bonita que vi hacer en mi vida. Una serie diaria que se hacía como un unitario, como un film, con el mismo tratamiento. A la gente le va a costar mucho trabajo olvidar a La Leona, a pesar del boicot, de la mala colaboración, de los errores", dijo Miguel Ángel Sola. Lo propio hicieron Nancy Duplaá y Pablo Echarri. "Quiso ser una novela más, pero por el momento en el que se dio terminó representando a mucha gente. Se lo quiero agradecer a todos los desocupados y a las cooperativas que son la mayor expresión de trabajo donde las cosas son adversas", dijo el actor y productor de la ficción.  

Se ha dicho que el aire del futuro televisivo quedaría relegado a eventos de este tipo por la competencia del on demand. Cabe decir que la transmisión del domingo resultó esquemática, con poco timing y si los conductores se salían del libreto era para rendir pleitesía y obsecuencia a la plana mayor de la industria. "¿Está todo bien?", fue el latiguillo recurrente de Mariana Fabbiani y Guido Kaczka. El momento "In Memoriam" también sufrió desprolijidades: la cámara estuvo más interesada en enfocar a Abel Pintos y destacar su interpretación que en homenajear a las personalidades que fallecieron recientemente. El último premio de la noche a El Marginal (con sobrados méritos audiovisuales, narrativos, interpretativos y de producción) le dio un poco de lógica a una entrega de objetivos variopintos.