Vallas y decenas de uniformados de las fuerzas federales fue lo que encontraron ayer los manifestantes de la Multisectorial contra los Tarifazos al intentar llegar al Monumento Nacional a la Bandera, durante el acto del 20 de Junio. En la esquina de Córdoba y Laprida, agentes de la Policía Federal, Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria los esperaban con escudos y palos. En esa, y en muchas otras esquinas, se obstruyó el paso a los vecinos, con camionetas verdes de fondo. Al acto oficial del presidente Mauricio Macri (ver página 3) solo podían entrar invitados especiales. Claramente, los trabajadores no eran bienvenidos: "Es una fiesta privada", se quejaron. Con carteles y cánticos expresaron los reclamos, lejos de la comitiva nacional. "No hay bolsillo que aguante"; "Todavía tengo trabajo, pero lucho por los que lo perdieron"; "Pobreza: 30,3%", rezaban las pancartas, en manos de mujeres y varones. Las quejas no son caprichosas: "Desde el año pasado, cerraron 3500 comercios y pymes en Rosario", contabilizaron desde el movimiento. En medio de la protesta pacífica, un buitre gigante con el rostro de Macri acaparó la atención y los flashes. También sorprendió un cartel que rezaba "Macri gato", con la silueta del animal formada por las palabras "desocupación, quita de pensiones, represión, son 30 mil". En otro punto del cerco perimetral de cinco kilómetros, una bandera visibilizó el reclamo por la libertad de Milagro Sala.

A las 8 de la mañana, el frío pegaba duro en la esquina de las peatonales. Las calles estaban desiertas y no había ánimo festivo. El sol estaba lejos, igual que el escenario central donde estuvo el presidente apenas 30 minutos. Detrás de una valla más cercana a calle Belgrano, algunos vecinos recordaron que años anteriores iban a celebrar con la familia, que había niños tomando chocolate caliente y podían ver y tocar la bandera argentina, la más larga del mundo. Ayer, la imagen del acto era otra, y había que verla a varios metros de distancia, tal como sucedió el año pasado.

En Córdoba y San Martín, algunos vendedores ambulantes empezaron temprano a tender las lonas para armar sus puestos de venta. Gorros, bufandas, guantes, garrapiñadas, chipá y café caliente eran algunos de los productos que se ofrecían. Allí se autoconvocaron los miembros de la Multisectorial contra los Tarifazos, pero también gente que no está organizada y que no puede seguir pagando sus impuestos tras el ajuste del gobierno nacional. "No me alcanza, Macri. Sos la dictadura", gritó un vendedor de banderitas argentinas. La marcha partió a las 8.50 al grito de "paso, paso, paso, abajo el tarifazo"; y con los carteles que dieron cuenta de los aumentos acumulados desde fines de 2015: "Aguas Santafesinas, 100%; Litoral Gas, 2000%; EPE, 200%".

Si bien no hubo incidentes, como el año pasado, cuando hubo represión, Juan Milito, del Centro Unión de Almaceneros, lamentó: "Segundo año que nos cercan el paso, que impiden que los rosarinos podamos tener nuestra fiesta por excelencia, que es este 20 de Junio. No lo queremos naturalizar. Los funcionarios y autoridades locales dicen que el Monumento es de todos, pero con un discurso no hacemos nada. Nos tienen vallados. Lo que venimos a demostrar es nuestra preocupación con los tarifazos salvajes y no queremos que se invisibilice eso en este acto nacional", expresó ante la negativa para atravesar el Monumento, fuertemente blindado. "Con la llegada de la última factura eléctrica se profundizó la crisis en los comercios, las pymes, los jubilados y un montón de gente que se nos acerca con estos problemas. Lo que estamos viendo es que el año pasado quizás la gente tenía algún margen, pero hoy ya no se pueden pagar los impuestos. Los comerciantes tienen facturas que duplican y triplican la cantidad de mercadería que tienen adentro, así que los cierres se van a dar. Por otro lado, como pasó en los '90, la gente que se quedó sin trabajo va poniendo pequeñas unidades comerciales, y eso es malo porque aumenta la oferta y van a llegar al mismo nivel que los demás. Hay que ponerse en la piel del que perdió el trabajo y busca cualquier forma de ganarse la vida", planteó.

 

“Nada cambió desde el año pasado. Lo que avizoramos es que tras las elecciones esto seguirá empeorando”. Juan Alcaraz

 

Juan José Cisca, de Apyme, y referente de la Multisectorial, recordó que desde marzo de 2016 se reúnen cada lunes. "Cada vez afecta más al sector industrial. Apyme representa el 80 por ciento del trabajo en el país, y fuimos impactados por un cóctel explosivo compuesto por la devaluación, la inflación, la apertura de importaciones, altas tasas de interés, más el detonante de los impuestos. No hay diálogo, no se nos escucha. El hecho de que hoy el Monumento esté vallado, tiene que ver con la necesidad de que no vaya nadie a protestar o demostrar su desacuerdo con este modelo económico. A nivel nacional, el año pasado, según el Indec, cerraron 4600 empresas, de las cuales 4100 tenían menos de diez trabajadores. A esto hay que sumar el proceso en el que un empresario primero deja de pagar impuestos primero, porque dar de baja de un día para el otro sale caro. O sea que las cifras son mucho más de lo que registra el Indec".

El abogado del Multisectorial, Juan Alcaráz, planteó que "nada cambió desde la marcha del año pasado. Lo que avizoramos es que después de las elecciones esto seguirá empeorando. Hoy queremos hacernos ver y que el Momumento esté abierto para todos, porque se cumplen 60 años de su inauguración. Para este vallado se hizo una inversión impresionante, que estimamos en 400 o 500 mil pesos, y no permiten llegar a la ciudadanía. Es una fiesta privada". Sobre la situación actual, el letrado indicó que muchas empresas llevaron el reclamo a la Justicia. "Los tarifazos significan un telegrama de despido para esta gente. Creemos que esto irá empeorando. Desde el año pasado cerraron 3500 comercios y pymes en Rosario", planteó.

El titular de la Asociación Casco Histórico, Fabio Acosta, indicó que los medianos y pequeños comercios de esa zona contabilizan 16 meses de caída en las ventas. "El consumo está cada día más complicado. Sostener las persianas de los comercios levantadas se convirtió en un acto de puro coraje", dijo.