El papa Francisco envió al abogado canónico español Javier Belda Iniesta para mediar entre las carmelitas descalzas del Convento San Bernardo de Salta y el arzobispo Mario Cargnello, quien está denunciado desde hace cinco meses por violencia de género. La partes firmaron un acuerdo el 27 de agosto, y luego hicieron presentaciones ante la justicia, y esperan que se encamine al archivo de la causa. En base a los pedidos realizados, la jueza Carolina Cáceres Moreno dispuso que se levante la consigna policial fija en el monasterio, y aunque mantuvo la perimetral entre las partes, la redujo a 100 metros.  

"Recibimos una carta del papa Francisco que decía que enviaba al señor Belda Iniesta para que intermedie en el tema del Convento y el Arzobispado, hace más o menos 10 días", contó a Salta/12 el abogado defensor de Cargnello, Eduardo Romani.

Según informó, el enviado del Papa llegó con dos personas más, una de ellas es el también abogado canónico Francesco De Angelis, quien ofició como notario en el acuerdo firmado. "Hacen de mediador en esta historia viendo de reconducir la relación entre el Convento y el Arzobispado", dijo el defensor de Cargnello. "Tuvimos una semana entera de reuniones con la gente que vino directamente del Papa Francisco, estuvimos trabajando en ese convenio", añadió. 

Romani consideró que se llegó a "buen puerto", ya que en el acuerdo se reconoce al arzobispo como "la autoridad máxima en cuanto a la Iglesia y al Convento". También sostuvo que a futuro, en caso de que surja algún conflicto entre las partes, en el ámbito eclesiástico "será tratado directamente por Belda Iniesta porque le delegan el poder desde Roma".

En lo que respecta a la causa judicial por violencia de género, Romani explicó que aún "no se archiva" porque es un asunto de orden público y deben pasar seis meses. Indicó que la jueza empezó a levantar las medidas. "Ya no hay policías que custodien el acercamiento al Convento. La perimetral se acortó a 100 metros, estaba planteada en 300", dijo.

Por otra parte, las monjas también denunciaron a otros tres religiosos: al obispo emérito Martín De Elizalde, al cura Lucio Ajalla, y al juez único del Tribunal Eclesiástico de la arquidiócesis Loyola Pinto y de San Cristóval. Según explicó Romani, no fueron parte del acuerdo.

El abogado canónico Belda Iniesta, es conocido en Salta porque es el defensor del obispo emérito Gustavo Zanchetta en el juicio canónico que se le inició por las denuncias de abuso sexual en perjuicio de dos exseminaristas, y desmanejos económicos cuando estuvo a cargo de la diócesis de Orán. Este letrado y De Angelis acompañaron a Zanchetta, quien se referenciaba como amigo del Papa, en el juicio por abuso sexual de la justicia ordinaria en Orán, en el que fue condenado a cuatro años y medio de prisión efectiva, que en la actualidad cumple bajo prisión domiciliaria en un monasterio de monjas.

"Vino con una carta del Papa. No vamos a poner en discusión la autoridad del Papa. Aceptamos la intervención por pedido expreso (...) por escrito, del papa Francisco", dijo Romani.

Puntos del acuerdo

El convenio firmado fue publicado por el Arzobispado de Salta en su página web, tiene 11 puntos. En el primer punto las partes acordaron, para "normalizar" la vida interna del monasterio y garantizar su "legítima autonomía", el nombramiento de un delegado del obispo para que pueda presidir la elección de la priora, que tenía fecha para el 1 de septiembre. 

Las partes acordaron que el monasterio realizará la rendición de cuentas anual en los 90 días siguientes "al final del año natural según el modelo que se establezca". También se señala que en la última visita canónica no se observaron irregularidades en la gestión de la economía del convento, por lo tanto consideraron válida la rendición hecha hasta 2021. Asimismo, se estableció que se designará una ecónoma, para que realice la administración de bienes. 

Cargnello deberá designar un capellán religioso o diocesano, propuesto por la priora, y tendrá residencia en la Arquidiócesis. 

En el punto 6 las partes convinieron que la priora proveerá junto a su propia comunidad, "a la realización de un proyecto formativo que, considerando la realidad particular de ésta, desarrolle el estudio de la espiritualidad carmelitana y la especificidad de la vida monástica, junto a otros temas que puedan ayudar a las monjas a profundizar en su vida interior".

El punto 7 establece que "cada hermana como el resto de fieles, puede practicar las devociones particulares que desee, cuando dicha práctica no impida la observancia en la regla y sus propias constituciones, teniendo siempre presente la obligación de preservar la comunión con la Iglesia y promover el bien común" de ella. Uno de los conflictos entre Cargnello y las religiosas tiene relación con que ellas son devotas de la Virgen del Cerro, no reconocida por la Iglesia Católica. 

Las partes aceptaron también, en el último punto, a Belda Iniesta como garante del cumplimiento del acuerdo firmado entre este abogado canónico, Cargnello, la priora del convento María Fátima del Espíritu Santo y De Angelis como notario.

La abogada representante de las monjas, Claudia Zerda Lamas, no respondió no respondió las consultas de Salta/12. 

Mediación prohibida

La abogada Gloria Cruz, del Instituto Jurídico de Género de Salta, que se presentó como amicus curiae en la causa, explicó a Salta/12 que en estos casos "las mediaciones están prohibidas por ley" porque "Hay una asimetría real en la cual (una víctima) no está preparada psicológicamente para mediar con su agresor".

La letrada especificó que el artículo 13 de la ley provincial 7888 establece que "en todos los tramites relacionados con los casos de violencia, está prohibida la mediación o conciliación". También lo prevé así ley nacional 26485, en su artículo 28 "quedan prohibidas las audiencias de mediación o conciliación".

El diario La Nación aseguró que el delegado del Papa estuvo acompañado en las gestiones por un abogado, que sería De Angelis, y una especialista en género, quienes se habrían reunido por separado con Cargnello, la priora, los abogados de cada una de las partes y también con la vidente de la Virgen del Cerro, María Livia Galliano, y su esposo, Carlos Obeid.