River comenzó mejor en campo visitante. Se adueñó de la pelota y tuvo un par de aproximaciones con dos pelotas paradas. Así se encontró con una defensa local muy endeble, para defender los envíos por vía aérea. La mejor ocasión del equipo de Gallardo llegó a los 17 minutos. Gonzalo Martínez, la manija del fútbol por la izquierda, llegó al fondo y mandó un centro perfecto al área chica. La pelota fue a la cabeza de Lucas Alario, quien llegó a peinarla y le impidió a Scocco definir con normalidad. Ese toque se fue apenas a un costado del palo derecho.

Sin demasiado, Guaraní se las ingenió para exigir a Augusto Batalla. A los 25 minutos, Epifanio García le ganó la posición a Pinola, quien venía teniendo un partido perfecto, y sacó un bombazo directo a las manos del arquero. En el córner siguiente, el uruguayo Palau sacó otro fuerte remate desde afuera del área y la pelota se fue cerca.

Pero más allá de esa jugada, el dominio siguió siendo del equipo visitante. Y de tanto insistir llegaría el gol. A los 36 minutos, Scocco pateó un tiro libre, la pelota se desvió en la barrera y se metió pegada al palo más lejano, donde el arquero ya no llegaba.

Después del gol, el estadio quedó enseguida a oscuras: se cortó la luz y el árbitro uruguayo Andrés Cunha debió parar el encuentro durante diez minutos. Al mismo tiempo, se supo que todo el plantel de River iba a ser sometido al control antidóping, por decisión de la Conmebol, a raíz de los dos casos positivos registrados en encuentros previos por Martínez Quarta y Mayada.

Guaraní presionó en el final en busca del empate, pero River aprovechó uno de los contrataques para aumentar la ventaja.