中孚 61. La verdad interior       7 puntos

Argentina, 2019

Dirección y guion: Sofía Brito.

Duración: 69 minutos.

Estreno exclusivo en el Cultural San Martín (Sarmiento 1551).

Asiduo visitante de nuestro país, el cineasta estadounidense James Benning (Milwaukee, 1942) conoció a Sofía Brito, la protagonista de Los salvajes y Rosita, durante un taller dictado en la Universidad Di Tella en el año 2017. Luego de un intercambio de ideas y una pregunta acerca del oficio de la actuación, la comunicación continuó de manera epistolar y, tiempo después, derivó en un proyecto en conjunto y un viaje de la actriz argentina a los Estados Unidos. El corolario creativo fue la realización de dos películas: Telemundo, dirigida por Benning y en la cual Brito participa, y 中孚 61. La verdad interior, debut de la actriz detrás de las cámaras, un registro del vínculo artístico y emocional entre ambos hacedores durante esos días en tierras norteamericanas.

El cine de Benning suele ser descripto como observacional o contemplativo, pero ni esa etiqueta ni la de experimental son de su agrado (“no hago experimentos, sigo un método riguroso”, declaró una vez ante el autor de estas líneas). Lo que el cineasta ha logrado a lo largo de una carrera que recorre las décadas y se despliega en varias decenas de films es, ni más ni menos, potenciar hasta límites insospechados las posibilidades de la cámara para aprehender cuestiones inasibles o, al menos, difíciles de aprehender: las diferencias ligeras y las similitudes ostensibles del paisaje, ya sea natural o creado por el hombre, el paso del tiempo, el espacio que rodea y envuelve al ser humano como parte de un todo.

Brito visita a James en su casa de Pine Flat, California, aislada de cualquier centro urbano, y conversa con él, a veces con la intermediación de una traductora (ella habla poco inglés). En un living comedor luminoso, que permite apreciar los árboles que rodean la casa de madera, la charla gira alrededor del inminente rodaje de Telemundo, ensayo audiovisual cuya excusa es la transmisión de un canal en español en esa región, donde los trabajadores de origen mexicano son mayoría. En otros momentos, los viajes en auto o a pie son el punto de partida de diálogos sobre la observación a simple vista o a través del lente de la cámara, y el paisaje puede exponer un bosque de sequoias añosas, la magnificencia de un volcán extinto o el paso de un tren de carga infinito perdiéndose en el horizonte. Benning, que ha dedicado sendas películas a los lagos (13 Lakes, 2004) a los trenes (RR, 2007), al cielo (Ten Skies, 2004) y al ser humano como origen de la pasión por el retrato (Twenty Cigarettes, 2011), afirma en cierto momento que el lenguaje puede ser, en muchas ocasiones, un escollo para comprender una cultura, contradiciendo lo que suele indicar el sentido común (que no siempre es el más común de los sentidos).

中孚 61. La verdad interior, cuyo título remite a una entrada numérica del I Ching, puede resultar un tanto árida para el espectador que desconozca la obra y la sensibilidad de Benning. Por el contrario, para sus muchos seguidores (el Bafici ha exhibido gran parte de su filmografía), la película de Brito es un libro abierto a la intimidad del realizador, al tiempo que registra el proceso creativo por partida doble: el de Benning y el de la propia película a la cual se está asistiendo. Si el ojo del cine puede ver más allá de lo que permite la visión humana, la cámara de Brito ilumina los dobleces de un artista que ha hecho de la estructura formalista más rigurosa un portal abierto a los sentidos y la trascendencia. Pero también, y no en menor medida, describe el nacimiento de una amistad. La imagen que cierra la película podría entenderse como el contraplano de una típica toma con la firma de Benning: abajo, el tren se aleja; arriba, quien se empequeñece mientras el convoy se pone en movimiento es él, mientras saluda con su brazo extendido a quien observa por la ventanilla y filma.