Con dos bajas que complican el control de la cámara, el Frente de Todos se prepara para sesionar la semana que viene en el Senado. Apurado por aprobar - una vez más - el pliego de Daniel Scioli como embajador de Brasil lo antes posible, el bloque oficialista hace cuentas y prepara un temario que no escandalice a Juntos Por el Cambio. "No tenemos los números para hacer nada solos", repiten desde la bancada oficialista, en donde las ausencias de dos senadores propios - uno por enfermedad, otro está de viaje - obligan a consensuar las iniciativas con una oposición que, por estos días, atraviesa su propio internismo furioso. El tándem Cristina Fernández de Kirchner - Sergio Massa, sin embargo, volverá a rendir sus frutos, ya que los dos proyectos que encabezan el posible temario de la semana que viene son las los mismos que el tigrense había reclamado cuando desembarcó en Economía: la promoción de la Industria Automotriz y la Bio y Nanotecnología. En paralelo, el kirchnerismo analiza con el ministro de Economía el proyecto de "Refuerzo de Ingresos" para los sectores más vulnerables.

La cuenta es la siguiente: el FdT tiene 35 bancas en el Senado, dos menos que las que se necesitan para alcanzar el quórum pero que, en el último año, no ha tenido problema en cubrir gracias al acompañamiento de aliados clave como Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) y Magdalena Solari Quintana. Si a esa cuenta se la suma a Clara Vega - senadora riojana que cada vez se muestra más cerca del oficialismo -, se comprueba que el FdT ha logrado mantener el control de la Cámara a pesar de haber perdido la mayoría en las elecciones del año pasado. El último mes, sin embargo, el proyecto de ampliación de la Corte Suprema puso en jaque esta "mayoría ampliada" del oficialismo, ya que al rechazo de Weretilneck se le sumó también la resistencia de uno de los propios, Adolfo Rodríguez Saá (que luego se fue de viaje), así como la ausencia por enfermedad del chaqueño oficialista Antonio Rodas (cuya salud le ha impedido participar de las últimas sesiones).

Frente a este panorama, el bloque oficialista ha tenido que optar por una agenda de consenso con la oposición -la cual incluye varios de los proyectos económicos solicitados por Massa- y le ha cerrado la puerta -al menos temporalmente- a la agenda judicial del kirchnerismo. Así fue como, la semana pasada, la Cámara Alta aprobó el blanqueo a la construcción y el Consenso Fiscal y, ahora, se prepara para volver a sesionar con el ojo puesto en dos proyectos: la ley de promoción de inversiones para la Industria Automotriz y la ley de promoción del desarrollo de la Bio y Nanotecnología. Ambas iniciativas - reclamadas específicamente por Massa cuando asumió como ministro de Economía - tienen media sanción de la Cámara de Diputados y fueron dictaminadas en las comisiones del Senado con el respaldo de toda la oposición. La primera sostiene una serie de beneficios impositivos con el objetivo de aumentar las inversiones en toda la cadena de valor de la industria automotriz, mientras que la segunda establece la prórroga de un régimen de incentivos fiscales para el desarrollo de la biotecnología moderna y la nanotecnología.

"Vamos a intentar construir una sesión para la semana que viene. Verán que es muy complicado tener el acompañamiento de la oposición para el quórum, pero tenemos la firme convicción de seguir trabajando", ironizó ayer Anabel Fernández Sagasti al finalizar la reunión de la comisión de Acuerdos que dictaminó el pliego de Daniel Scioli como embajador de Brasil. El objetivo del FdT, tal como anticipó Sagasti, es aprobar lo antes posible el regreso del ex ministro de Producción a la Embajada de Brasil, motivo por el cual también se está apurando una sesión para la semana que viene. JxC, mientras tanto, decidió no participar de la comisión y se desconoce aún que posición adoptará en el recinto -en el 2020 acompañaron-, aunque en el oficialismo descuentan que podrán aprobar el pliego. "Es la segunda vez que nos convocan por lo mismo en dos años", se quejaron desde las filas de JxC.

Refuerzo de Ingresos

Un capítulo aparte merece el proyecto de "Refuerzo de Ingresos" de Juliana Di Tullio que apunta a reducir la indigencia. Presentado hace una semana y media como una alternativa "peronista" al Salario Básico Universal (SBU), el proyecto de la senadora cristinista estuvo avanzando en el Senado y desde su entorno se muestran optimistas respecto a su aprobación. Si bien aún no hubo una reunión, Di Tullio ya comenzó a analizar con Sergio Massa las posibles formas de financiar una medida que se espera que tenga, para el año que viene, un costo fiscal del 0,56 por ciento del PBI. El objetivo es poder incorporarlo en el Presupuesto 2023 antes de que el texto se presente en el Congreso, para lo cual ambas partes - Senado y Ministerio de Economía -están buscando de qué partida podrán conseguir el financiamiento.

El "Refuerzo de Ingresos" establece una prestación mensual no contributiva equivalente al monto de una canasta básica alimentaria (hoy en 15.057 pesos) para aquellas personas entre 18 y 60 (mujeres)/ 65 (varones) años que se encuentren por debajo de la línea de indigencia. La iniciativa genera mucha expectativa entre las organizaciones sociales que impulsan el SBU y que le están exigiendo a Massa que anuncie alguna medida en favor de los sectores más empobrecidos. A pesar del problema del financiamiento (especialmente en un contexto de ajuste en las cuentas públicas), en el Senado se muestran confiados: "Lo vamos a aprobar", aseguraron desde el entorno de la senadora.