Dos semanas después de las elecciones presidenciales, muchos neoyorquinos permanecen trastornados y buscan calmar su ansiedad a través de diferentes métodos, del yoga a la militancia, pasando por los tatuajes o el diván del psiquiatra. 
Para varios habitantes de esta ciudad que es símbolo de la diversidad y que votó el 79 por ciento por la demócrata Hillary Clinton, el resultado de la elección cayó como una bomba. El alcalde demócrata, Bill de Blasio, reconoció que para muchos hay aún una sensación de shock, de confusión. 
“Es verdaderamente deprimente. Es triste’’, confía Brian Bumby, un cuarentón que escribe un mensaje de post-it en la pared de la estación de metro de Union Square, una suerte de confesionario post-electoral creado por un joven artista donde todo el mundo puede compartir sus sentimientos. “Es un sentimiento comparable al del 11 de septiembre’’ de 2001, cuando atentados islamistas derribaron las Torres Gemelas, dijo. Algunos eligieron el tatuaje. Shiro Aoki, empleado de Fun City Tattoo en el East Village, contó que seis clientes pidieron un tatuaje ligado a la elección, incluido un “Jodete Trump’’ (Fuck Trump). Otros buscan ser reconfortados por el yoga. Muchos estudios y centros de meditación han propuesto sesiones post-electorales para intentar calmar a los neoyorquinos conmocionados. 
Entre las cuatro paredes de su consultorio, el psiquiatra Edward Ratush conversó acerca del escrutinio con la mayoría de sus pacientes, muchos de los cuales están contrariados. “Ha sido una semana centrada en la elección, está claro’’, dijo Ratush, cuya clientela está compuesta esencialmente por jóvenes trabajadores. “Muchos se interrogaban ‘¿Qué va a pasarle a nuestro país? ¿A la libertad?’’’
La pertenencia a una minoría étnica o sexual acentúa el desconcierto de los anti-Trump. “Al igual que el asesinato del presidente Kennedy en 1963, la elección de Donald Trump cambiará a Estados Unidos’’, advirtió el pastor Calvin O. Butts en la misa del domingo en la Iglesia Bautista Abisinia, la más influyente de Harlem. El lunes, el reverendo recibió a los niños de la escuela primaria Thurgood Marshall, establecimiento de Harlem creado con el apoyo de la iglesia, a pedido de la directora. “Después de las elecciones, están traumatizados’’, contó el pastor. “Preguntan cosas como ‘¿es malo Donald Trump? ¿Me va a quitar a mis padres? ¿Por qué todo el mundo parece tener tanto miedo?’’.
“Para los niños es muy duro, porque uno pasa todo el tiempo diciéndoles que no hay que hacerle daño a nadie, que hay que ser amable con los demás, y ven que alguien consigue ser electo haciendo exactamente lo contrario’’, dijo Hena Khan, musulmana y madre de dos hijos. Para los musulmanes del nordeste de Estados Unidos, la elección de Trump es casi un sentimiento de traición, dijo Khan desde Maryland, donde reside esta autora de varias obras para niños que evocan el universo del Islam.
La ciudad más cosmopolita del mundo no se ha librado del alza de ataques racistas: “La tendencia es un poco inquietante’’, admitió el jefe de la policía James O’Neill, mencionando un alza de 31 por ciento de este tipo de actos desde enero. “Es importante decirlo en voz alta: hay muchos miedos en este momento’’, declaró Bill de Blasio.
Una línea telefónica gratuita fue instalada en Nueva York para las personas que se sienten amenazadas y quieren denunciar este tipo de crímenes.
El domingo, 300 personas se reunieron en un parque del barrio de Brooklyn Heights, rebautizado con el nombre del cantante del grupo Beastie Boys, formado en los años 80 por tres jóvenes músicos judíos de Brooklyn. Protestaban contra el descubrimiento de dos esvásticas en el área de juegos infantiles, acompañadas de la inscripción “Go Trump’’ (Vamos Trump).
Tras las grandes protestas de la primera semana tras la elección, una de las cuales reunió a más de 10 mil personas, varios eventos siguen siendo organizados. Muchos ya se movilizan para la gran marcha de las mujeres en Washington el 21 de enero, al día siguiente de la investidura de Donald Trump.
Mientras muchas familias se preparan para pasar este jueves una cena de Día de acción de gracias complicada. “Estoy seguro de que no hablaremos de política’’, prevé Bumby, quien permanecerá en Nueva York con su familia. Algunos de sus parientes son conservadores. “No estoy seguro de que hayan votado’’ por el republicano Trump, dijo. “No voy a preguntar. No quiero saber.’.



Visita a “The New York Times”

Donald Trump sigue en pie de guerra con los grandes medios de comunicación del país. Ayer se revelaron detalles sobre una reunión entre el republicano y representantes de las principales cadenas de televisión que no muestran un cambio de tono en el magnate. Varios de los periodistas que participaron en el encuentro se quedaron estupefactos e indignados, informó la prensa sin dar nombres. Tras la dura campaña, los presentes esperaban que se tratase de una reunión conciliadora o que se anunciase la celebración pronto de una rueda de prensa. A su vez, Trump canceló ayer un encuentro previsto con varios reporteros de The New York Times. Pero después anunció que sí se celebraría y visitó la redacción del diario. “Cancelé la reunión de hoy porque los términos y condiciones de la reunión fueron cambiados a último momento. Nada agradable”, dijo y unas horas después anunció: “La reunión con el NYT está vigente para las 12.30 de hoy. ¡Estoy ansioso!” Durante el encuentro, en vivo, los periodistas presentes en la redacción del diario tuitearon detalles de la conversación. Cuando culminó el encuentro, el diario publicó: “Bueno, terminó. El señor Trump concluyó su reunión con editores, reporteros y editorialistas del Times”. The New York Times es desde hace tiempo uno de los blancos de crítica preferidos de Trump. Incluso ya como presidente electo, Trump dijo que el medio había fracasado y que cayeron sus ventas por informar mal sobre él. Tras las elecciones el periódico anunció ventas récord, con decenas de miles de nuevos abonos de pago, tanto en la edición digital como en la impresa.