La serie original de Movistar+, Antidisturbios desembarca en HBO Max y nos brinda un retrato crudo de la corrupción estatal al mismo tiempo que deconstruye la figura de la fuerza policial.

Una casa tomada por una protesta social. Un grupo de policías que es enviado logra desalojar el lugar mediante la fuerza. Nada bueno puede salir de ese acontecimiento.

Si el lector se ve transportado a la Argentina del 2001, no se equivoca, aunque en este caso, hablamos de Antidisturbios, la serie española creada por Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, dónde un grupo de efectivos policiales se ve enredado en una maraña de corrupción policial y política que los marcará a nivel profesional y personal.

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La serie de seis capítulos que está disponible en el servicio de streaming HBO Max comienza con una escena que "no dice nada" a simple vista: Laia (Vicky Luengo) está jugando a una partida de un juego parecido a "El Estanciero" con su familia. En un momento, su indignación va creciendo cuando su padre aparentemente hace trampa y no duda en cuestionarlo como si su vida dependiera de ello.

Y claro, Laia es la oficial de Asuntos Internos que comenzará la investigación que parte en el trágico suceso del desalojo de la protesta por parte de la fuerza Antidisturbios en Madrid dónde un inmigrante africano pierde la vida luego de un enfrentamiento de las personas con los policías.

Desde el comienzo Sorogoyen nos plantea a los protagonista s de una manera cruda y directa: Laia es implacable, tiene olfato de detective, intuición y una honestidad que pocos tienen en la serie. Sin embargo, su dureza se tendrá que ir ablandando como el junco que se dobla para poder llegar a la verdad.

La Unidades de Intervención Policial (UIP) está conformada por Raúl Arévalo, Roberto Álamo, Álex García, Raúl Prieto, Patrick Criado y Hovik Keuchkerian, quienes interpretan a un grupo en el que no existen los héroes o antihéroes. Son personas de carne y hueso con sueños, ambiciones, falencias y que un error que (en parte) no es culpa de ellos, los va llevando cada vez más al abismo.

Los episodios de la serie llevan por título el nombre de cada uno de los personajes, con una cámara que nos sumerge de lleno a la acción sin respiro de forma cinematográfica y con un drama y misterio que va mezclando lo cotidiano con la corrupción estatal presente en el día a día que hace que lo político y lo social se fusionen desdibujando los grises de los organismos hasta hacer borroso el límite de lo correcto y lo incorrecto.