El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sostuvo ayer que el tipo de cambio “ya no es una preocupación para las familias”, aunque los niveles de fuga de capitales se encuentran en sus máximos históricos. Aseguró además que el combate contra la inflación “es un proceso largo”. “Creo que estamos consolidando el proceso de desinflación en la Argentina, con expectativas hacia abajo, y por eso las familias se animan a tomar créditos largos, a 30 años. Pero sí, es un proceso largo”, remarcó el funcionario, quien reconoció que en junio la suba de precios rondará el 1,5 por ciento, contra la expectativa previa de que caería a cerca de 1 por ciento. El ministro sostuvo que llegar a ese nivel de 1 punto recién se lograría hacia fines de 2017, cuando a principios de año se lo proyectaba para los primeros meses.

En declaraciones radiales, Dujovne insistió en que este año finalizará con un crecimiento del 3 por ciento y una inflación controlada. También defendió la emisión del bono que hipoteca al país por los próximos cien años, asegurando que con este instrumento se logró asegurar al país una tasa competitiva, del 7,9 por ciento, a largo plazo y evitar fluctuaciones del mercado. Fue más allá y comparó la emisión argentina con la que realizaron otros países a 30 años, como el Tesoro de Estados Unidos, cuya tasa de retorno es de 2,2 por ciento.

El funcionario expuso un escenario muy positivo para la economía, que por momentos generó la réplica de su entrevistador, Marcelo Longobardi, quien no coincidía con las supuestas señales de mejora que relataba el jefe del Palacio de Hacienda. “Hay un reconocimiento general que la situación está mejorando, estamos creciendo”, comenzó Dujovne, cuando Longobardi lo interrumpió: “Esperá un segundo, me parece que nadie piensa eso. En términos generales, comerciantes, pymes, empresarios no registran eso”, ahondó el entrevistador. El ministro se fue por la tangente preguntando si en el 2015 se estaba mejor. El periodista no insistió. 

“Sabemos que tenemos que emitir menos deuda y bajar el déficit y lo estamos haciendo, esto es un puente hasta que terminemos de consolidar la baja del déficit fiscal. Argentina tiene una deuda de 26 por ciento en relación al PIB, que es un tercio de la que tiene Brasil y la mitad de los países emergentes, entonces hay que quedarse tranquilos con que transitoriamente podemos usar este mecanismo hasta que terminemos de bajar el déficit y de derrotar a la inflación”, afirmó el ministro.

En cuanto a la inflación, sostuvo que el gobierno nunca estimó un aumento del IPC del 1 por ciento en junio. “Sí lo hicieron analistas privados como Miguel Bein, pero estamos contentos con la inflación de mayo de 1,3 por ciento y en junio podemos tener una cifra buena también, cercana al 1,5 por ciento”. “Empezamos a consolidar cifras más cerca del 1,5 por ciento mensual y estamos contentos con el proceso porque pasar del 2 al 1,5 por ciento es romper un escalón; queremos llegar a 1 a fin de año”, postergó otra vez la fecha el ministro. 

Respecto de la situación fiscal, Dujovne afirmó que “el gasto en conjunto va a perder este año entre 3 y 5 puntos contra la inflación”. Es decir, caerá en términos reales. “El año que viene vamos a tener una reducción del déficit a 3,2 por ciento del PIB, como va a estar establecido en el Presupuesto; la inflación va a seguir bajando y vamos a crecer seguramente por encima del ritmo al que lo estamos haciendo este año, que es 3 por ciento”, prometió el funcionarios antes de viajar a Chile integrando la delegación que encabeza el presidente Mauricio Macri. Por último, se sumó al declaracionismo oficial en contra de la candidatura de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner para las legislativas de octubre. Sobre ese punto aseguró que existen inversores “que están pensando en poner una fábrica y generar empleo”, pero no lo hacen ante la imposibilidad de que “el país vuelva a políticas del pasado”.