Objetivo permanente: bancar la parada del violín en el tango. Objetivos necesarios: sostenerlo a base de discos, conciertos y palabras. Ahora el disco se llama Cien x ciento tango argentino y el concierto, con entrada gratuita, será mañana a las 20.30 en La Casa del Tango (Guardia Vieja 4049). En tanto, las palabras son éstas: “Dado que los temas de este disco han sido destinados en su mayoría al canto, mi propósito ha sido, a través de la ductilidad y flexibilidad del violín, poder expresar la carga poética que las letras hubieran ofrecido, para que el oyente pueda recrear en sí mismo lo narrado, sin olvidar que cada uno verá reflejada, a través de este estímulo, su propia historia y sus propias vivencias”. Quien las pronuncia es Miguel Angel Bertero, suerte de vehículo humano entre el violín y el tango, que mostrará el trabajo con su orquesta a pleno, y como una continuidad de su disco anterior, llamado A mi querida Buenos Aires. “Aquel disco refleja el recuerdo de esa ciudad distante, en parte imaginaria, que iba siendo revelada, hace tanto tiempo, a través de los tangos que la describían como en una vieja fotografía sepia. Este completa esa rememoración, pero se acentúa en el enfoque de las historias que allí acontecían, de las propias sensaciones y recuerdos, de lo emotivo y vivencial”, desarrolla el músico.
Bertero posee un nutrido background que no pasa solo por haber sido parte de la orquesta del Teatro Colón durante casi cuarenta años. También integró las filas de la Compañía Tango Argentino, de la Sinfónica Nacional, y la de Santa Fe. Y acompañó a grandes exponentes del género como Leopoldo Federico, Horacio Salgán, Mariano Mores, Raúl Garello y Atilio Stampone, entre otros. Esa nutrida experiencia se manifiesta en el disco y seguramente también aparecerá en el recital. “Varios ejes son los que se articulan en el trabajo”, refiere él. “El primero está referido al contenido emotivo que articula esta selección de temas, fundamentalmente la manera en que ellos reflejan la interioridad del protagonista, sus sentimientos ante circunstancias y ambientes. Todo ello resonando en mi propia sensibilidad, se recrea y es la guía que, dejándola fluir, he tratado de volcar en las interpretaciones”, cuenta Bertero, con un pie en la música académica y otro en el tango. “En segundo término, y entroncando con lo anterior, aparece el costado nostálgico, la expresión personal de vivencias experimentadas cuando estos temas llegaron a mí. La música, entonces, es como un puente no exento de cierta magia que permite conectarlas con el presente. Y hay un tercer eje, que apunta a tratar de rememorar una época en que la emotividad de la que hablamos resultaba un emergente natural del sentimiento social, de un ambiente de ebullición cultural, de trasnoches de café y cine, de bohemia, de ilusiones que, aunque hoy las podamos ver tal vez como ingenuas, eran  auténticas. Los golpes de la historia, a mi modo de ver, han ido opacando aquel clima, por un contexto de desconfianza y cinismo”, se explaya, existencialista, el hombre.
Las piezas que integran Cien por ciento tango argentino (entre otras, “Mañana iré temprano”, de Francini-Bahr; “Divina”, de Mora y De la Calle; y “Madreselva”, de Canaro-Amadori) son todos clásicos arreglados para violín solista y para una orquesta, en este caso, de diecisiete músicos. “Pese a los datos históricos, el disco no plantea una disyuntiva entre el tango y la música académica… En ningún caso es disruptivo. El ‘tanguero’  encontrará elementos que lo involucren, mientras que el ‘académico’ lo hará con desarrollos que, aun reflejando cierta elaboración, no se alejan de una mirada respetuosa de la tradición”, explica Bertero, despejando dudas sobre una dicotomía recurrente. Y completa: “El nombre del disco lo explica bien, porque tiene que ver con el abordaje del repertorio a partir de elementos que provienen de mi experiencia personal y están ligados íntimamente a vivencias donde lo genuino de la fuente no deja lugar a la especulación.”

Temas: Un violín para el 2x4