Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Francia, Emmanuel Macron, apoyaron el envío de una misión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, ocupada por el Ejército ruso, y objeto de ataques de los que Moscú y Kiev se culpan mutuamente.

"Los presidentes destacaron la importancia del envío urgente de una misión del OIEA a la central nuclear, que permita evaluar la situación en el lugar de los hechos", informó el Kremlin al dar cuenta de la conversación telefónica sostenida entre ambos mandatarios por iniciativa de París. Según la Presidencia rusa, "se debatieron diversos aspectos de la situación en torno a Ucrania".

Bombardeos sistemáticos

"Vladímir Putin, en particular, subrayó que los bombardeos sistemáticos del territorio de la central atómica de Zaporiyia por parte de los militares ucranianos generan el peligro de una catástrofe de gran envergadura, que puede conducir a la contaminación radiactiva de amplios territorios", señaló el Kremlin.

En los últimos días, Kiev y Moscú se han acusado mutuamente de planificar un incidente en la planta nuclear de Zaporiyia para luego atribuirlo al otro bando. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha advertido de que la situación en la central es "alarmante".

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, señaló este viernes que pedirá su homólogo ruso, Vladímir Putin, que haga lo necesario para evitar un accidente en la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, ocupada por tropas rusas y sometida a ataques de los que se acusan mutuamente Ucrania y Rusia.

Erdogan indicó que hará esa solicitud a Putin a petición del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, con quien se reunió este jueves en la ciudad ucraniana de Leópolis.
"Zelenski nos ha pedido especialmente que Rusia desmantele allí (en Zaporiyia) todas las minas y bases para que rápidamente deje de ser alarmante, porque ahora es un elemento de amenaza", dijo Erdogan a los periodistas turcos que le acompañaban en el vuelo de regreso desde Ucrania.

Mediación de Erdogan


Erdogan mantuvo este jueves en Leópolis una reunión trilateral con Zelenski y con el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, tras la que leyó una declaración en la que advirtió del peligro de un incidente nuclear en Zaporiyia.

"Cuando dije 'No queremos un nuevo Chernobyl' me refería a esto", aclaró en la charla con la prensa, recogida por la agencia turca Anadolu. "Hablaré de este tema con Putin, le pediré especialmente que Rusia haga en este tema lo que le corresponda para dar un paso hacia la paz mundial", agregó el presidente turco.

En su conversación telefónica con Macron, Putin también se refirió a la invitación extendida a expertos de la Secretaría de la ONU y de la Cruz Roja Internacional para visitar la cárcel en Olenivka donde murieron más de medio centenar de prisioneros de guerra ucranianos a consecuencia de un ataque con misiles que Moscú atribuye a Kiev.

Además, el mandatario ruso informó a su homólogo francés sobre el cumplimiento de los acuerdos de exportación de grano ucraniano y ruso alcanzados en Estambul el pasado 22 de julio. Putin llamó la atención de Macron sobre los obstáculos creados por las sanciones a la exportación de alimentos y fertilizantes rusos, lo cual "pone en riesgo el abastecimiento global de alimentos".

Putin señaló que "aún hay trabas a las exportaciones rusas de alimentos y fertilizantes, lo cual no contribuye a la solución de los problemas relacionados con la seguridad alimentaria mundial", precisó el comunicado del gobierno ruso.

Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), 345 millones de personas en 82 países enfrentan una inseguridad alimentaria aguda -una cifra récord- y unas 50 millones de personas en 45 países corren el riesgo de morir de hambre si no reciben ayuda humanitaria. 

Sanciones y bloqueo

Hasta el acuerdo alcanzado el mes pasado entre Kiev y Moscú, con mediación de Turquía y patrocinio de la ONU, las exportaciones ucranianas estaban bloqueadas por la presencia de buques de guerra rusos y de minas colocadas por Kiev para defender su costa en el mar Negro. La guerra y las sanciones contra Rusia provocó una disparada de los precios de los carburantes y riesgos de escasez en Europa.

Según el gobierno frances, Macron rechazó la acusación de Putin. Francia considera que no hay "ninguna traba" a las exportaciones de productos agrícolas rusos, afirmó este viernes el Elíseo. "Desde nuestro punto de vista, no existe ninguna traba jurídica relacionada con las sanciones [occidentales contra Rusia], ningún obstáculo operativo a la exportación de grano ruso", declaró la Presidencia francesa.

Bielorrusia no ataca

Mientras tanto El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, el más próximo aliado del Kremlin, negó este viernes que tenga planes de atacar a Ucrania, en una reunión con habitantes del distrito de Pruzana, en el suroeste de Bielorrusia.

"No creáis que yo estoy planeando un ataque, que vamos a bombardear Ucrania desde el territorio de Bielorrusia o algo así", dijo el mandatario, citado por la agencia oficial bielorrusa BELTA. Agregó que no tiene ningún deseo de que sus hijos y los hijos de los ciudadanos bielorrusos combatan. "¿En aras de qué? Tenemos que calmarnos", dijo el presidente bielorruso.

Aseguró que no es Ucrania la que combate, para añadir que "hoy contra Rusia lucha todo el bloque de la OTAN y sobre todo Estados Unidos". Según Lukashenko, Europa hace mucho tiempo hubiera puesto fin a la guerra si Estados Unidos, con la ayuda de Polonia, no continuase atizando las acciones de combate.

El Gobierno ucraniano considera al régimen bielorruso ciómplice Rusia, por permitir desde su territorio no solo ataques de Rusia con cohetes y también por la entrada de tropas rusas en Ucrania al comienzo de la "operación militar
lanzada por  Putin hace casi seis meses. "Jurídicamente y por largo tiempo Bielorrusia será considerada un país que prestó infraestructuras para la invasión rusa", declaró recientemente el asesor de la Presidencia ucraniana, Mikhaylo Podoliak

La guerra sigue

En el terreno, Rusia siguió bombardeando la región de Donetsk, en el este de Ucrania, una zona parcialmente controlada por rebeldes prorrusos desde 2014. El dirigente ucraniano de la región, Pavlo Kyrylenko, informó en redes sociales que esos ataques dejaron cinco muertos y más de diez heridos en las últimas 24 horas.

Rusia pretendía al inicio de la invasión tomar Kiev rápidamente, pero se topó con una férrea resistencia ucraniana, que recibió un fuerte apoyo financiero y militar occidental. El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció un nuevo paquete de 775 millones de dólares en equipos de defensa y municiones para Ucrania, que incluye misiles Himars, artillería y sistemas de limpieza de minas.