Así como hay dos James Blake que son famosos, también existe un par de Tim Sweeney que la rompen. Pese a que en el primer caso nunca se cruzaron personalmente –uno es tenista y el otro un idílico crooner electrónico–, en el segundo casi sucede. Es que antes de convertirse en celebridad de las pistas de baile, el productor y DJ trabajó a tiempo completo compilando bandas sonoras para una compañía de videojuegos, rubro en el que su tocayo es uno de los capos, pues es dueño de Epic Games. Sin embargo, el artista musical renunció a Rockstar Games, creadores de los Grand Theft Auto, apenas despegó su carrera detrás de las bandejas. Aunque pasó una temporada preguntándose si fue un error haber abandonado ese laburo. “En tres días ellos facturaban mil millones de dólares, cuando yo, con suerte, vendía quinientas copias de un disco de 12 pulgadas”, reflexiona quien a fines de los noventa se instaló en la Gran Manzana para estudiar música en la Universidad de Nueva York. “Pero nunca dudé de que esto era lo que quería hacer.”

Al igual que figuras de la música electrónica bailable de la categoría de Gilles Peterson y Pete Tong, el rol de curador de Sweeney no se limitó al dance floor. Tan pronto ingresó en la facultad, puso en el aire su programa de radio, Beats in Space, que sigue transmitiendo desde la estación de su alma mater (en Internet se puede escuchar por www.beatsinspace.net), y se tornó en referencia de la novedad musical neoyorquina.

Por ese canal también pasaron DJs ajenos a la órbita de Brooklyn, como la leyenda italiana del proto disco Beppe Loda, el alemán Justus Köhncke o el francés Loud-E. Lo que linkeó a este estadounidense con cara de nerd al entonces incipiente sello DFA Records, quienes apostaban por la misma causa. “Traté de presentar al mundo lo que sucedía en Nueva York. Creo que por eso la gente oía el programa”, especula el artífice, introducido en el arte del DJing a los 13 años. “Los invitados eran de la escena neoyorquina porque sabía que la gente quería conocerlos. Siempre presenté cosas nuevas de DFA, incluso antes de ser editadas.”

No obstante, antes de que trabajara con Tim Goldsworthy y James Murphy, caciques de DFA Records, produciendo bandas, remixando, haciéndose cargo de los recopilatorios DFA Compilation #2 (2004) y Holiday Mix 2005, y preparando la explosión del sello, Sweeney recibió la tutela de una de las leyendas del hip hop neoyorquino, amén de pionero del mashup: Steinski (integrante de Double Dee and Steinski). “Fue una de las mejores personas que conocí”, asegura. “Me tomó bajo su ala y me enseñó sobre todo tipo de música. Y siempre tenía una historia para contar. Ese tipo era la mismísima ciudad de Nueva York.”

Si bien la propuesta del productor, DJ y conductor se caracterizó por flirtear con una música disco rara, robusta y espacial, pero siempre sonriente, en abril de este año lanzó Hair Falls, EP de su flamante proyecto T&P (junto a Phillip Lauer, de Tuff City Kids), en el que demostró que podía ser aún más ácido e incendiario. “Todavía trato de averiguar cómo me puedo seguir emocionando. Es una sed insaciable.”

* Viernes 7 de julio a las 23.30 en la fiesta Undertones, Niceto Club Lado B, Humboldt 1356.