El juicio por el crimen del kiosquero Roberto Sabo durante un robo cometido en noviembre pasado en la localidad bonaerense de Ramos Mejía, continuará mañana con los alegatos de las partes.

El debate, que tiene como único acusado del homicidio a Leandro Suárez (29), se reanudará mañana a las 8.30 ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2, ubicado en la calle Mendoza 2.417.

El detenido acusado de asesinar a Sabo (45) declaró ayer durante la jornada inaugural del debate y dijo que entró al kiosco atendido por la víctima "con intenciones de robo pero no de matar", aunque tras un forcejeo con el comerciante se le "escapó un disparo".

El imputado, quien respondió las preguntas del fiscal del juicio, Sergio Antín, también reconoció que le pertenecían las dos armas de fuego secuestradas, una en el kiosco de Sabo y otra cuando fue detenido.

"Me parece muy débil e inconsistente este relato, además no pudo contestar la pregunta que le hicieron respecto de la mecánica de este hecho", señaló ayer Humberto Prospero, uno de los abogados que representan a la familia del kiosquero.

Es que la fiscalía determinó que Sabo recibió cuatro impactos de bala, dos en el tórax y dos en el rostro, por lo cual no es consistente la versión que dio el imputado respecto a que se le escaparon los disparos.

Suárez es juzgado por el delito de "robo agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor de edad, homicidio criminis causae, portación y tenencia ilegal de arma, robo agravado y hurto agravado, todos en concurso real entre sí", que prevé una pena de prisión perpetua.

El acusado tiene antecedentes penales y había terminado de purgar una condena en agosto de 2020.

Además del testimonio de Suárez, los jueces Arturo Gavier, Lucila Pacheco y Diego Burgueño escucharon ayer la declaración de Paula, viuda de Sabo, quien constató el faltante de dinero y de algunas de las pertenencias de su esposo sustraídas tras el crimen.

Según la elevación a juicio presentada por el fiscal de primera instancia, Federico Medone, el crimen de Sabo fue cometido en el marco de un raid criminal que se inició el 7 de noviembre de 2021, cuando el acusado y la chica que lo acompañaba fueron hasta una agencia de remises de Ciudadela y pidieron viajar hasta Ramos Mejía.

Ambos fueron llevados por el conductor de un remís Ford Focus negro hacia esa zona, donde Suárez pidió detenerse unos minutos en un kiosco ubicado en Avenida de Mayo y Alvarado, en la zona comercial de Ramos Mejía.

Allí se bajó solo e ingresó al kiosco "Drugstore Pato" armado con "una pistola semiautomática 7,65 mm con numeración suprimida y cargada con al menos un cartucho, y con un revólver calibre .22", de acuerdo a la pesquisa.

Una vez adentro del comercio, intimidó con esas armas a Sabo, se apoderó de 10.000 pesos producto de las ventas y disparó cuatro balazos al kiosquero, dos de ellos con orificio de salida, quien murió casi en el acto, según la acusación.

Al salir del kiosco, el asaltante intimidó con armas al remisero que lo había llevado hasta el lugar y le robó 6.000 pesos de la recaudación, el teléfono celular y el auto, en el que huyó con la adolescente.

En la huida, el Focus chocó contra un árbol, momento en que los dos tripulantes se bajaron e ingresaron a un supermercado con intenciones de simular ser clientes y aprovechar para cambiarse las ropas y así tratar de evitar ser identificados.

Tras ello, y siempre bajo amenazas con armas, robaron la moto y pertenencias a un delivery, hasta que finalmente fueron detenidos en Avenida de Mayo y Rivadavia, de Ramos Mejía, durante un operativo policial.