En su columna Fernando Borroni habló de la demonización que realizan los sectores dominantes sobre la palabra “kirchnerismo” y de los gobiernos nacionales y populares.

“Si faltaba alguien en esta fiesta golpista de Juntos por Clarín, del Macrismo, de La Nación, y de Infobae es la dictadora Jeanine Añez, la presidenta de facto de Bolivia. El poder dominante regional pone en marcha con la criminal de Jeanine Añez la etapa de la denuncia internacional contra el gobierno nacional, al que se esmera en tildar de kirchnerista para que no queden dudas de que la persecución al kirchnerismo no se detiene. La derecha se vale de una dictadora que algún día deberá pagar por los crímenes cometidos en su gobierno para hablarnos de democracia y de intromisión. Una caradura con todas las letras” introdujo el periodista de La Mañana.

Borroni sostuvo que la palabra kirchnerismo otra vez volvió a repetirse a diario desde todos los medios para focalizar al enemigo y abrir fuego. “La cuarentena y la kirchenrizacion del gobierno”  titulaba Nelson Castro su editorial en TN “De la moderación a la kirchnerización: las idas y vueltas de Alberto” titulaba en su página web A24. Si hasta Beatriz Sarlo “Pensé que Alberto Fernández no iba a rifar su destino político a la obediencia a Cristina Kirchner, pero me equivoqué”.  “Ya conocemos bien este mecanismo. Sintetizar todos los problemas de la Argentina, todos los males, todo lo que no debe ser en el kirchnerismo. Muy pronto lavó sus culpas el macrismo y Juntos por Clarín en poco menos de 10 meses sintetizó, otra vez, en la palabra kirchnerismo el origen del pecado mortal” expresó.

"¿Qué será esto de que Alberto se está kirchnerizando? ¿Lo dirán porque impulsó una impuesto a las grandes fortunas? ¿Entonces kirchnerizarse significa pedirle a los que más tienen que paguen más, sobre todo en momentos tan aciagos como una pandemia?. Si es así, entonces el kirchnerismo busca la justicia" reflexionó Borroni.

"La palabra kirchnerismo en boca de la derecha es sinónimo de enemigo. Quizás entonces sea un elogio. Habrá que pensarlo de esa manera. Como alguna vez nombrar a Evita o a Perón era delito, o nombrar a Chávez o a Fidel era nombrar al demonio". 

Escuchá la columna completa de Fernando Borroni

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